Jesús M. Moreno Mejía.
“La desgracia puede
destrozarnos, pero no
debe quitarnos la razón”
Thomas Mann.
Es de suma importancia reducir el uso de combustibles fósiles, como el petróleo y sus derivados, y para ello es necesario sustituirlos por otras fuentes de energías limpias o renovables, tales como la energía eólica, pues se considera que nuestro país tiene un gran potencial para aprovechar esa tecnología e incluso ya se utiliza con relativo éxito en varios estados de la república, entre ellos Coahuila.
Debemos recordar que la energía eólica aprovecha la fuerza de los vientos para generar electricidad, que es de los mejores tipos de energías renovables y para lograrlo se instala una torre en cuya parte superior hay un rotor con palas tipo hélices, que se orientan en la dirección del viento. Esos rotores actúan en un generador, tipo dinamo, mediante el cual se permite obtener energía eléctrica en beneficio del consumo doméstico e industrial a gran escala.
Desde hace tiempo han existido torres eólicas, como los conocidos molinos de viento de Holanda y en otros países europeos, para otros fines específicos, como la molienda de granos y el control de agua de arroyos y ríos, pero recientemente ha ganado importancia esa técnica para generar electricidad, evitando el uso de combustibles fósiles.
El calentamiento global es una realidad hoy en día, pues seguimos contaminando la atmósfera con gases de efecto invernadero, transformado drásticamente el entorno de la naturaleza, elevando la temperatura global, afectando principalmente el clima y empeorando la salud del ser humano y de todos los seres vivientes.
Incluso la Organización de Naciones Unidas (ONU) tiene previsto un plan mundial para impulsar las energías limpias en este nuevo 2025, dada la crisis global en materia climática, que exige de acciones específicas y el apoyo necesario para la utilización de energía eólica, entre otros tipos de energía renovable, a fin de recortar la expulsión de gases industriales de efecto invernadero, incluso hasta dejarlas en emisiones casi nulas.
La Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) publicó en fecha reciente su reporte anual 2024 del estado del sector eólico internacional y nacional, así como los retos regulatorios que la iniciativa privada identifica como prioritarios a resolver, según lo señala la periodista, Nanda Singh, especialista de la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Según dicho informe, la tecnología eólica en el mercado mexicano sólo alcanza a producir 7,413 Mega Watts (MW), y siendo Oaxaca, Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila las entidades con mayor capacidad interconectada al suministro eléctrico nacional, significado poco un 6 % de la generación total de electricidad en México, cuyo índice es considerado un nivel aún muy bajo y por lo tanto requiere de una mayor capacidad de producción eléctrica.
Los empresarios que participan en la generación de energía eólica en México, aseguran tener capacidad para una mayor incorporación en dichos proyectos, estando pendientes de entrar en funciones otros ya construidos, pero que aún no se les permite sumarse al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Se asegura que el sector renovable mexicano (eólico y fotovoltaico), tiene alrededor de 2,000 MW, prácticamente listos para entra en operación y en desarrollo avanzado otros 10,000 MW para los próximos años.
En consecuencia, es necesario reactivar inversiones en proyectos renovables de gran escala, fomentando un entorno que atraiga nuevas inversiones eólicas y de otras tecnologías renovables, pero que incluyan la eliminación de barreras regulatorias, así como tener incentivos fiscales y financieros.
Por lo anterior, es necesaria la colaboración activa entre el gobierno y el sector privado, facilitando una cooperación estrecha y efectiva, necesaria para alcanzar los objetivos de la descarbonización del medio ambiente y el desarrollo sostenible del país. En ello, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tiene la palabra.
Se habla también de aprovechar el almacenamiento de energía, que permita una gestión más eficiente en la generación eólica, reduciendo la saturación de la red y la confiabilidad del sistema eléctrico nacional.
Pero también promover el uso de tecnología más avanzada y eficiente en el sector eólico, asegurando una mayor producción de energía limpia y una mejor integración con otras fuentes renovables.
¡Hasta la próxima!
