Fernando Rangel de León.
La idea de construir un canal que comunicara a los océanos Atlántico y Pacífico en el istmo, la parte más angosta del continente americano, se remonta a 1551 durante la dominación española; y la cual empezó a adquirir forma con Simón Bolívar, a sugerencia del Barón Alexander de Humboldt en 1829.
En 1876, Fernando de Lesseps, diplomático francés, que había propuesto la construcción del Canal de Suez, en Egipto; promovió la creación de un comité para reunir fondos para la construcción de ese canal interoceánico; empezándose la obra en 1888; la que se interrumpió por las malas condiciones sanitarias que causaron la muerte de miles de trabajadores.
En 1893 EEUU empezó a interesarse en la construcción del Canal de Panamá, a lo que se opuso Colombia, que dominaba ese país; que al independizarse en 1903 lo primero que hizo fue dárselo en concesión a EEUU, que concluyó esta obra en 1914 e inaugurándose en 1920.
El Canal de Panamá tiene 84 kilómetros de longitud, oscilando su anchura entre 150 a 305 metros, y entre 90 a 195 metros de profundidad; construyéndolo 35000 trabajadores; y representa un ahorro de 16 mil 32 kilómetros, del rodeo que tendría que hacerse de los dos océanos hasta Cabo de Hornos, en Argentina.
Después de 75 años del dominio de EEUU sobre el Canal de Panamá, y ante su repudio por la opinión pública mundial y organismos internacionales, el gobierno de Jimmy Carter tuvo que celebrar un tratado con el gobierno del General Omar Torrijos, en 1977, por el que se lo entregó a la soberanía de Panamá; entrando en vigor hasta el 31 de diciembre de 1999.
A 25 años de la vigencia de este tratado, Donald Trump, está amagando con apoderarse del Canal de Panamá, por pretextos baladíes de cobro de tarifas por su uso; lo que su presidente José Raúl Mulino, rechazó de inmediato; cerrando filas en su torno el pueblo panameño y la Presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo; y todos los pueblos del mundo defensores de su soberanía.
