José Luis Rodríguez Flores.
El Derecho Romano, considerado pilar en la Historia del Derecho, es el conjunto de normas que rigieron la antigua Roma durante los 14 siglos que el Imperio se mantuvo en pie. Desde su fundación -en el año 753 a. C.- hasta su caída en el siglo V d. C. Siendo un cuerpo legal vivo que se fue adaptando para cubrir las necesidades de cada momento histórico.
Según un criterio jurídico sólido sustentado en magnífico ejemplar titulado “En Busca de la Justicia”, emitida la primera edición en el año 2009, escrito con señorío, por un ateneísta de corazón, Jurista por excelencia, egresado de la prestigiada Facultad de Derecho de la UAdeC, me refiero al destacado jurisconsulto Juan Manuel Aguirre Perales, quien cursó la preparatoria en el Ateneo Fuente, ingresaría luego a la escuela de Leyes, donde al egresar fungiría durante gran parte de su vida como maestro universitario de derecho en su Alma Mater, reitero Facultad de Jurisprudencia, además destacado exfuncionario judicial.
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Sostiene el autor de dicho libro, el prestigiado jurista Juan Manuel Aguirre Perales, que en el Derecho Romano, el prolongado proceso requiere dividirse en cuatro periodos de formación y desarrollo, a saber:
1.- El primero va desde la fundación de Roma hasta la ley de las XII tablas, o sea desde el año 753 al año 449 antes de Cristo.
2.- El segundo periodo comprende desde la ley de las XII tablas, al fin de la República, esto es del año 449 al año 429 antes de Cristo
3.- El tercer periodo comienza con el advenimiento del Imperio y concluye con la muerte del emperador Alejandro Severo, es decir va desde el año 429 antes de Cristo al año 235 de la era cristiana.
4.- El último y cuarto periodo abarca, de la muerte de Alejandro Severo, a la muerte del emperador Justiniano, o sea los años 235 a 565 después de Cristo.
Sus obras destacan ad Sabinum (sobre Ius Civile) en 51 libros, ad Edictum (sobre el edicto del pretor) en 81 libros (más 2 libros ad Edictum aedilium curulium como apéndice) el digesto publicado en el año 533
Domicio Ulpiano, se considera uno de los más grandes juristas romanos, junto a Gayo, Paulo, Modestino, y Papiniano en la ley de citas de 426, que regulaba la recitatio de los juristas en los tribunales.
Señala la famosa ley de citas de 426, promulgada durante el reinado de Teodosio II y de Valentiniano III, que los juristas ante tribunales, podían citar las obras de cinco maestros como origen o referencia de autoridad, Papiniano, Gayo, Ulpiano, Paulo y Modestino, ya que eran el “jurado de difuntos”, y su opinión era irrefutable o incuestionable… Hago referencia a los precitados juristas romanos, porque en México urgen decisiones sabias, apegadas a derecho, y no basadas en politiquería que supuestamente detenta la mayoría.
En nuestro país, es triste que por parte de los otros poderes, el Ejecutivo y Legislativo, pero más el legislativo, en la voz cantante del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, ningunea al poder judicial; destacar que el Poder Judicial con sus resoluciones, ha traído a México seguridad jurídica, progreso y estabilidad económica, PAZ social por más de 108 años, y con la injusta reforma judicial, diría Ulpiano probable no se ha dado a cada quien lo suyo, pues les quitaron a los jueces, magistrados, y ministros, derechos legalmente adquiridos, y no quieren respetar el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece: “a ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”. En otro párrafo dice: “nadie puede ser privado de la libertad y de sus derechos sin un juicio ante tribunales”. (SIC).
Ayer en la Suprema Corte, en sesión histórica se puso orden entre el tribunal electoral y los jueces de distrito; el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena partió de la base que los Magistrados Electorales no pueden invalidar suspensiones ordenadas por jueces, además acusó y textual dijo: a través de diversas autoridades se ha normalizado lo que debería ser impensable, el desacato selectivo de resoluciones judiciales, la invención de competencias inexistentes, y la subordinación del derecho a consideraciones políticas; al final la Suprema Corte aprobó el proyecto por 7 votos contra tres y ordenó al tribunal electoral que no pase por las suspensiones de los jueces, y solicitó a los jueces de distrito que revisen si sus resoluciones no invaden el ámbito electoral.
Es evidente que la tan llevada, y traída reforma judicial, por la celeridad que imprimió Morena para aprobarla al vapor, como consecuencia, obvio, trajo claroscuros, o sea un conjunto de rasgos o elementos contradictorios que no previeron en su irreflexiva aprobación multicitada, lo que ha provocado una confrontación entre los poderes de la Nación, esperamos que con la resolución de la Suprema Corte del día 13 de febrero, se puedan solucionar los diferendos en las resoluciones políticas y judiciales, y que sus efectos sean lo menos nocivos en contra de jueces, magistrados y ministros, y de la misma población, que expectantes vemos, se dan hasta con la cubeta, esperamos que reflexionen, y actúen con sabiduría; y no acaben como tirios y troyanos, a manera de adversarios políticos irreconciliables, pues el destino del país, para bien o para mal, está en sus manos….
Usted amigo lector deme su opinión, ya que es la que vale, al correo joseluisrf1@hotmail.com