Fernando Rangel de León.
En marzo de 1938 hubo manifestaciones del pueblo en defensa de la soberanía de México, en el Zócalo Capitalino y en algunas partes del país, parecidas, toda proporción guardada, a las que se llevaron a cabo el pasado domingo 9 de marzo; para que viera EEUU, que en México el pueblo y el gobierno son uno solo y el mismo que defiende a nuestra nación de los injustos aranceles que aquel país quiere imponerle al nuestro, sin respetar la reciprocidad de que nosotros no se los cobramos.
Hace 87 años, obreros, campesinos, maestros, periodistas, intelectuales, empresarios nacionalistas, clases populares y el grueso de la población, se volcaron en las plazas públicas y calles, apoyando la Expropiación Petrolera, del 18 de marzo de 1938, decretada por el Presidente General Lázaro Cárdenas; destacando la Confederación de Trabajadores de México CTM, de Vicente Lombardo Toledano.

Pero el decreto de la Expropiación Petrolera, no fue un acto arbitrario del Presidente Cárdenas, sino que fue la resultante de la huelga del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), a las 17 empresas extranjeras que perdieron el conflicto económico en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México, cuyo laudo condenatorio del pago de indemnizaciones, se negaron a cumplir; reclamándolo en juicio de amparo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se los negó.
La expropiación no fue del petróleo en sí, pues conforme al 27 Constitucional, el petróleo es propiedad de la Nación; sino lo que se expropió fueron la maquinaria, las instalaciones y todos los bienes muebles e inmuebles de las empresas petroleras; por lo que el gobierno de México les pagó la correspondiente indemnización, que se acabaló con la cooperación de todo el pueblo, donando gallinas, huevos, puercos y demás cosas de valor; porque si lo que detenía la expropiación es que el gobierno carecía de dinero para la indemnización constitucional, se dijo:
“Hágase lo que se debe, aunque se deba lo que se haga”
Gracias a la expropiación hoy México tiene ocho refinerías: 1. Salamanca, Guanajuato; 2. Minatitlán, Veracruz; 3. Madero, Tamaulipas; 4. Cadereyta, Nuevo León; 5. Salina Cruz, Oaxaca; 6. Tula, Hidalgo; 7. Deer Park, Houston, Texas; y 8. Dos Bocas, Tabasco.
Con estas refinerías el Gobierno de México, pretende que todo el petróleo que se extrae en nuestro país lo refine Petróleos Mexicanos PEMEX, y no las refinerías de Estados Unidos (con excepción de la Deer Park, que ya es de su propiedad), y que todos los gobiernos anteriores se lo vendían a ellas crudo a muy bajo precio el barril, y ya refinado nos lo vendían muy caro.
Para el funcionamiento de PEMEX, el gobierno de Cárdenas, fundó el Instituto Politécnico Nacional IPN, cuyos egresados ingenieros y técnicos dirigieran, administraran, operaran, distribuyeran y comercializaran el petróleo y sus derivados; pues la mayoría de los que hacían esos trabajos eran extranjeros, que se fueron con la expropiación; y los ex alumnos de la UNAM, eran insuficientes.
Por eso, este 18 de marzo de 2025, hay mucho que celebrar de la Expropiación Petrolera, principalmente el espíritu patriótico de Cárdenas, que lo inspiró para la nacionalización del petróleo; porque solamente así, México puede tener soberanía energética, la que a su vez hará posible la soberanía económica; y que es el espíritu que nos debe seguir guiando en esta hora de los aranceles de Trump.
Por eso a la Expropiación Petrolera, se le considera la segunda independencia de México.