Jesús M. Moreno Mejía.
«La razón de la sinrazón que a mi razón se
hace, de tal manera mi razón enflaquece»
Cita de Miguel de Cervantes Saavedra.
Existen muchas personas que fincaban ver un verdadero cambio con el partido Morena, nacido como un movimiento político y social, sin embargo, dado que se han aceptado a miembros de otros partidos con antecedentes inconfesables, la simpatía al llamado Movimiento de Regeneración Nacional ha ido cuesta abajo, no obstante los altos índices de aprobación que aún mantiene Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México, emanada de Morena.
Desde el inicio de ese movimiento político fue constituido con un buen número de elementos del Partido Revolucionario Institucional (comenzando por Andrés Manuel López Obrador, creador de Morena), apoyado por otros partidos “satélites” que decidieron sumarse a ese proyecto político.

El panal de miel se hizo más atractivo cuando López Obrador, ganó las elecciones presidenciales en 2018, incluyendo a viejos y mañosos políticos, que todavía siguen vigentes, menos Manuel Bartlett Díaz, quien por sus características personales (sigiloso y ladino), hizo mutis después de dejar la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) del sexenio pasado.
Son muchos los que pertenecieron al PRI, luego de transitar por otros partidos políticos para luego darse de alta en Morena y que hoy pertenecen a la élite del gobierno, entre ellos: Mario Delgado (Secretario de Educación Pública), Marcelo Ebrad (Secretario de Economía), Adán Augusto López (Coordinador de la bancada morenista en el Senado de la República) y Gerardo Fernández Noroña (Presidente del propio Senado).
La situación que parecía normal en el seno de Morena y sus partidos aliados, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México, ha empezado a decaer con la aceptación de no otros políticos corruptos de la oposición, entre ellos los exgobernadores Miguel Ángel Yunes Márquez y Alejandro Murat Hinojosa, así como Adrián Ruvelcaba, quienes han desatado el fuego cruzado en el partido gobernante.
Otro caso de “chapulineo” que causó el enfado a no pocos morenistas, fue provocado por Luis Enrique Benítez Ojeda, diputado local de Durango, quien renunció al PRI, después de una estadía de 30 años, para sumarse como militante a Morena, despertado ello gran polémica dentro de las filas de la Cuarta Transformación, debido al historial de insultos y críticas hechas por el legislador local en contra del expresidente López Obrador e incluso a la hoy presidenta Claudia Sheinbaum.
Lo extraordinario del caso es que la afiliación fue otorgada por Andrés Manuel López Beltrán, hijo de AMLO, afirmando que la llegada del ex priísta “fortalecerá el rumbo que ya nadie puede detener». Empero, militantes, dirigentes y fundadores del Morena han manifestado públicamente su rechazo a esa y a otras afiliaciones recientes.
El caso es que Morena enfrenta hoy toda una serie de contradicciones a sus principios políticos, que están a “ojos vistas”, y no sólo en cuanto a la aceptación de malos elementos que militaron en otros partidos, sino a un continuo afán de salir en defensa a pésimos gobernadores y no hacer nada por impedir la escisión que se ha venido dando para la obtención de puestos, candidaturas a gobernadores, o bien quedar en la dirigencia nacional.
En Coahuila, por ejemplo, está visto que son varios los aspirantes a ser candidatos por su partido para la futura gubernatura, entre ellos la hija del fallecido senador Armando Guadiana Tijerina, Cecilia Guadiana Mandujano y el también legislador federal, Luis Fernando Salazar Fernández, así como otros con menos posibilidades.
Y ya saltó otro contendiente más al ruedo, el hoy senador Luis Alfonso Cepeda Salas, quien se acaba de destapar como candidato “oficial” (según se proclama) por Morena, quien carga con un amplio y pesado bagaje de corruptelas en su largo paso como líder sindical del SNTE.
En síntesis, el partido en el poder, se ve cada día más en picada, según lo estiman quienes han sido fieles seguidores de Morena, opinando que hoy se maneja igual, o al menos parecido, como operó el PRI durante décadas.
Sin embargo, nuestros amables lectores tendrán seguramente una mejor opinión al respecto
¡Hasta la próxima!