Fernando Rangel de León.
Cada Papa es libre y tiene el derecho de tomar el nombre de los papas con quien pretende identificarse; siendo una de las excepciones Jorge Mario Bergoglio, quien decidió hacerse llamar simplemente Francisco, en honor de su admirabilísimo San Francisco de Asís; y que por su histórico papel como papa, habíamos pensado que su sucesor escogería el nombre de Francisco I; pero como está muy reciente creemos que Robert Francis Prevost Martínez, prefirió adoptar el nombre de otro papa distante en el tiempo pero presente en la situación actual en el mundo.

El nacido en Estados Unidos, con nacionalidad peruana, de madre ecuatoriana y española y padre francés e italiano, el reciente nuevo papa, escogió el nombre de Papa León XIV, porque este papa vivió en la época marcada por los efectos de las obras máximas de Karl Marx y Friedrich Engels, El Capital, del primero, y el Manifiesto Comunista, de ambos, que cimbraron las estructuras económicas y las súper estructuras ideológicas de las últimas décadas del siglo XIX, y que influyeron para conformar el mundo de la época.
Vicenzo Gioacchino Pecci, adoptó el nombre de Papa León XIII, que inició León Magno o León I, quien pasó a la historia por haber salvado a Italia de la Invasión de Atila. Pecci destacó por su espíritu progresista abordando cuestiones sociales que la Iglesia Católica nunca había analizado, obteniendo el respeto de todos los gobiernos del mundo incluyendo a los no católicos.
Pero por lo que más se le recuerda al Papa León XIII, es por su encíclica: Rerum novarum (de las cosas nuevas), en la que aborda los problemas de las relaciones obrero patronales, instando a los patrones para que sean más humanos con los trabajadores, haciéndoles ver lo conveniente que es la justicia social para que haya paz y tranquilidad, y exhortando a los trabajadores a trabajar más y mejor.
Esta política social y humanista de León XIII, es la que después de 110 años siguió el Papa Francisco, quien preparó a quien nació en Chicago, Illinois, Robert Francis Prevost Martínez, quien se nacionalizó peruano, a ser papa; pues Bergoglio, había designado al 80% de los cardenales que lo eligieron en el reciente Conclave (encerrados con llave).
En esta designación de papa, imperó mucho el misticismo llegándose a decir que si bien es cierto que el Espíritu Santo no vota; sí es el que inspira a votar.
Es cierto que el Papa Francisco, le dejó pavimentado el camino a León XIV, hacia la paz y la concordia de la humanidad, tratando de superar obstáculos como la migración y las guerras.
La condición de ser el Papa XIV, paisano de Donald Trump, haber vivido alrededor de 20 años en Perú, ser descendiente de franceses, italianos, españoles y ecuatorianos, le favorece para continuar y obtener logros con creces, la obra de Jorge Mario Bergoglio.
Esos son los deseos de toda la humanidad.