Jorge Arturo Estrada García.
“Para saber lo que la gente realmente piensa,
presta atención a lo que hacen en lugar de a lo que dicen”.
René Descartes.
“La gente no quiere escuchar la verdad
porque no quiere ver sus ilusiones destruidas”.
Friedrich Nietzsche.
“El bienestar del pueblo siempre ha sido la excusa de los tiranos”.
Albert Camus.
“Los esclavos felices son los peores enemigos de la libertad”.
Marie von Ebner.
El país se sacude. El vendaval Trump arrecia; la Casa Blanca, requiere éxitos para lucirse ante sus bases. Ya fueron 100 días de cimbrar al mundo con resultados diversos, y el desplome en las encuestas. Entonces, él, escoge a México y a sus problemas, el rival más débil, para sacudirlo; y para percibirse eficiente y poderoso. Él tiene las cartas ganadoras, en esta partida. A nosotros, sólo nos queda la demagogia de Palacio Nacional. Y obedecerlos, por supuesto.

Donald Trump, persiste, presiona, y el gobierno mexicano ya aplica más balazos que abrazos; claro, a regañadientes. Siempre, recitando los rollos del patriotismo del Viejo PRI: “defendemos la soberanía” y el “mas si osare”. Estados Unidos ya espía por aire y mar, con alta tecnología, a sus objetivos mexicanos. Simultáneamente, su aparato de justicia negocia con los líderes de los carteles ya encarcelados. Se ofrecen tratos a cambio de información para atrapar a más peces gordos, para desmantelar organizaciones; y, también para generar una lista de políticos y hombres de negocios mexicanos involucrados en la delincuencia.
Las acciones de Trump ponen en jaque al morenismo hecho gobierno. Esa lista ya tiene nombre: es la “Lista de Marco Rubio”. Por lo pronto en 100 días de Trump, ya hay detenidos por narcoterrorismo, visas canceladas a políticos, más decomisos y “descubrimiento” de casos de huachicol fiscal, mexicano, operado en tierras norteamericanas. En ambos países ya se han establecido una serie de acciones en contra del tráfico de estupefacientes, de personas y demás delitos relacionados.
Incluso, desde la Oficina Oval, el mandatario ofreció ayudar a la presidenta Sheinbaum en la lucha contra la delincuencia, con operativos estratégicos de marines en suelo mexicano. Ella lo rechazó tajante, informó la propia Claudia. “La presidenta les tiene miedo a los cárteles”, expuso el neoyorkino ante la prensa de su país, posteriormente.
Estamos ante un enfrentamiento de dos proyectos populistas que buscan lucimiento ante sus bases. Es un enfrentamiento poco equitativo. El poderío del trumpismo es enorme; en contraste, el del obradorismo es insignificante, fuera de México.
El autoritarismo construido por el tabasqueño es un hecho. ¿Pero tendrá oportunidad para gozar de su poderío? ¿Será destruido o será sometido, en este duelo desigual con los norteamericanos?
Es evidente, que la presidenta quedó atrapada en este conflicto implementado por el trumpismo. Las acciones de Trump la ponen en jaque. Los aranceles ya aplican, la renegociación del T-MEC ya es un hecho, la etiqueta de narco estado ya viaja por el mundo, las listas de los políticos involucrados en narco terrorismo ya circulan, incluyen a gobernadores y personajes relevantes del morenismo. Incluso, se menciona al Rey del Cash. ¿Tendrá que salir Claudia en defensa de cada uno de esos personajes? Eso es una incógnita.
Al mismo tiempo, el país se encuentra en recesión. Finalmente, el crecimiento se detuvo. La incertidumbre que generan Trump y sus medidas impactan severamente en la confianza de los inversionistas extranjeros. El tratado de libre comercio está en suspenso y es el motor de nuestra economía. Los resultados, de Andrés Manuel, fueron tóxicos. Es el segundo peor resultado en los últimos 100 años. Lo suyo fue el gasto desmedido, con una deuda externa que creció exponencialmente, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad son lastres, al borde de la quiebra permanentemente. La inflación se mantiene al alza, las instituciones de la democracia fueron destruidas, el Estado de Derecho ya no existe, los contrapesos fueron desmantelados, la Libertad de Expresión está a punto de desaparecer.
La clase política, de todos los partidos, se siente amenazada, son varias décadas de complicidades y de negocios inconfesables. En la actualidad, la oposición mexicana está aplastada, pulverizada. Por su parte, la sociedad mexicana está anulada, vive agobiada. Sobrevive en la carestía y la falta de servicio médico, sin medicinas y en la inseguridad. Sólo mediante las becas que, llenan los hogares y, completan el gasto semanal.
El país podría sacudirse aún más. La construcción del andamiaje de Morena, que controla el poder político del país, podría cimbrarse. Incluso, una parte podría derrumbarse. ¿Se decidirá Trump a limpiar la casa mexicana, de delincuentes y cómplices? Las cosas se ponen más interesantes. Veremos.