En menos de dos meses, la alcaldesa de Arteaga, Ana Karen Sánchez Flores, ha protagonizado tres episodios que generaron molestia y mucho descontento entre los ciudadanos por dirigir mal su administración.
Los hechos, lejos de ser aislados, configuran un patrón preocupante de protagonismo, uso personal de recursos públicos y decisiones que dejan en segundo plano las verdaderas necesidades del municipio.

Todo comenzó el 24 de marzo, cuando la alcaldesa decidió abanderar a la joven boxeadora Arely Monserrat Valdés Martínez, quien representó a Arteaga y a Coahuila en la etapa Macroregional de la Conade 2025. Lo que debió ser un reconocimiento al esfuerzo deportivo de una joven con talento, terminó en una polémica por el uniforme entregado.
En lugar de resaltar el nombre de la deportista, el uniforme llevaba en grande el de Ana Karen Sánchez y el de su administración. El nombre de la boxeadora fue completamente omitido, lo que generó indignación entre los arteaguenses, que vieron en el gesto una muestra más de protagonismo político a costa del mérito ajeno.
No pasó ni un mes cuando, el 16 de abril, se dio a conocer que la alcaldesa busca adquirir una camioneta nueva. Esto, pese a que ya cuenta con una Dodge RAM de no más de año y medio de uso.
La propuesta surgió tras una Sesión de Cabildo donde se aprobó presupuesto para varios vehículos destinados a distintas áreas del Ayuntamiento, incluyendo uno para la presidenta municipal.
El gasto innecesario generó tensión entre los regidores, quienes consideran que hay necesidades más urgentes en Arteaga que renovar un vehículo prácticamente nuevo.
Y como si no fuera suficiente, el 13 de mayo se reveló un nuevo conflicto. En esta ocasión, la polémica gira en torno a la presunta intención de la alcaldesa de remover al tesorero Rubén Morales Quintero.
La propuesta de destitución fue presentada por su tía, Elida Socorro Sánchez, regidora del Partido del Trabajo, lo que ha sido interpretado como un movimiento político orquestado para deshacerse de un funcionario que no se alinea a los intereses de la alcaldesa. Morales Quintero apenas cumplía cuatro meses y medio en el cargo.
Estos tres episodios apuntan hacia un uso personalista del poder y una falta de sensibilidad ante las prioridades ciudadanas. No se trata solo de uniformes, vehículos o cargos públicos. Se trata de una visión de gobierno que parece estar más interesada en la imagen personal de la alcaldesa que en el bienestar de la comunidad.
Fue necesario que desde Palacio Rosa donde manda el gobernador Manolo Jiménez Salinas, se girarán instrucciones precisas para componer el rumbo de Sánchez Flores. El secretario de Gobierno, Oscar Pimentel González, y el Administrador Fiscal en Coahuila, Chema Morales Padilla, tomaron cartas en el asunto.
Hay que tener presente, que el titular de las finanzas en este Pueblo Mágico, Rubén Morales, es recomendado directamente por el Ejecutivo Estatal al igual que el síndico de mayoría del Cabildo, Jorge Alberto Jiménez Flores, quien es familiar del gobernador.
Arteaga es un municipio que enfrenta carencias y demandas reales, la ciudadanía merece una administración comprometida con el servicio público, no con el culto a la personalidad. Es momento de replantear la administración que encabeza Ana Karen Sánchez.