Fernando Rangel de León.
El atentado a Ximena Guzmán y José Muñoz, secretaria particular y asesor de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, respectivamente, se dio cuando está bajando el índice de crímenes de la delincuencia organizada en la capital, se han dado golpes mucho muy fuertes al huachicol, se está involucrando a muy altos funcionarios en actos de corrupción, se está demostrando que éste gobierno va a llegar hasta las últimas consecuencias en su combate a la inseguridad pública.
Este tan lamentable como cobarde ataque, se dio también inmediatamente después de la designación del nuevo embajador de EEUU, en México, Ronald Johnson; y se dio también precisamente en los instantes en que la Comandante Suprema de las Fuerzas Militares del país, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, junto con la Secretaria de Gobernación, los Secretarios de Defensa, de Marina, y de Seguridad Pública Federal, y del Jefe de la Guardia Nacional, escuchaba nuevos programas para combatir la inseguridad pública del país; y daba su conferencia La Mañanera, ante millones de televidentes.

Esto es, los autores intelectuales de este doble asesinato, consiguieron lo que querían: el máximo impacto posible de esta reacción de la delincuencia organizada, por todo lo que está haciendo el gobierno en su contra para tratar de hacer parecer este atentado como un acto de terrorismo, y así justificar la intervención militar de EEUU, en México.
Es decir, atrás de este doble homicidio de dos de los funcionarios más cercanos al círculo de la Jefa de Gobierno capitalina, están los más obscuros intereses, de dentro y de fuera, para dañar a nuestro país.
Ante eso la Presidenta de México, ha declarado que el gobierno no bajará la guardia en el combate a la delincuencia organizada.
El gobierno tiene la capacidad militar y está preparado para hacer frente a la delincuencia organizada y acabar con ella; pero es menester que para que esto se logre más pronto, todos debemos estar unidos como un solo hombre con México, que es la casa de todos los mexicanos, independientemente de que todos somos diferentes.