Un peligroso distanciamiento

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Luis Eduardo Enciso Canales.

“A donde yo soy tú somos nosotros”.
Octavio Paz.

Hora que hablamos de sana distancia, que por cierto este concepto antes de convertirse en la frase más reproducida por la mayoría de los mexicanos como adoctrinamiento para marcar una línea imaginaria que nos separe de nuestros semejantes para evitar contagios por COVID-19, fue utilizado con anterioridad como una idea discursiva de cuño político y de uso genérico para determinar un “distanciamiento” entre el presidente de la república y el partido que lo llevo al poder. En este momento que estamos transitando el mantenernos a una sana distancia podría marcar la diferencia entre un posible contagio y mantenernos libre de este, aunque, en ninguno de los dos casos esto ha funcionado en su totalidad en la práctica, lo que nos lleva a pensar que los conceptos y sus ideas solo son eso cuando no están soportados en el ejercicio constante de prácticas cotidianas sanas, es decir, antes de poder marcar una sana distancia debimos haber construido una sana cercanía.

Para lo segundo en el caso de lo político las trasgresiones al espacio de lo que no está permitido han sido constantes y sistemáticas; nepotismo, tráfico de influencias, negocios privados con lo público, y un sinfín de etcéteras que ya todos conocemos. Pero el tema es que hoy el presidente de los mexicanos se aleja peligrosamente de sus gobernados, ahora que deberíamos estar más unidos la constante es el rompimiento, o sea que Andrés Manuel le vino como anillo al dedo eso de la sana distancia, aunque irónicamente, en este caso, esta no tiene nada de sana, y es que el jefe del ejecutivo debería entender que hay épocas de luchas y hay tiempos de reconciliación, más aun para el que se la ha pasado ablando del amor al próximo, de abrazos y no balazos, de que nos quiere mucho, en fin. Pero esto solo demuestra, además, que en general el sistema político nacional solo se ha preocupado por los ciudadanos siempre y cuando exista la posibilidad de sacar una tajada electorera del momento, el interés tiene pies diría mi abuelo, y para López Obrados su único segmento de interés son los pobres, y no lo digo peyorativamente.

Y bueno, esto es muy sui generis porque los pobres en México no son como los pintan, aquí existen emprendedores pobres, existen padres de familia pobres, que la sufren para poder impulsar a sus hijos para que reciban una educación digna, hay artistas pobres que hacen, ahora sí que; “circo, maroma y teatro” para poder hacer tangible su creatividad, hay también científicos pobres, maestros pobres, investigadores pobres, etc, etc, etc. En México la pobreza no es de postal de almanaque, es un fenómeno que va más allá y tiene muchas connotaciones, por eso seguimos atrapados en el sub desarrollo porque no hay criterios político  dirigidos a crear una sana cercanía con todos esos “otros” pobres, es más, en este país el mayor símbolo de pobreza esta precisamente en lo político, nuestros políticos son de una gran pobreza intelectual. Esto nos ha llevado al distanciamiento rampante que se traduce en un pueblo individualista donde cada quien busca solo conseguir lo propio, marcando un distanciamiento de nosotros mismos mucho antes de esta sana distancia que hoy nos inculcan religiosamente por necesidad.

La retórica de “la sana distancia” ha sido un recurso político utilizado en el proceso de construcción de la democracia en nuestro país. Pero en la realidad lo que siempre se ha requerido es la edificación de puentes que acerquen y conecten a la gente con los asuntos de la nación, este viraje en la cultura de la participación sin duda construiría una sociedad más responsable de los deberes que le corresponden ya que la noción de ciudadanía implica necesariamente la práctica de dos elementos fundamentales, derechos y obligaciones. En tiempos del coronavirus los escenarios sociales, económicos y políticos se mueven una vez más, y esta vez dan un giro de trecientos sesenta grados, el futuro se vuelve incierto porque al menos en la historia contemporánea no habíamos experimentado algo similar. Así que si lo que se pretende es gobernar en serio, lo necesario es una sana cercanía entre el presidente y todos los actores sociales, hoy la 4T se está topando con una realidad inadvertida, por primera vez una mayoría política en la realidad se ha vuelto minoría, la cerrazón de López Obrador no está sumando sino dividendo y distanciándose peligrosamente.  

luis_enciso21@hotmail.com