Los males de la pandemia

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Sócrates A. Campos Lemus

Es curioso estar envuelto en el silencio y escuchar sus sonidos, en Oaxaca, ésta es una nueva experiencia que no se recordaba desde hace muchos años. Los tiempos violentaron las calles, las manifestaciones y plantones eran la nota diaria, el bullicio en todos lados era una constante, es más, con una remodelación en el Centro Histérico se colocaron unas planchas con grietas simulando piedras y la única razón era la de ocultar el robo de las piedras originales del pavimento en la capital, miles de piedras labradas se “perdieron”, muchos aseguran forma parte de muchas casas de los políticos a los que se les fueron repartiendo sabiendo que eran valiosas por su escasez y por su tiempo, así que con esa “remodelación” lo único que se logró es que se pagara al “inventor” de esa tontería una gran cantidad por su utilización y se generó que los vehículos que circulan generen un enorme ruido al caminar por esas calles, en vez de paz y silencio, ruido y escándalo, pero así son los negocios de los políticos con el esquema aquel de : “Tienes que hacer obra que algo queda”…

Lo que no ha parado es el manejo y manipulación de los vendedores ambulantes que son una fuerza política que se opera desde el municipio, ahí se dejan actuar y se cobran por medio de los dirigentes de los vendedores las cuotas que se reparten entre políticos, funcionarios y los malandrines que los pastorean, esos son parte de los muchos ingresos extras de los funcionarios municipales en todos los sitios que se permiten esas prácticas, no es solamente en Oaxaca, también los vemos en el Estado de México, en Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz, en cualquier lado es un negocio y una forma de controlar grupos masivos que se usan en los juegos políticos y hoy, con la pandemia, esos grupos se ven afectados porque no hay caminantes ni compradores, en otros casos las mercancías que venían de China o de Corea, fallan y no llegan, otros grupos dentro de esos grupos se dedican a comercializar los productos robados y los clonados, además de los de contrabando y no hay duda de que por esos mecanismos se triangulan las ventas de drogas en muchos sitios y se afectan todos los rublos del “comercio” y hay una enorme crisis en el sector que pronto estallará porque no hay tiempos que se alarguen ni gentes que lo aguanten.
En muchos países, países ricos y supuestamente ordenados se comienzan a sacar a las tropas a las calles y es claro que no son para ayudar a controlar los males de la pandemia, sino que se utilizan como medida de protección ante posibles casos de violencia, saqueos, rebeliones por sectores perjudicados, los males de la pandemia generan los males de la política, y así los grupos vulnerables, los más pobres y necesitados, ya no aguatan la presión ni la mayor tragedia que le manda a mayores miserias y problemas, en muchos sitios no llegan los servicios y es lógico, no llegaban desde antes de este problema, eran zonas de manejo de los grupos de la delincuencia organizada, y esos grupos no permiten el que se operen directamente los programas que apoyan a los grupos vulnerables y así las cosas se agravan y comienzan a estallar las violencias y las manifestaciones.
Tendremos que recordarles a los “empresarios” que no entienden que esos grupos compuestos de desempleados y marginados que ya no tienen nada que perder saben organizarse para defenderse o para buscar las broncas en muchos sitios, ellos están acostumbrados a pelear y se conocen de los barrios y las calles, saben quién es quién y de sus capacidades y los siguen y son capaces de actuar fuera de sus zonas porque así están permanentemente haciéndolo.

Ahora vemos grupitos pequeños que van conociendo las zonas de mayor lujo y donde las gentes se mueven con dinero y no dan golpes sin sentido, conocen los barrios y se van juntando en grupos. Ahora, ya lo vimos en Tizapan de Zaragoza, en el Estado de México, cuando un grupo de veinte camionetas llenas de malandrines llegaron a saquear una de las residencias de la zona y no estuvieron listos los policías para hacer la reacción y debemos pensar que veinte camionetas, cuando menos traen cuatro gentes por cada una y dan un grupo de ochenta sicarios dispuestos y armados para lo que sea.

Ahora, son los mismos grupos de la delincuencia organizada los que operan, pero dan la muestra a sus grupillos que les sirven y están asociados con ellos. El cierre de muchos sitios y comercios dan la oportunidad de que con este sistema de grupos importantes se puedan hacer los saqueos a casas y grandes comercios que tienen productos de mucho valor.
Es más, en este mecanismo, no se duda de que la acción sea dirigida a alguno de los maleantes de otros grupos contrarios y de esta forma eliminan a la competencia o les dan golpes de valor y consiguen información delicada en su contra, esto mismo puede suceder contra los miembros importantes de la política o de las finanzas y el empresariado y ahora sí, con tales acciones, podremos decir que estaríamos en manos de los delincuentes organizados y con ello se apoyaría a los golpistas en contra del presidente al destruir o lesionar las estructuras del sistema y de las instituciones.

En los tiempos de crisis económica y de salud se aprovechan esos grupos, los comerciantes y acaparadores, los ahora importantes grupos de la delincuencia organizada del sector salud, los “empresarios de la salud” que gozaron al tener en concesiones edificios y grupos de hospitales pagados por el pueblo por medio del gobierno para dárselos en explotación por años, vemos las consecuencias de enfrentar a los acaparadores y mañosos de los grandes laboratorios que con sus acciones pueden desestabilizar a los gobiernos al ocultar los medicamentos y los equipos necesarios en los momentos actuales, vemos a los grupos de “empresarios” que en la realidad son sus “dirigentes” que siempre han aprovechado las circunstancias para sacar raja a nombre de los medianos y pequeños empresarios, a los que usan y no les dan ninguno de los beneficios que alcanzan las grandes corporaciones, así que, si seguimos o nos ponemos a llorar o terminamos mentándoles la madre, no hay de otra… a menos que AMLO los acuse con sus madrecitas…