Iván Nájera Agüero.
El avión presidencial se trata de uno de los elementos simbólicos de este gobierno, es decir, al iniciar el presidente López Obrador su periodo, tomó algunas decisiones, varias, que tenían una carga simbólica específica, una que es la más notoria, quizás fue la apertura al público de lo que era la residencia oficial de Los Pinos; otra la extinción del estado mayor presidencial, la extinción del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) para convertirlo en otro órgano distinto para la secretaría de seguridad pública y naturalmente el avión presidencial.
Se ha utilizado constantemente en el discurso presidencial en la medida en que se trata de una de las evidencias más claras de los excesos de los gobiernos neoliberales, del derroche que además se vincula con uno de los escándalos de corrupción del sexenio pasado (el hangar que fue necesario construir para albergar el enorme avión, fue encargado a Juan Armando Hinojosa Cantú mediante una adjudicación directa, este hombre que fue constructor y financiero de la casa blanca de Peña Nieto), entonces es un elemento simbólico interesante que ahí va y viene en el discurso, se muestra a los medios de comunicación, se manda a Estados Unidos para venderlo, ventas de cachitos de lotería para la rifa del Avión Presidencial (cien premios de 20 millones de pesos), que existen propuestas para su compra y una propuesta para el pago sería en especie y la otra parte en efectivo, según lo dicho, uno de los interesados ya dio cierta cantidad de dinero, bueno no está demás decir que es un tema recurrente en la narrativa presidencial.
Por lo visto es un show con una intencionalidad política, que tiene una carga simbólica, pero al final de cuentas, más allá de ese propósito y la idea de recuperar algo de lo que costó y sigue costando (aún no se termina de pagar), pues no tiene una relevancia y necesariamente más allá de lo que ha sido eso el símbolo para evidenciar el exceso, el despilfarro, pero ante problemas más graves como el huracán y sus consecuencias (inundaciones, muertes y desaparecidos) en Saltillo, Monterrey, Reynosa, etc., aumento de casos y muertes por el Covid-19, una economía en deterioro, el avance de la violencia en el primer semestre de 2020 concentrado principalmente en 11 de los 32 estados de México, les puedo decir que nos están dando el avión…
Para tomar en cuenta
Tal parece los senadores y senadoras de Morena van a tener que ponerse la del Puebla para comprar los boletos de la rifa para el Avión Presidencial. Se dice, les llegó “la sugerencia” de que hagan una pequeña aportación de 100 mil pesos, que para no perjudicarlos pueden ser descontados en cuatro quincenas de sus respectivas dietas.
La noticia les llegó durante la reunión previa a la pasada sesión extraordinaria. Mencionan, que algunos se atrevieron a cuestionar el pase de charola, a lo que su coordinador, Ricardo Monreal, les respondió: “Yo sólo les transmito un mensaje”. Así que ya será decisión de cada senador(a). Obviamente quienes no accedan, no se anotarán una estrellita para ser considerados en el próximo proceso electoral. Claro, se espera que los primeros que se mochen sean los suspirantes a ser candidatos por Morena a gobernador.
Un dato interesante es que se necesita pisar a fondo el acelerador en la colocación de boletos con empresarios, representantes populares, etc., ya que hace días se informó que las ventas apenas alcanzan el 25% del total.
