José Guadalupe Robledo Guerrero
Hace unas semanas, en este mismo espacio, señalaba que algunos alcaldes de Coahuila querían reelegirse por segunda ocasión en su cargo, entre ellos: Julio Iván Long, de San Juan de Sabinas y Alfredo Paredes, de Monclova, y en esta opción nada posible, hubo quien incluyó al alcalde saltillense Manolo Jiménez Salinas, quien hasta la fecha no ha dicho si quiere volver a reelegirse, pero tampoco ha dicho que no desea tal posibilidad.
Luego comenté que dicha aspiración fortalecía la actitud reeleccionista de AMLO, pues hay sectores que aseguran que el presidente López Obrador intentará reelegirse una vez que termine su sexenio. Sin embargo, en la mañanera del pasado viernes, López Obrador abordó el tema, acusando a los alcaldes reeleccionistas de Coahuila de conservadores porfiristas.
Por tal razón, esa posibilidad quedó anulada, pues la segunda reelección de los alcaldes no se encuentra pendiente en ninguna agenda. Por lo tanto, no tiene ninguna esperanza de ser realidad, como me lo confió un enterado de estos temas. La segunda reelección es un asunto constitucional y nada indica que se discutirá.
Cuando mencionamos el tema hace unas semanas, también dijimos que –al parecer– al que estaban placeando para la Alcaldía de Saltillo era a Jaime Bueno Zertuche, al que luego le sumaron a otros dos aspirantes: José María Fraustro Siller y Jericó Abramo Masso.
Lo cierto es que los políticos de la aldea, consideran desde ahora que quien se quede con la Alcaldía saltillense tendrá mayores posibilidades de ganarse la candidatura gubernamental del 2023, de ahí el interés de sacrificarse por Saltillo.
José María Fraustro, ya lo dijimos, tiene varios sexenios apareciendo como precandidato a Alcalde de Saltillo cada tres años y hasta ahora no ha conseguido ser el candidato. Por su parte, Jericó Abramo ya fue Alcalde en la segunda mitad del sexenio de Humberto Moreira Valdés.
Manolo Jiménez ha hecho un excelente papel durante su gestión. A su trabajo, coordinación y sensibilidad se debe la situación pacífica que priva en nuestro municipio, y su permanencia en la Alcaldía saltillense sería bien vista por la ciudadanía, pero nada probable de realizarse. Para Manolo Jiménez lo mejor, más cómodo, es reelegirse por segunda ocasión, pero esa opción no es posible.
Pero si Manolo Jiménez quiere seguir presente en la mente de sus simpatizantes, en cualquier cargo podría destacarse, uno de ellos es la diputación federal que ganaría con facilidad y lo metería de lleno en la lucha nacional de la oposición contra AMLO y la 4T.
Por otra parte, dicen los que saben, el asunto será decidido por el Gobernador, quien indudablemente tiene en sus manos el control político del estado, más ahora que su trabajo se ha destacado a nivel nacional, siendo considerado uno de los mandatarios estatales con mayor aceptación durante la pandemia.
Ante esta situación inédita, algunos piensan que la mejor opción para Saltillo es Jaime Bueno Zertuche, otros se inclinan por Jericó Abramo Masso, mientras que militantes priistas aseguran que el que trae la candidatura en la bolsa es José María Fraustro Siller, quien por primera vez dijo que era una distinción que lo consideraran para Saltillo, argumentando “¿Quién no quiere gobernar la ciudad en donde nació?”.
Lo cierto es que quien tiene la decisión en sus manos es Miguel Ángel Riquelme Solís. El Gobernador sabe que cualquiera de los mencionados podrá ganar la elección a los candidatos de los otros partidos y eso es una ventaja para decidir cómodamente.
Por último, también es verdad, que hay quienes aseguran que la decisión de Coahuila para el 2023 ya está tomada, y que el que se encamina a la candidatura a la gubernatura es Eduardo Olmos Castro, diputado local y próximo coordinador del Congreso del Estado.
Sin embargo, nada está escrito, y por lo visto tendremos que esperar hasta el año próximo para saber el nombre del candidato a la Alcaldía de Saltillo.