El lenguaje del silencio (2)

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Simón Álvarez Franco.

Comunicación Asertiva

Como decíamos en el artículo anterior, dentro de los variados estilos de lenguaje, hemos de dar especial importancia a la Comunicación Asertiva. Su definición es importante dentro de la Comunicación, ya que significa usar ésta en forma positiva, lo más clara y escueta posible, en forma que tienda a demostrar, solicitar y entender de manera positiva a las personas que deben usarla, en especial para el Emisor y para el Receptor.       

El concepto de Asertividad hace referencia a la capacidad de comunicar a las personas que nos rodean nuestros sentimientos y necesidades, pero evitando herir y ofender a los demás. Sin embargo, para saber aún más en profundidad qué es la asertividad, necesitamos hacer una correcta definición según la psicología                       “Si no podemos encontrar esa palabra precisa, seremos generadores de entropía, o sea un ruido que viene a dificultar el proceso de comunicación”, nos dice Marcela Pámanes. (*). Comunicar es un arte que se adquiere con la conciencia de convertirnos en escuchas dispuestos a establecer un diálogo y no un monólogo.

Hay que considerar que asertividad y habilidades sociales son términos sinónimos. El fin teórico de comunicar es la retroalimentación, que el otro actúe para que podamos concluir en acuerdos, en consensos, en disensos o que podamos tener la certeza de reanudar la conversación sin mayores problemas.

Según la RAE es: “Expresar su opinión de manera firme”. Ejemplos; Pongamos la siguiente situación:   te sientas en un restaurante a cenar. Cuando el mesero te trae lo que has pedido, te das cuenta que la copa está sucia, con marcas de pintura de labios de otra persona. Ante esta situación podrías:

  1. No decir nada y usar la copa sucia, aunque a disgusto.
  2. Armar un gran escándalo en el local y decir al mesero que nunca volverás a ir  a ese establecimiento.
  3. Llamar al mesero y pedirle que por favor te cambie la copa.

¿Qué harías tú? Ni la primera opción ni la segunda son conductas apropiadas o características de la comunicación asertiva. En esa situación., si lo que pretendemos es reducir nuestro estrés y tratar a las demás personas con respeto, la tercera opción es un ejemplo de conducta asertiva, mientras que la primera alternativa es un ejemplo de conducta pasiva y la segunda opción hace referencia a una conducta agresiva.

            Otro ejemplo de asertividad sería en la situación en que queremos solicitar un aumento de sueldo. Para realizar las peticiones de forma correcta, también es necesario utilizar la asertividad. De esta manera, estemos defendiendo nuestros derechos, reconociendo y respetando también los derechos de los demás.

Cuando comunicamos siempre tenemos una expectativa: convencer, disuadir, invitar, informar, enterar, aprender, entretener y algunos otros verbos que se me escapan, pero como se podrán dar cuenta, todos implican acción ya sea activa o pasiva.

Para comunicar hace falta un código oral, que es el lenguaje y un código corporal. El lenguaje oral implica tonos, matices, idioma, pero sobre todo encontrar en nuestro acervo la palabra adecuada para nombrar las cosas, las emociones o los conocimientos de manera precisa y exacta.

Si no podemos encontrar esa palabra precisa, seremos generadores de entropía, o sea un ruido que viene a dificultar el proceso de la comunicación.

En fin, que comunicar es un proceso, es una ciencia, una habilidad y un arte, por eso no podemos creer que porque hablamos o escribimos podemos comunicarnos y menos asertivamente. Ser asertivo “es una forma de expresión congruente, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia”.

Obstáculos para una comunicación asertiva

1.- Las filias y las fobias que tenemos de manera personal y que influyen en la comunicación de todo tipo: personal o social o laboral.

2.- Los prejuicios, las ideas adquiridas en el transcurso de la vida frente a ciertos temas.

3.- La hora y lugar en el que iniciamos la comunicación.

4.- El estado anímico en el que nos encontramos.

5.- La ideación relacionada con el pasado.

6.- El estado físico con.el que llegamos a la comunicación.

7.- La conciencia de nuestro cuerpo.

8.- El lenguaje verbal implica por sí mismo asertividad.

9.- Escoger la palabra correcta para lo que queremos decir.

10.- El tono con el que decimos la palabra.

11.- Los silencios o las inflexiones que empleamos.

El cuerpo también comunica

1.- Colocación de brazos, a dónde va la mirada, el pecho abierto o cerrado, la cabeza inclinada, hacia un lado u otro, el juego de manos, las piernas cruzadas o liberadas, etcétera.

2.- Cuerpo que reta (echado hacia adelante con los hombros hacia atrás). Cuerpo que dialoga (imitación del lenguaje corporal del otro para estar en la misma sintonía y dirigirlo hacia la postura correcta). Cuerpo que concede (actitud corporal sumisa, postura encorvada, cabeza hacia abajo).

No es lo mismo hablar del tema “dinero” a las 10 de la noche en que estás a punto de ir a la cama que a media mañana.

No es lo mismo hablar de las discrepancias en la educación de los hijos frente a ellos que sin ellos.

No es lo mismo evocar el pasado con copas encima que con la conciencia en plenitud del presente. No es lo mismo disentir en la comida del domingo en casa de los suegros que en la intimidad de la habitación.

Lo que no podemos permitir en el proceso de la comunicación asertiva es: gritos, insultos, recriminaciones, burlas, descalificaciones, en el momento en que esto ocurriera, dale la vuelta a lo que se convirtió en enfrentamiento porque nada bueno puede salir de ahí.

Hoy que hemos estado más tiempo en familia ¿cómo ha funcionado tu comunicación?

Hasta aquí por el momento, ya que el tema que nos ocupa se seguirá desarrollando en futuras entregas.

(*) Marcela Pámanes; SN No.365 Jun-13-20, con mi agradecimiento por haberme dado autorización oral telefónica para utilizar algunos de sus conceptos.