Legisladores con México o el capital global

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Fernando Fuentes García.

El declive de la otrora superpotencia unipolar ha dado paso al nuevo orden tripolar (Estados Unidos, Rusia y China); aceptado incluso por el mismo Pentágono y previsto hace ya nueve años por el analista en geopolítica, Alfredo Jalife(https://bit.ly/3oLq8QG). En una de sus aportaciones para La Jornada (17/11/2021), Jalife destaca la opinión del científico ruso-estadunidense Dmitry Orlov, quien juzga que a la potencia no le queda más que apoderarse de los recursos y productos manufacturados del mundo, expropiando ahorros y exportando su inflación, mediante sus “guerras financieras y su maquinaria propagandística”.

Hay que destacar que, al hablar del Estado estadounidense no hablamos de un Estado democrático, si no de uno plutocrático regido por la bancocracia y la corporocracia. Bien pues esta dupla del poder Estado-capital de la otrora potencia, se ha reunido con sus pares del mundo occidental en el “show” (calificado por muchos como propagandístico) de la Conferencia de las Partes (COP26) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los aparentes motivos, darse baños de pureza verde y buscar aplicar la estrategia que ha expuesto Orlov.

El poder oligárquico y corporativo mundial se acompaña en esta reunión de sus extensiones organizacionales, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Del primero habría que agregar que es uno de los grandes promotores de proyectos de combustibles fósiles (https://bit.ly/3ENfrTU), cuyo dirigente trabajó en la campaña electoral anti-clima 2016 del expresidente Donald J. Trump y quien más tarde lo colocara en este organismo. Por otro lado, y de acuerdo al reporte del investigador Manuel Pérez Rocha (https://bit.ly/3CLXc0t), hay que tomar en cuenta que el organismo soporta el sistema de solución de controversias entre inversores y Estados (ISDS por sus siglas en inglés), cuya cartera de negocio se conforma en un 29 por ciento por la industria petrolera, de gas y minera y otro 14 por ciento por la industria energética eléctrica y de otras fuentes.

Pérez Rocha apunta que el sistema de controversias, es una limitante para las iniciativas reales de cambio climático, puesto que les permite a las transnacionales demandar a los gobiernos por acciones que impacten en el valor de sus inversiones extranjeras, lo que paraliza las acciones ecológicas de cualquier gobierno consciente. Rocha expone cómo México ha quedado expuesto al poder de estas trasnacionales, en el nuevo acuerdo comercial trilateral de américa del norte (T-MEC), en el que se ha eliminado la acción del ISDS entre Canadá y Estados Unidos, pero no entre estos y México.

En esta cumbre supuestamente ambientalista, se ha lanzado lo que el politólogo Manlio Dinucci califica como la “nueva arma financiera” de occidente: La Alianza Financiera para la Emisión Neta Cero (https://www.voltairenet.org/article214674.html). En su reporte, Dinucci nos revela la mecánica que les permitirá a quienes concentran más del 80 por ciento de la riqueza del mundo, lavarse las manos del gran desastre ambiental del que son responsables, pintarse de verdes con moño ajeno y hacer el negocio del siglo. La alianza buscará financiar el cambio hacia las cero emisiones netas de CO₂ para el 2050, con bonos verdes y fondos comunes y de pensiones provenientes en su mayoría de pequeños ahorradores (el 90 por ciento de la población mundial que vive con tan solo el 20 por ciento de la riqueza del mundo) y los asignará solo a los gobiernos y entidades que se sometan al Índice de Entrono, Sociedad y Gobernanza (ESG), determinado y medido por ellos mismos. Y así, al puro estilo del ya desacreditado FMI, ahora los banqueros de la alianza podrán prestar dinero, para luego buscar apoderarse de los recursos y productos manufacturados del mundo.

No es de extrañarse la ausencia de Rusia y China en la cumbre, pues no coinciden en este proyecto financiero y sin duda, sabia la decisión del presidente Obrador de no asistir. Como concluye el biólogo destacado con el Premio Nacional de Medio Ambiente 1985 y el Premio al Mérito Ecológico por el gobierno de México en 1999, Víctor M. Toledo: “Cada cumbre climática pone de relieve la contradicción irresoluble entre ecología y capital” (https://www.jornada.com.mx/2021/11/16/opinion/016a2pol). Pues es de notarse, agrega Toledo; que la COP26 fue un desfile de 120 jefes de estado y más de 500 cabilderos de las gigantescas corporaciones que buscan proteger sus intereses. El mayor avance celebrado por la maquinaria propagandística occidental, comenta, es (curiosamente) señalar al carbón y a los combustibles fósiles como causantes del problema del cambio climático.

Y digo curiosamente, pues la lógica nos dicta que no es la única y principal causa del deterioro ambiental y sin embargo todo lo demás no está en el radar de estas élites; por lo que la cumbre climática, suena metálica. Por ejemplo, si bien se reconoce la decisión tomada en esta cumbre en contra de la deforestación, con la Declaratoria de bosques y uso de la tierra, a propuesta de México e inspirada en el programa nacional “Sembrando Vida”; ni se le brinda suficiente difusión, ni tampoco se hace nada con respecto a las causas de la deforestación, que según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha llegado a cobrar 420 millones de hectáreas de bosque desde 1990, a causa en un 90 por ciento de la expansión agrícola y ganadera (Angélica Enciso, La Jornada. 9/11/2021).

Bien apunta José Blanco: “La conservación no es el tema para quienes deciden, sino las ganancias que pueden ser obtenidas por los capitalistas en la inversión climática, cualquiera que ésta sea” (La Jornada, 16/11/2021). Es más que evidente que, para un simple ciudadano consiente, el juego nada tiene que ver con la ecología ni con el cambio climático. Es por eso que se refleja ya la negra (de oro negro) contradicción, en el dirigente de la otrora potencia unipolar, Joseph Biden, quien llega a la cumbre habiendo solicitado a los países productores de petróleo en la reunión del G-20, un incremento en la oferta de petróleo y del gas natural, para ayudar a la recuperación económica. Seguramente previendo la escalada de la inflación causada por los energéticos, la que afectaría a su pueblo, o tal vez más preocupado por la erosión de su popularidad.

El juego del oportunismo y el saqueo, se llama crisis energética y no por escasez de recursos, sino por la especulación del mercado energético y la “inflación” que se puede generar en las economías de todo Estado, manipulando la producción (escándalo de Iberdrola en España como caso ejemplar) y controlando el mercado desde el ámbito privado, lo que han logrado disolviendo a las empresas públicas y saqueando recursos de naciones. Lo que nos demuestra la importancia del carácter estratégico y de seguridad nacional de Petróleos Mexicanos, de la Comisión Federal de Electricidad y de los proyectos de inversión pública como el de Dos Bocas. No es de extrañarse entonces, que la maquinaria propagandística neoliberal, saque a sus “expertos” Canis de la especie neoliberalis a ladrarle a México, con el fin de apoyar la entrega del mercado energético a los privados y provocar la parálisis de todo proyecto de inversión con artimañas legales, a las que el presidente Obrador hace frente con el acuerdo, mas no decreto, por el que se declara de interés público y de seguridad nacional la realización de proyectos y obras consideradas prioritarias y/o estratégicas.

De entre los disparates que buscan establecer los Canis neoliberalis, está la idea de que México es el bárbaro de la contaminación y así se lanzan con irascibles exigencias de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sin considerar que la responsabilidad histórica por el colapso climático se la lleva en un 98 por ciento el Norte Global, es decir que a quienes deberían de estarle ladrando es a Estados Unidos, Canadá, Europa, Israel, Australia, Nueva Zelanda y Japón (Ver estudio de J. Hickel. The Lancet: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S2542-5196%2820%2930196-0). Hay que agregar que mientras Estados Unidos y China son los punteros en las emisiones de CO₂ con una participación del 45 por ciento, México solo contribuye con el 1.2 por ciento. De igual manera tampoco consideran que, con el saqueo de Pemex durante los últimos tres sexenios neoliberales, la producción de petróleo se redujo deliberadamente de alrededor de 3.3 millones de barriles diarios en el año 2003 y 2004 a 1 millón 700 mil barriles diarios para el cierre del 2018.  

En materia de energía eléctrica, la estadística del 2018 de la Agencia Internacional de Energía, muestra que el 61 por ciento de la producción mundial de electricidad proviene del carbón y del gas, mientras que la energía eólica, la solar, la geotérmica y la oceánica, tienen una participación de 7.2 por ciento (https://bit.ly/3wuVkXP). No se puede pretender que la humanidad elimine de un día al otro la producción de energía fósil para sustituirla por la solar y eólica, las que al momento no cuentan con la tecnología adecuada para su eficiente aprovechamiento. Tampoco es “lógico” sustituir de la noche a la mañana el parque vehicular de motores de combustión por los eléctricos, que al momento según AMDA, tan solo conforma el 2.6 por ciento del parque vehicular en México. Los Canis neoliberalis deberían de estar ladrando por el desarrollo tecnológico y de la producción de origen nacional, que por cierto el otrora imperio, no dejó que los desarrolláramos y en gran medida gracias al servilismo y entreguismo que caracterizó al otrora régimen prianista.

Es por lo anterior que Estados Unidos y China, se encaminan a incrementar la producción de energía nuclear, pese a su evidente potencial contaminante (Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada 21/11/2021). En contraste, México se encamina con la reforma energética a restablecer las plantas hidroeléctricas, la energía más limpia que convenientemente la reforma prianista había parado y para la cual Canadá muestra interés en invertir. Además, se protege “el nuevo oro verde, el litio”, fundamental para las comunicaciones y la conservación de energía en automóviles eléctricos y por el que Londres, promovió la caída del presidente de Bolivia, Evo Morales, de acuerdo al intelectual francés Thierry Meyssan (https://www.voltairenet.org/article212410.html). Mas, sin embargo, los legisladores de oposición y supuestos ecologistas, siguen oponiéndose a la reforma energética que impulsa el Gobierno Federal. La pregunta es: ¿Están con México o defienden al capital global, nacional y extranjero?

Sobre el Autor

Fernando Fuentes García es un escultor autodidacta especializado en el bronce, comprometido a transmitir la aportación única y vital del arte y la escultura a la sociedad y a contribuir a un mejor México.