Día del maestro

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Fernando Rangel de León.

“Una cosa es saber y otra, saber enseñar”.
     Marco Tulio Cicerón.

Hasta este 2022, en que ya empieza a controlarse la pandemia y a disminuir el número de enfermos y defunciones por el COVID-19; la Secretaría de Educación Pública (SEP), del gobierno de México, pudo dar presencialmente a los maestros con motivo de su día el 15 de mayo, medallas y recompensas.

            Por 25 años de servicios están recibiendo los maestros $35,740.00, por 30 años $44,868.00, por 40 años $63,481.00 y por 50 años $85,022.00; además de entregarles las medallas “Rafael Ramírez” por 30 años o más; y la “Ignacio Manuel Altamirano”, por 40 años o más; lo que es un orgullo y una de las más grandes satisfacciones de los maestros que entregaron su vida a la docencia, que ven coronado así su apostolado magisterial, pues algunas y algunos de ellos arriesgan hasta su vida al trasladarse de su domicilio a sus escuelas ubicadas en otras ciudades.

            Los maestros, además de instruir, de transmitir conocimientos y coadyuvar con los padres de familia a moldear el carácter de los educandos, siempre han sido agentes de cambio, social y cultural en México, en todas sus épocas, pues sin ellos no se explica la evolución que ha tenido y está teniendo el país a lo largo de su historia.

            En el Día del Maestro debemos de recordar no solo a nuestros maestros más recientes, de las normales, tecnológicos, politécnico o universidades, sino también a los que nos enseñaron las primeras letras y números, a los de la primaria, como en mi caso mis profesoras Sanjuana Arguijo (de gratos recuerdos), Josefina Escobedo, Magdalena Hernández y Dolores Carrera, en la Escuela Primaria Apolonio M. Avilés, de Matamoros, y Amanda Contreras, en la Escuela Centenario de Torreón.

            De la Escuela Secundaria y Preparatoria Venustiano Carranza, recuerdo con mucho agradecimiento a los doctores Carlos Montfort Rubín y Jesús Fuentes Pérez, y al profesor Jesús Cueto Nicanor, sobre todo al penúltimo que nos sembró la duda cartesiana y nos hizo escépticos.

De la Facultad de Derecho dejaron una huella indeleble en nuestras mentes los abogados Mario de la Cueva, Andrés Serra Rojas, Ignacio Burgoa Orihuela e indirectamente sobre todo el maestro de ellos, Antonio Caso, y a su más ilustre alumno: Vicente Lombardo Toledano.

Este 15 de mayo se cumplen 104 años de la primera celebración del Día del Maestro, en 1918, declarado oficial por el presidente Venustiano Carranza.

            Pero no podía haber maestros sin escuelas normales que los prepararan, por eso los Presidentes Valentín Gómez Farías y Benito Juárez, que debían su formación académica a los seminarios de la Iglesia, en donde estudiaron, también deben recordarse en el Día del Maestro, pues ellos crearon las primeras normales en México, en las que estuvieron entre otros los ilustres Ignacio Ramírez “El Nigromante” e Ignacio Manuel Altamirano.

            Este 15 de mayo, los maestros normalistas de la Laguna tienen un deber que cumplir: defender que el nombre de su maestro el profesor José Santos Valdés, no les sea quitado a un boulevard de ciudad Lerdo, ubicado precisamente en la colonia del magisterio, lo que parece una ironía. No hacerlo, es una traición a su memoria.