Existen serios desvíos gramaticales en algunos medios de comunicación

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Jesús M. Moreno Mejía.

“Lo más difícil no es cumplir
con el deber, sino conocerlo”.
Luis Gabriel de Bonald.

            Es triste ver y escuchar, casi a diario, serios desvíos gramaticales en algunos medios de comunicación, lo contrario a lo que solíamos observar a mediados del siglo pasado, cuando incluso los profesores de las escuelas primarias recomendaban a sus alumnos leer los principales periódicos nacionales o de la localidad, tomando en cuenta la excelente ortografía de los periodistas.

De igual manera pedían escuchar a los locutores de las radiodifusoras, para expresarnos de manera correcta y con claridad, pues todos tenían una preparación y licencia previa al oficio, que correspondía a la de un bachiller bien estudiado y preparado para estar al frente de un micrófono.

Los periodistas de la “Vieja Guardia” no eran egresados de nivel medio superior, sino personas conscientes de contar con una preparación cultural integral, adquirida de manera autodidacta, con el afán de saber expresarse correctamente al redactar una nota informativa o escribir un artículo.

Todos ellos eran considerados aprendices y al llegar a la redacción de un periódico, tenían la obligación de pasar primeramente por la sección de corrección de prueba de estilo y de ortografía, durante un período más o menos largo, teniendo siempre a su alcance un diccionario para consultar cualquier duda que tuvieran, aparte de la instrucción directa que recibían del titular de ese departamento.

Pero había poco que corregirle a los textos revisados en ese puesto, pues se supone que el reportero tenía la preparación necesaria para redactar una “limpia” nota informativa, pero además había otro tamiz previo (estamos hablando de la prensa escrita de mediados del siglo XX): el linotipista o encargado de transcribir el trabajo del periodista, para crear, línea por línea, las columnas de plomo que posteriormente se imprimirían en cada una de las páginas del periódico, y dichos obreros también estaban preparados para corregir algún posible error en los textos que recibían.

Ya desaparecieron hoy en día los departamentos de corrección y los linotipos, pues ahora las computadoras hacen la labor correspondiente, sin que ello signifique la perfección, como ha quedado ya de manifiesto en no pocos casos.

Los periodistas que egresan de las escuelas universitarias se supone deberían estar preparados para un correcto desempeño de la carrera, pero lamentablemente arrastran el lastre de una mal preparación académica que viene desde la instrucción primaria, producto de los continuos cambios en los programas de estudio de la educación básica (Primaria y Secundaria), afectando al conocimiento de la gramática y la ortografía, así como la poca atención que se da a la literatura, la geografía y el civismo.

Es un problema que afecta a una gran mayoría, salvo las honrosas excepciones de quienes recibieron las materias antes mencionadas o bien se aplicaron para prepararse convenientemente.

De los errores observados casi a diario en la prensa escrita, quedan de manifiesto por muchos lectores que nos los han comentado, algunos de ellos inconcebibles.

El problema en la radio y TV

La situación es parecida en la radio y la televisión, pues también las han expresado algunos oyentes que escuchan frecuentemente palabras mal empleadas por parte de los locutores noveles, por ejemplo, el mal uso de las preposiciones, ya que dicen al aire: “Escucharon la canción X de X cantante” en lugar de decir “Escucharon la canción X con X cantante”.

Y es que al utilizar la preposición >de< se está indicado pertenencia de algo, que en este caso le corresponde al autor de la canción o melodía, y en cambio al emplear la preposición >con< se refiere al interprete. Es cierto que existen algunos casos donde hay dualidad de cantante y autor, pero el problema es que siempre se utiliza la preposición equivocada. 

Otra palabra mal empleada que escuchamos en la radio, en la TV e incluso en medios de la prensa escrita, es la de señalar una determinada dirección como “colonia centro” en lugar de el Primer Cuadro o Centro Histórico de una ciudad, pues las  colonias son aquellos asentamientos humanos que existen en la periferia de la localidad originaria, cada uno con un nombre específico (Alameda, Los Ángeles, Francisco Villa, etc.), asignado por los propios habitantes de cada lugar o bien por el fraccionador del conjunto habitacional.

Con el debido respeto a quienes incurren en esa clase de dislates, están demostrando desconocer nuestro bello idioma y a la vez promueven la incompetencia escrita y verbal a quienes los leen y escuchan, pues no hay que olvidar que tanto periodistas como comunicadores de radio y televisión, crean y forman la opinión pública.

Estamos viviendo una época en la que la tecnología gana terreno a la comunicación de masas, y lo triste es que lo hace con un incorrecto empleo de palabras orales y escritas, que también vemos en muchos mensajes electrónicos (especialmente en las llamadas Redes Sociales), algunos que incluso nos ganan la risa y en otras vergüenza de ver tanta barbaridad.

¿Pero usted, amable lector, qué opina al respecto?

¡Hasta la próxima!