José Guadalupe Robledo Guerrero.
El Primero de mayo de 1973, un grupo de universitarios nos dimos cita en la Plaza Primero de Mayo que fue el lugar de concentración de los obreros al final del desfile del día del trabajo, en donde se realizaría un mitin para promocionar a los candidatos a diputados federales por el PRI: Arnoldo Villarreal Zertuche y Jesús Roberto Dávila Narro. Fue allí donde nos dirigimos a los obreros para manifestarles nuestro agradecimiento al apoyo que de ellos tuvimos, cuando un mes antes luchamos por conseguir la autonomía para la Universidad de Coahuila.
Ese día hicieron contacto con los universitarios los dirigentes de la Asociación de Colonos de la Chamizal, Luciano Cruz y Lidia Hernández, que llevaban años solicitando la escrituración de sus terrenos y ninguna autoridad les había hecho caso, por eso fueron a pedir nuestro apoyo, el cual brindamos. Luego de un par de meses de lucha se logró el triunfo del movimiento, y se escrituraron los terrenos.
Ese fue el nacimiento del movimiento popular en Saltillo, que es la organización de los ciudadanos para luchar por mejores condiciones de vida en sus colonias. Desde el primer día de esa lucha, el PRI, entonces partido hegemónico, se dio a la tarea de infiltrar el movimiento, sobornando a los más débiles y menos comprometidos.
El PRI se había dado cuenta lo que representaban en votos las colonias proletarias, y quisieron controlarlas desde su nacimiento, como de hecho lo lograron a través de una estructura de lideresas priistas, que además de gestoras de pequeñas obras, también fueron las que distribuían las dádivas de los programas sociales que comenzaron a reproducirse como hongos, para el intercambio de votos por dinero o beneficios sociales. Ante esto, los preparatorianos decidimos separarnos del movimiento, una vez que triunfaron sus objetivos de justicia. El otro intercambio no era nuestro juego.
También los activistas de “izquierda” se percataron de la veta de simpatizantes que representaban las colonias populares e inventaron un nuevo oficio: invasores de terrenos, que luego vendían en lotes a los solicitantes, haciendo un negocio redituable. Después con las colonias cautivas iniciaron la constitución de partiditos, para luego negociar los votos a cambio de dinero o diputaciones locales, o ambas cosas a la vez.
Por eso estoy convencido, que la compra de votos no es un mecanismo democrático, y que además pervierte a la política. Desde que comencé mi oficio de periodista, siempre he criticado la compra del voto y el intercambio de sufragios por dádivas.
Pero el destino nos alcanzó. Ahora vemos con naturalidad ese perverso intercambio, que actualmente se realiza desde la presidencia de la república sin ningún pudor, y con el disfraz de “Primero los pobres”, y lo que es peor, diciendo que eso es democracia. Por eso hoy no tengo duda, que lo que he repetido durante décadas ha quedado comprobado: La pobreza de los desheredados es redituable para los politicastros de la partidocracia, por eso no la combaten, simplemente les otorgan dádivas para que sobrevivan y sigan votando por ellos. También hay que señalar, que el dinero de esas dádivas proviene de los impuestos que pagan los contribuyentes cautivos, no son del peculio de esos vividores.
Los pobres se han convertido en el granero de votos de esos comerciantes y mercenarios de la política, esos politiqueros que engañan a sus votantes y solo representan a sus partidos para que sigan en el poder, y así robar y hacer negocios con el dinero de los mexicanos.
Actualmente más del 50 por ciento de los habitantes de México no pagan impuestos y se encuentran en la economía informal, pero son a los que se les canalizan las dádivas, y son además los que por su voto mayoritario eligen a los gobernantes. Por eso la “derecha” y la “izquierda” son defensoras de ese intercambio, y por eso mismo son los causantes principales de la pobreza que ahora nutre la politiquería con sufragios.
Ahora todos los partidos, de uno y de otro bando, compiten por ser los que más dádivas ofrezcan, ya no son los proyectos ni las propuestas las que ganan los debates, sino quién da más, quién paga mejor el voto, quién ofrece más. Por eso las “izquierdas” latinoamericanas se han encumbrado en los países sumidos en la pobreza, y por esa razón se han convertido en dictadores, en naciones llenas de miseria.
Política aldeana
Nunca he entendido el por qué buena parte de los alcaldes de Saltillo, cuando no tienen otro proyecto que hacer, recurren a “mejorar” al “Centro histórico” o a la alameda. Sin embargo, y a pesar de las inversiones, el “Centro histórico” se encuentra olvidado y nunca ha sido mejorado, pero hay quienes insisten en que esas remodelaciones son buenas para hacer negocios, y el que parte y reparte… Hoy, la presidencia municipal de Saltillo, anuncia que realizará un Paseo Capital, que tiene como fin la revitalización y embellecimiento del “Centro Histórico”, y cuya acción principal es hacer peatonal dos pequeñas cuadras que van de la calle de Bravo a la de Allende, y que costará, según el presupuesto inicial, 40 millones de pesos. Esta información provoca un reclamo: ¡Más respeto para el pasaje! Pero, independientemente de las voces discordantes, el proyecto del “Centro histórico” se iniciará a finales del próximo enero de 2023.
Preguntas huérfanas
¿Se atreverá Ricardo Monreal a detener el Plan C de la reforma electoral de AMLO?