ESTOICISMO Y EPICUREÍSMO

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José Luis Rodríguez Flores.

“El hombre que no se contenta con poco, no se contenta con nada”
Epicuro de Samos. Filósofo griego

            Entraré a un tema fascinante que ha sacudido desde siglos atrás la conciencia de la humanidad, desde el inicio de la creación misma, o génesis, 3 El pecado de Adán y Eva, la serpiente considerada la más astuta de todos los animales, le pregunta a la mujer ¿Es cierto que Dios les dijo que no coman de ningún arbol del jardín? 2  Y la mujer respondio: Podemos comer de los arboles del jardín 3  Pero Dios nos dijo “no deben comer frutos del árbol que está en medio del jardín, ni siquiera tocarlo porque si lo hacen moriran”. 3 Desobediencia del hombre génesis 3:16 tu voluntad estará sujeta a tu marido. Pasaje bíblico que muestra el deseo humano natural, “originario” de tener más, o desear cosas más bellas y apetitosas, representadas literal en el “árbol de manzana” de ahí el pecado original. Según los filsofos griegos, advirtieron que el hombre tedría que rechazar los pecados (tentaciones) capitales para alcanzar la imperturbabilidad del alma, como efecto de las corrientes de pensamiento se dividieron en dos corrientes ideológicas más famosas:    

El Estoicismo doctrina filosófica que practicaba el dominio de las pasiones que   perturbaban la vida valiéndose de la virtud y la razón, como efecto se podría llegar a alcanzar la eudaimonia o vida buena, su objeto era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de las comodidades, y/o rechazando los pecados capitales. Corriente filosófica fundada por Zenón de sitio que existió hasta el año 529 d. C., cuando la Escuela de Atenas fue clausurada por el emperador Justiniano.

El ideal de los estoicos era lograr la imperturbabilidad y cierto grado de independencia ante el mundo externo. Aunque era una doctrina fundamentalmente ética, también tenía sus propias concepciones lógicas y físicas. Fue influida por los cínicos y por Heráclito; otras figuras afines a esta corriente estoica son Séneca, Epícteto, y Marco Aurelio. 

En cierta medida existió otra corriente filosófica, el Epicureísmo que nace en Atenas de la mano del filósofo Epicuro de Samos (341-270 a.C.), fundador de la escuela El Jardín. Un lugar en el que la adquisición del saber estaba abierta a todos los individuos: sabios, ricos, pobres, esclavos, hombres y mujeres, pensamiento filosófico aparente parecido al estoicismo, sin embargo esta corriente de pensamiento precisamente, se basaba en uno de los puntos clave de esta doctrina, en una concepción de búsqueda del placer. “Una búsqueda que tiene que ser racional, moderada y sin excesos”, es decir, que se debe obtener un placer inteligente. Así, un placer obtenido desde la inteligencia es un placer bueno porque nos da la felicidad, nos aparta del dolor y nos ayuda a conseguir el equilibrio (entre cuerpo y mente), la tranquilidad o el estado ideal, para alcanzar la ataraxia.

Por tanto, según esta corriente filosófica debemos evitar acumular posesiones y apartarnos de los excesos, del sufrimiento, de nuestros miedos (a la muerte, a la soledad, a los dioses, al destino…) y alcanzar el placer o una vida plena…. El epicureísmo, distinguía entre los placeres naturales y necesarios (vinculados a la subsistencia); los placeres que, pese a ser naturales, resultan innecesarios (ya que suponen alteraciones superficiales de los placeres necesarios); y los placeres que no son ni naturales ni necesarios (surgidos por el ego o la ambición). La ataraxia como vía a la felicidad requiere solo obedecer al primer tipo de placeres (los naturales y necesarios), descartando el resto.

Su filosofía estaba influenciada de Demócrito de Abdera (460-370 a.C.) fundador del “atomismo” teoría razonada en los átomos, se expandió por todo el Mediterráneo, ganando tanto adeptos de la corriente de los cínicos (Demetrio de Lacón, Laercio Diógenes, Lucrecio o Zenón de Sidón) como detractores podemos citar a Cicerón, Marco Aurelio, Plutarco y Séneca; filósofos de la corriente “estoica”, entre estos últimos se difundió la idea de que los epicúreos eran personas libertinas, afeminadas y débiles, ya que, consideraban que el concepto que tenían del placer era contraproducente para su idea de virtud…

Amigos lectores ¡podemos conseguir la ataraxia por un placer con límite¡, o quien esto escribe, creo me inclinaría a la “eudaimonia” por medio del Estoicismo, buscando las virtudes; decía Josemaría Escrivá de Balaguer en “CAMINO” su magnífica obra “No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio, que por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra. Ojalá seas como un viejo sillar oculto, en los cimientos bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa”, inadvertido y firme ante los embates del pecado (demonio)….  

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