EL PEJE, CULPABLE DE LA TRAGEDIA DE ACAPULCO

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  • Le importó más poner a Clara de candidata.
  • Que el aumento en las pensiones clientelares sea aplicado a la reconstrucción de Acapulco.

Carlos Padilla Muñoz.

SIMPLEMENTE ES monstruoso e imperdonable. Andrés Manuel López Obrador sabía de la magnitud desastrosa y criminal fuerza del Huracán Otis, que con una fuerza mayor a las bombas que actualmente caen en suelo Serbio y Palestino, devastó completamente el centro turístico que había sido construido por décadas y que en solo horas quedó en la nada.

Dependencias del Gobierno de Estados Unidos puso al tanto al presidente de la magnitud 5 del huracán con 270 kilómetros de velocidad, que no dejaron ladrillo sobre ladrillo, con pérdidas incalculables. Y el presidente no hizo nada para salvar a más de 1 millón de los municipios de Guerrero donde el huracán depositó su fuerza.

Fue el propio presidente AMLO, quien reconoció en Las Mañaneras, que se había equivocado con esa omisión fatal, al no alertar a la población a través de las redes sociales y los planes de emergencia de desastres, ni siquiera sonaron las sirenas que anuncian marejadas fuertes, pero en esta ocasión la fuerza del meteoro traía más de 100 veces la fuerza de la peor tormenta registrada en toda su historia en la zona de Acapulco.

Es una actitud criminal, sobre todo tomando en cuenta que el presidente estaba distraído al cien por ciento, pensando como engañaría a los candidatos de Morena nuevamente, con las simuladas encuestas en lo oscurito, para acomodar sus fichas a modo, con miras a las elecciones del 24.

López Obrador estaba ocupado pensando cómo le haría para convencer, que nunca lo hizo, a Omar García Harfuch, que su corcholata, Clara Brugada, era la candidata de izquierda idónea, pese a los resultados, porque sabía que las encuestas no le favorecerían a la alcaldesa con licencia de Iztapalapa, cuya opacidad data desde que fue impuesta en forma burda y vergonzosa, despojando a Juanito de un triunfo que le dio el pueblo de Iztapalapa.

Acapulco no se pondrá de pie en diciembre de este año como trata de engañar el presidente. Los daños son incalculables, el hambre, el desempleo, la falta de viviendas, las rapiñas a los comercios, no podrán olvidarse ni solucionarse en pocos meses, vamos ni siquiera en varios años.

Y lo peor, es que el FONDEN, El Fondo Nacional para Desastres Naturales, que debería tener actualmente unos 270 mil millones de pesos, fue desaparecido de un plumazo, como otros fideicomisos, como el de las guarderías infantiles, los medicamentos, el Seguro Popular, las medicinas para los niños cancerosos y otros, por la ambición de seguir otorgando pensiones a más de 12 millones en un operativo clientelar meramente electoral.

Aparte de que solo se dice que hay 18 mil millones de pesos para el FONDEN, no se ha descargado ni un solo peso para levantar Acapulco y otros municipios, el propio pueblo y los empresarios de esta zona son los que levantaron la voz en primer plano.

AMLO envió a más de 13 mil elementos de la Guardia Nacional en las primeras horas después de las tragedias, pero sin bastimento, no había cocina para darles de comer a estos policías y esto agravó la situación, porque no había comida ni agua. Hay videos patéticos donde la gente se pelea por una despensa que mandó la gente del interior de la república, y también pelearon por agua.

Muy fácil, que lo incautado al poder judicial sea para ayudar a Acapulco.

COMO el presidente rabiaba en esos días, para despojar de 13 fideicomisos al Poder Judicial que si bien abarca algunos privilegios, la mayor parte es para pensiones, medicamentos, hospitalizaciones y finiquitos para empleados que han dejado su vida ahí.

En un principio la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma María Piña, había aceptado a regañadientes que el fideicomiso fuera para Acapulco, en lugar de otro capricho o puntada del Peje, pero algunos ministros y jueces han entrampado estos recursos, 15 mil millones, con amparos que así mantendrán la situación por meses.

Hubo un juez que presentó otra propuesta. Que la mayor parte de los fideicomisos del Poder Judicial fueran para levantar Acapulco a cambio que el aumento del 50% sobre las pensiones a adultos mayores y otras personas, más de 13 millones, con un total aproximado de 30 mil millones de pesos mensuales, fuera también para rescatar el puerto y la zona devastada.

Que el Gobierno federal también coopere con las cuotas clientelares con fines electorales, para sacar adelante a su corcholata Claudia Sheinbaum, que no levanta. Aunque se trata del dinero de la hacienda pública, dinero del pueblo, debe aplicarse con mayor inteligencia. También podría aportarse un mes de sueldo de todos los funcionarios federales de primer, segundo y tercer nivel para un fondo especial.

HAY que recordar que el Gobierno de López Obrador envió ayudas millonarias a Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros países, aun cuando existe necesidad en nuestro país. Estos gobiernos no han dado respuesta en lo de Acapulco, solo frases de apoyo, pero nada de ayuda en víveres, dinero y otras ayudas.

Recientemente algunos grupos artísticos y culturales se han sumado a la tarea de juntar los fondos suficientes para rescatar Acapulco, ante la apatía del Gobierno de López Obrador, que está más ocupado en los procesos internos de Morena. También hay divisas de los migrantes mexicanos que se suman, pero no es suficiente.

Otro engaño e imposición de AMLO en el caso de Clara Brugada

Para muchos no fue extraño que López Obrador a través de la marioneta de Morena, Mario Delgado, haya impuesto burdamente a su candidata para la candidatura en la Ciudad de México. Para ello utilizó otra vez el truco de las encuestadas trucadas y simuladas, reforzado con los candados que impuso el INE, otro instrumento cautivo de López Obrador, con la paridad de género.

Recordamos como hace algunos años López Obrador despojó burdamente de su triunfo a Juanito, aquel personaje carismático que ganó las elecciones para obtener la alcaldía de Iztapalapa, una delegación de la capital con un presupuesto diez veces mayor que el de Torreón. En esa ocasión, López Obrador obligó públicamente para que Juanito entregara la alcaldía a Clara Brugada, ya desde entonces consentida del presidente.

Ahora no fue Juanito, fue Omar García Harfuch, el ex jefe policiaco de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México. El ex jefe policiaco sin ser un gran político y con muchos ataques desde Palacio Nacional, logró un 43% de la votación en las encuestas, contra el 17% de la Brugada, pero López Obrador sacó de la chistera a su corcholata preferida para dejar fuera al candidato de Sheinbaum, quien sufrió la humillación y el engaño con la entrega del bastón de mando, que solo fue un bastón de caramelo que se desintegró y que el mando lo sigue teniendo el presidente, como pretende tenerlo otros seis años más, siempre y cuando Xóchitl Gálvez no lo evite.

Esto comprueba que el presidente sigue gobernando con engaños y mentiras, que no solo es más de lo mismo, que es peor que los propios priistas en su más corrompida época de los 70s y 80s.

Si para el presidente, quien no piensa como él es conservador y neoliberal, para la mayoría del país, el representa un grupo comunistoide y corrupto que se ha apoderado de las instituciones y del dinero del pueblo, y ha entregado el país a los criminales, a quienes los ha tratado a besos y no con balazos.

A otro perro con este hueso.