Fernando Rangel de León.
En la edición del pasado 6 de febrero, Milenio La Opinión Laguna, publica estos rubros de las reformas constitucionales que promueve el presidente Andrés Manuel López Obrador: Reforma electoral, Cambios al Poder Judicial, Reforma de pensiones, Salario mínimo, Seguridad, Órganos autónomos, Programas sociales, Sistema Ferroviario, Prioridad a Grupos Sociales y Culturales, Becas y Estabilidad Social, Salud, Vivienda, Empatía, Sustentabilidad, Recursos naturales, Campo, CFE, y Austeridad.
El Congreso de la Unión, ya recibió y les está dando curso a esas iniciativas de ley, pero como son reformas a la Constitución, entonces deberá constituirse en Congreso Constituyente Permanente, consistente en que deberán ser las dos terceras partes de los Senadores y Diputados presentes las que las aprueben; y que también sean aprobadas por más de la mitad de las legislaturas locales del país (son 32).
Por lo pronto se están organizando foros y mesas redondas para que todos los sectores de la población puedan participar y presentar sus propuestas sobre dichas reformas, dada su trascendencia; siendo muy difícil que los actuales Senadores y Diputados, alcancen a aprobarlas, por lo que lo más seguro es que sean los electos el próximo domingo 2 de junio, quienes las discutan y las aprueben en su caso.
Por lo que la ciudadanía tendrá la última palabra con su voto para elegir Senadores y Diputados, que aprueben o no esas importantes reformas, por lo que podríamos ver una similitud con lo que ocurrió en 1916, en que se eligieron Diputados y Senadores para integrar el Congreso Constituyente, que funcionó del 1° de diciembre de ese año al 31 de enero de 1917, en Querétaro, en donde aprobaron la actual Constitución el 5 de febrero.
De ese tamaño es la trascendental importancia de la participación de todos los ciudadanos, en las más grandes elecciones en la historia de México.