Pequeña pero importante urbe maya, que alcanzó su esplendor entre los años 600 y 900 d.C. Su nombre proviene de lab, cosa vieja, y nah casa: «Casa vieja». En este sitio predomina la arquitectura del estilo Puuc floreciente (siglos XI y X) pero hay algunas muestras del Puuc temprano del siglo VIII.
Es famosa por poseer una hermosa construcción maya tallada en piedra: El Arco, de notable perfección y fina ornamentación. Debe haber sido la entrada a un recinto dedicado a grandes celebraciones. En su fachada incluye representaciones de casas de palma y serpientes estilizadas.
Como otros asentamientos de la región, Labná tiene un sacbé interno que sigue un eje norte sur y que comunica sus principales conjuntos: El Palacio y El Mirador.
El Palacio se localiza en el extremo norte del sacbé interno. Este edificio tuvo varias etapas constructivas hasta acumular 57 recámaras en dos niveles. En el ala oeste se observa una moldura rectangular que bordea los vanos, ejemplo del Puuc temprano; el resto corresponde al Puuc floreciente, notorio en la talla del friso con columnas con atadura, mascarones de Chaac, grecas escalonadas y celosía. Sobre la sección frontal del primer nivel sobresale un mascarón zoomorfo de cuyas fauces emerge una cabeza humana: hacia el norte, otro más, flanqueado por figuras humanas, muestran una fecha maya que corresponde al año 862.