Fernando Rangel de León.
Los que pidieron el desafuero de AMLO, los que dijeron que era un peligro para México, los que dicen que dijo al diablo con las instituciones, que iba a acabar con la propiedad privada, que iba a establecer el comunismo, que iba a espantar las inversiones extranjeras, que iba a aumentar la gasolina, que iba a devaluar el peso, que iba a enriquecerse, etcétera; son los mismos que organizaron FRENA, que salieron en sus lujosos automóviles a protestar en su contra, que simularon pasar la noche en la avenida Juárez frente a la Alameda Central de la Ciudad de México, cuando se quedaron en un lujoso hotel en frente.
Son los mismos que salieron a defender el INE, la SCJN, las privatizaciones del sector energético, la abstención de las votaciones de la revocación de mandato; a estar en contra del AIFA, de la Refinería Olmeca (Dos Bocas), del Tren Maya, de la súper carretera del Istmo de Tehuantepec, que unirá los Océanos Pacífico y Atlántico; de “la revolución de las conciencias”, de las “Mañaneras”; y en una palabra son los mismos que se han opuesto desde el 1°de diciembre de 2018, a la verdadera transformación de la vida pública de México.
Creyeron esos opositores que la Cuarta Transformación era el simple eslogan de un régimen, como lo fue el eslogan del cambio con el tristemente célebre Fox, que en realidad fue exactamente eso, un simple membrete; no pensaron que este gran cuarto movimiento social, político y económico, iba a cimbrar las estructuras de los gobiernos que llegaban al poder público gracias al factor económico de los grandes potentados dueños de los dineros de México; y a quienes correspondían con toda clase de injustos privilegios.
Cuando se habla de la división del poder político y el económico, es que antes estos dos poderes eran un vaso comunicante; que para llegar a la Presidencia de la República, se necesitaba lo económico, y ya en ella lo político favorecía lo económico; lo que se explicó con la ya clásica expresión de Carlos Hank González: “un político pobre, es un pobre político”.
Ellos le dieron el poder a AMLO y él lo está usando para servirles, no llegó a la Presidencia, por lo económico, sino por lo político, por lo electoral, por más de 30 millones de votos de ciudadanos que tuvieron fe y esperaron a que el poder público se usara en beneficio de ellos como lo está haciendo.
Por eso ahora los que acaban de manifestarse en el Zócalo, y los intelectuales mercenarios de oposición, son los mismos de antes que no quieren a la 4T y que no quieren que continúe porque ya no va a beneficiárseles con el poder público.