Rufino Rodríguez Garza.
En esta época pasada de intenso calor lo indicado es llegar lo más temprano posible al lugar deseado; realizar los recorridos, tomar las fotos, elaborar los apuntes necesarios, hacer las medidas, dibujar los grabados para su mejor comprensión, sobre todo de aquellos más erosionados; tomar mucha agua y también buscar una sombra para tomar un refrigerio y continuar la marcha hasta que el padre sol lo permita.
El domingo de la última semana de agosto, llegué al sitio antes las 7 de la mañana; desde el lugar de origen (Saltillo) hasta los alrededores del Cañón de Lucas son 100 kilómetros.
Pero ahora no me presenté solo, como en la mayor parte de las salidas que hago; de las 29 salidas de este año solo en dos ocasiones me acompañó, primero el Maestro Ventura y ahora el Chamán Artesano y curandero Pablo, de apellido Cadena.
Pablo es la segunda vez que me acompaña.
Él no es muy orientado que digamos, pero le serví de guía y además le di una buena asoleada.
Pablo tiene muchas preguntas y no pocas respuestas; es muy platicador y me hizo pasar un rato muy alegre.
Con el Maestro Ventura he venido dos veces de campamento, eso fue en el año de 2004 y se repitió en el 2009; en lo personal fui una o dos veces más.
El sitio es muy interesante, pues la mayor parte de los motivos grabados están en “horizonte”, es decir, a “ras del suelo”.
Los cazadores-recolectores no solo dejaron grabados y pinturas, sino que en los valles anexos a este sitio se multiplican sus chimeneas, hogares o fogones; lugares donde se habitó pero también se realizaron los famosos mitotes, reuniones de una o dos veces por año para el intercambio de productos, sellar alianzas y realizar matrimonios, porque sabemos que no se casaban entre familiares, sino que buscaban pareja en otras parcialidades.
El sitio seguramente se realizaron ritos propiciatorios, de buena cacería, salud para los enfermos y peticiones de lluvia. Eran grandes observadores del cielo y aquí hay presencia de cómputos a base de puntos que indican el conteo de el paso de la Luna, la menstruación de las mujeres.
Coincide con los 28 días del tránsito de la luna, aquí las cuentas son múltiples y de seguro surgió del observar el firmamento. Sólo se ven soles, círculos de orientación, no hay representaciones del planeta Venus, pero lo que hay no lejos de este sitio hacia el oriente; el sol se solía representar con círculos concéntricos y con círculos radiados.
También la fauna se representa debidamente en las astas y por sus huellas, las astas son representativas del venado cola blanca, anotaremos que se grabó en varias ocasiones proyectiles y navajas enmangadas y por supuesto el Átlatl.
En uno de los tableros se pudo observar huellas de venado, pero también armas con las que se les cazaba y con las que se preparaba la carne para el reparto y luego su cocimiento y después el debido consumo, se aclara que el venado fue considerado como un animal sagrado, además de que este animal todo se aprovechaba la carne, las astas, los huesos etc.
Quiero mencionar al buen amigo Icamole que por cuestiones de trabajo estuvo haciendo trabajos de instalaciones hidráulicas, que después del trabajo se batalló para el respectivo cobro, Icamole hace más de un año que fue cuando trabajó en este ejido se dio tiempo para explorar y llegó a este maravilloso sitio.
Este lugar tiene cercanía con el Cañón de Lucas, en este cañón hay una represa que en estas fechas de agosto aún conserva algo de agua que le durará cuando mucho un par de semanas, al pasar por una arbolada presa pude observar algunas ranas y una hermosa tortuga de agua que la acerqué al espejo pues estaba retirada del agua.