Abigail Angélica Correa Cisneros.
La derrota del partido demócrata en Estados Unidos hizo sonar la alarma en México por las promesas del presidente electo Donald Trump dirigidas a afectar la economía mexicana, que depende casi por completo de la relación con el vecino norteamericano. ¿Qué hizo que Kamala Harris perdiera la presidencia?, seguramente el aumento de precios en alimentos y la vivienda que afectó en los últimos meses a los estadunidenses. Ya desde el primer corte caíamos en cuenta de que los republicanos ganarían, Trump llevaba 95 votos electorales, los principales eran Florida (30 electores), Tennessee (11), Indiana (11), Carolina del Sur (9), Alabama (9), Kentucky (8), Oklahoma (7), Mississippi (6) y West Virgina (4). Mientras que Kamala Harris tenía 35 votos, de Connecticut (7), Massachusetts (11), Maryland (10), Rhode Island (4) y Vermont (3). Y es que el magnate se ganó al electorado también con su discurso antiinmigrante en el que aprovechó para amenazar con que si México no frena la ola de personas provenientes de Sudamérica los aranceles subirán hasta cien por ciento.
Preocupa que una gran parte de la sociedad norteamericana siga viendo a los migrantes como delincuentes e invasores de un país que poco tiene de primermundista y que aspiran a que los represente este personaje, visto por muchos como misógino, que promueve un retroceso en la sociedad al querer imponer ideas conservadoras ridículas, considerado igual como racista y sin talento para dirigir sus propias empresas, al final es quien gobernará los siguientes cuatro años el país considerado como primera potencia mundial.
La derrota de los demócratas es abrumadora. En 2016, año que también ganó las elecciones, Donald Trump obtuvo tres millones menos de votos que Hillary Clinton, recordemos que el candidato que gana en Estados Unidos es el que logre al menos 270 compromisarios repartidos por los diferentes estados. Pero cabe destacar que por votos populares el candidato no era el preferido en aquella contienda. Siguió disminuyendo su popularidad y cuando se enfrentó a Joe Biden obtuvo siete millones menos de votos. En 2024 hubo un cambio rotundo, ni con el apoyo de estrellas de Hollywood y cantantes famosos, Kamala Harris pudo derrotar al empresario de Mar-a-Lago pese a que la contienda estuvo por momentos muy pareja. Los demócratas no solo perdieron la presidencia, el Senado también quedó en manos de los republicanos y muy probablemente también se queden con la Cámara de Representantes, de ser así temas como migración, el aborto, la fiscalidad y la política exterior quedan al capricho de lo que designe el nuevo presidente. Si la guerra que impulsó el gobierno de Joe Biden, mantenía la tensión entre las naciones, el regreso de Donald Trump al mando de uno de los ejércitos más poderosos del mundo nos pone a temblar. Aunque en ocasiones el magnate ha dicho que admira a los líderes de países como China, Rusia y Corea del Norte. Lo claro es que quiere mantener el ataque en contra de los migrantes, como dejó ver durante su campaña racista pretende aumentar aranceles a México si el gobierno no combate con él a aquellos que huyen de la violencia y pobreza de sus países. La relación entre los presidentes de Estados Unidos y México hoy es incierta.
Aunque Claudia Sheinbaum dice que será cordial y de respeto a las soberanías, esto queda en duda porque Donald Trump insiste en que el crimen organizado en nuestro país debe catalogarse como terrorismo, lo que permitiría que intervengan militarmente en el territorio mexicano.
Los estadunidenses eligieron el odio. Trump repitió en cada mitin dichos racistas, sexistas, sin contar con que orquestó el asalto al Capitolio, fue imputado penalmente cuatro veces y condenado una, lo declararon culpable de agresión sexual y de fraudes con sus empresas.