El caso de la UVM

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Fernando Rangel de León.

Este pasado 12 de noviembre, se dio a conocer el cierre del Campus Torreón de la Universidad del Valle de México UVM, sin dar las razones verdaderas de esta determinación pero que lo más probable es que sean de carácter financiero; pues las instituciones privadas de educación tienen más interés en lo económico que en lo académico; por lo que no están dispuestas a perder dinero.

El artículo 3° Constitucional,  garantiza que  la educación  que imparte el Estado, es laica y gratuita, que está obligada a  prestarla  el  Estado, a la sociedad toda, desde preescolar  hasta  universidad, politécnico y tecnológicos, en todo el territorio nacional; pero como él no tiene todos los recursos necesarios para satisfacer este servicio, entonces autoriza a particulares a que lo presten mediante incorporaciones al poder público o autorizaciones de éste para otorgar títulos; y que es lo que conocemos como la educación particular; como una especie de concesión.

Las universidades, el politécnico y los tecnológicos públicos, tienen el deber de formar profesionistas al servicio de la sociedad; que por ningún motivo pueden dejar de funcionar porque casi es vital para la vida pública de México; siendo ésta una garantía para sus alumnos de que pueden terminar sus carreras.

En cambio, las universidades particulares suelen cerrar por incosteabilidad, como está sucediendo ahorita con el Campus Torreón de la UVM, que está dejando a más de 1000 alumnos sin terminar su carrera que empezaron hace algunos años; proponiéndoles que se vayan a las ciudades de Saltillo o de Monterrey u otras, para que las continúen y terminen en sus planteles que tiene en ellas la UVM; ofertándoles más becas y menos costos de inscripción y colegiaturas.

Es de destacar la seriedad, la institucionalidad y el ejemplo entre otras universidades, de la Universidad Iberoamericana UIA y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey ITSM, que siendo instituciones de educación privada, han salido fuera de sus sedes, la Ciudad de México y Monterrey, respectivamente, para instalar campus en las ciudades y regiones del país, en las que residen estudiantes que quieren ser alumnos de ellas y no pueden trasladarse.