Piedras Negras durante el periodo decimonónico

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Rigoberto Losoya Reyes.

En las últimas dos décadas del siglo XIX, la pequeña Villa de Piedras Negras logró alcanzar un esplendor como una ciudad cosmopolita gracias al impulso comercial que registró con la llegada de comerciantes extranjeros. El detonante de la prosperidad de la Villa fue la construcción del ferrocarril, cuando el 23 de octubre de 1882, el presidente municipal, general Ignacio Morelos Zaragoza, firmó un contrato con la compañía norteamericana «Ferrocarril Internacional Mexicano», para ceder a título gratuito los terrenos necesarios que ocuparía la nueva estación del ferrocarril, sus talleres, y almacenes.

Edificio de la aduana fronteriza de Piedras Negras en proceso de construcción.

El 2 de febrero de 1883, la primera máquina de ferrocarril cruzó el río Bravo sobre un puente provisional. El proyecto de construcción del puente definitivo fue asignado a Robert Gillespie Reid, un reconocido constructor de puentes en los Estados Unidos. El puente internacional permanente fue concluido el 10 de junio del mismo año teniendo una extensión de 943 pies. Se puso en servicio al público el 3 de diciembre de 1883 llegando primero a la Estación de Sabinas y a Monclova llegó el 1 de febrero de 1884.

 La pieza clave de que la compañía del ferrocarril operara como un reloj suizo fuera su gerente, Lorenzo Medici Johnson, originario del estado de New York (USA).

Puente de ferrocarril construido por Robert Guillespie Reid.

Es indudable que, el desarrollo del comercio exterior fomentó por otro lado la fundación de casas comerciales administradas por norteamericanos y españoles como los hermanos Trueba. En 1888 los políticos y empresarios de esta localidad fronteriza, acudieron al presidente de la república, general Porfirio Díaz, para que los apoyara con su iniciativa de elevar al rango de ciudad a esta humilde Villa. La idea le agradó al héroe de la batalla de Puebla en 1862 y se entusiasmó cuando le comentaron que la Villa de Piedras Negras se llamaría en adelante “Ciudad Porfirio Díaz”. El general se comprometió aprobar todos los proyectos de inversión que le presentaran y autorizar un presupuesto muy significativo, para construir los edificios destinados a la aduana fronteriza y los juzgados federales.

Importantes mejoras en la ciudad

El 1 de enero de 1889 se colocaron cuarenta bancas en la “Plaza Hidalgo” y un Kiosco. El 30 de septiembre de 1890 se aprobó por parte del Senado de los Estados Unidos la conexión entre la compañía norteamericana “Eagle Pass Water Supply Company” y la “Compañía Proveedora de Aguas de Ciudad Porfirio Díaz”.   Al año siguiente, el presidente municipal Pedro Garza Ramos remitió el 21 de julio de 1891, un telegrama a las autoridades del Ejecutivo en Saltillo, para informar que los trabajos para la entubación de agua de las principales calles de la población habían concluidos y que se había iniciado el servicio de surtir de agua a los usuarios.                                                                

 El 14 de marzo de 1890 se colocó la primera piedra angular del edificio de la aduana, un proyecto encargado a los arquitectos norteamericanos Albert Felix Beckmann, James Wahrenberger quienes tenían su despacho en la ciudad de San Antonio, Texas con una inversión de ciento noventa y cinco mil pesos oro, una verdadera fortuna en esos días. El contratista asignado fue C. Holck y Ca. Otro gran proyecto fue la construcción de un palacio municipal que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1899 y el presidente municipal Hilario Delgado, un rico comerciante le dedicó una fotografía al propio presidente municipal comentándole que se había elegido esa fecha con motivo de su onomástico.

Instrucción Pública

De acuerdo con los informes publicados en 1890, operaban en esta ciudad seis escuelas de educación primaria, tres de niños y tres de niñas con una matrícula de 700 alumnos. Este dato es relevante porque en la educación oficial siempre se denigró el poco esfuerzo del gobierno por impulsar la educación, cuando en verdad fue lo contrario.

La vecindad con Eagle Pass, Texas

Desde que se fundó la población de Piedras Negras en junio de 1850, sus habitantes compartieron una excelente vecindad con los lugareños del “Paso del Águila”, y se compartía el pan y la sal en fiestas cívicas y se ofrecía la mano de ayuda en las calamidades como en las inundaciones. Antes de que se construyeran los puentes, se cruzaba el río Bravo en chalanas y esquifes. Dos empresas de Eagle Pass proporcionaban el servicio de agua potable y de energía eléctrica.  En esa población se publicaba el periódico Eagle Pass Guide y se incluían noticias de ambas poblaciones. El cruce de personas no implicaba ninguna dificultad. El oficial de migración realizaba un breve interrogatorio y autorizaba el pase.

Una población cosmopolita

De acuerdo con el Censo, en 1890, se reportaron6,154 habitantes y más del cincuenta por ciento sabían leer y escribir. Las nacionalidades identificadas fueron: 560 norteamericanos, 100 españoles 92 alemanes, 42 franceses, 24 chinos, 18 ingleses y 8 rusos. La mayoría de ellos tenían negocios establecidos en esta ciudad.