- Las plantas enferman y dejan de producir como una consecuencia natural del desequilibrio nutricional y biológico.
Jorge Martínez Cedillo.
Por segundo año consecutivo la empresa mexicana Novedades Agrícolas DASA realizó el congreso internacional “Manejo regenerativo de suelo”, en el que especialistas de diferentes disciplinas relacionadas con la agricultura explicaron el impacto positivo de prácticas regenerativas en la producción agrícola.
El objetivo principal de la agricultura debe ser producir salud; en el mundo mucha gente enferma porque los alimentos que consume no son lo suficientemente saludables para nutrirlos adecuadamente, señaló el doctor Arden Andersen, médico cirujano y especialista en Ciencias Agrícolas.
Durante su participación en la conferencia inaugural del 2º congreso internacional “Manejo regenerativo de suelo” –realizado el 15 y 16 de noviembre por la empresa mexicana Novedades Agrícolas DASA– Andersen refirió casos documentados por la American Academy of Pediatrics en los que el consumo de alimentos con alta residualidad de agroquímicos, como el glifosato, están relacionados con anomalías congénitas, enfermedades cardíacas y gastrointestinales, así como padecimientos neurológicos.
En este contexto, Andersen urgió a los productores agrícolas y representantes de agroindustrias asistentes al evento –provenientes de México, Brasil, Chile, España y Estados Unidos– a mejorar los sistemas de cultivo como punto de partida para prevenir enfermedades y garantizar la salud de los consumidores.
“Necesitamos entender que las plantas enferman y dejan de producir como una consecuencia natural del desequilibrio nutricional y biológico. Al igual que las personas, necesitan nutrirse adecuadamente; la buena noticia es que es posible corregir casi cualquier problema a través de la nutrición, porque es la base de la fotosíntesis: determina la salud de la planta y cómo los insumos que aplicamos se convierten en rendimientos”.
Asimismo, señaló que la agricultura regenerativa, que combina lo mejor de la química, la física, la biología y la microbiología con prácticas sólidas de gestión agrícola, permite abordar y resolver problemas como malezas, enfermedades y plagas desde la raíz, en lugar de “enmascarar” los síntomas con agroquímicos convencionales.
Por su parte, la doctora Kris Nichols, bióloga y especialista en Ciencias del suelo, abordó en su participación la importancia de la materia orgánica en los suelos para que estos cuenten con minerales fundamentales en el desarrollo de las plantas, como el calcio y el magnesio.
Asimismo, recordó que sistemas como el de policultivos contribuyen a crear ecosistemas resilientes, además de proveer una mayor biodiversidad macroscópica y microscópica, lo que permite a las plantas adaptarse a condiciones climáticas adversas.
“Para abordar el control de plagas y enfermedades agrícolas, buscando mejorar la salud del planeta en general, podemos hacerlo a través de la formación de más antioxidantes y polifenoles en las plantas, para que estas tengan un sólido mecanismo de defensa.
Pero si obligamos al suelo o a las plantas a consumir lo que naturalmente no existe en estos, estimulándolos químicamente, creamos una dependencia que los debilita y los convierte en organismos incapaces de prosperar y sobrevivir en el entorno natural”, señaló la especialista.
El reto principal, cambiar la mentalidad del productor
Hoy es el mejor momento para actuar; el reto principal de los agricultores no es la disponibilidad de insumos, sino el cambio de mentalidad. Es tiempo de que los productores de alimentos abran su mente y vean que contamos con las herramientas para subsistir gracias a una agricultura más amigable que retome las bases de la agroecología, apuntó Sergio Dabdoub, director general de Novedades Agrícolas DASA y coach en agricultura regenerativa.
Por ello, dijo que el objetivo del congreso es compartir experiencias y conocimiento con bases científicas, que han demostrado que la agricultura regenerativa permite solucionar problemas frecuentes en la producción agrícola, como la erosión de los suelos o la resistencia a plagas y enfermedades.
“Darle valor a la producción de alimentos es darle valor a la vida; no podemos seguir con una agricultura basada únicamente en agroquímicos. El conocimiento es la base del cambio y compartirlo nos permitirá crear un ‘ecosistema’ de productores que desarrollen sistemas agroecológicos para comprender más y mejor la naturaleza”.
Asimismo, señaló que la agricultura regenerativa está vinculada con la justicia y la equidad en la producción de alimentos, por lo que consideró que los agricultores que estén produciendo mejor y alimentos más sanos, deben ser reconocidos.
En este sentido, el ingeniero agrónomo y enólogo Pablo Ortigueira presentó la primera certificación en agricultura regenerativa certificada (Agrecert) –con validez en el mercado europeo– que reconoce a productores agrícolas cuyas prácticas contribuyen a restaurar la fertilidad de los suelos, producir alimentos sanos y con ello, a la captura de carbono.
Agrecert destaca porque se basa en el cumplimiento de reglamentos viables; no es una norma “de oficina”, aseguró Pablo Ortigueira y agregó: “esta norma ha sido concebida por el sector para los agricultores y los consumidores y ha sido validada por agricultores e industrias que buscan ser más eficientes y rentables”.
Además, uno de los objetivos principales de este distintivo es convertir a los agricultores, orgánicos y convencionales, en empresarios agrícolas. “No se trata de cuánto produces, sino de cuánto ganas. Y cuando aumentas la materia orgánica de tu ‘patrimonio’, que son tus suelos, haces que tu activo tenga más valor”.
En este sentido, los expertos agrícolas Ernesto Miramontes Lau y Rufino Ramírez coincidieron al señalar la importancia de que, antes de iniciar un nuevo ciclo agrícola, los productores conozcan los niveles de fertilidad de sus suelos agrícolas y qué requieren para lograr las metas de rendimiento.
El doctor Miramontes Lau consideró que es necesario un cambio de paradigma “que integre el concepto de eficiencia y efectividad en el uso y manejo de todos los recursos involucrados en el proceso de producción”.
Por su parte, el ingeniero Ramírez, director agrícola de Fortune Farms, dijo que la agricultura es “el arte de establecer el equilibrio, por lo que los suelos siempre son susceptibles de mejorar para producir alimentos saludables”.
Antes de concluir el congreso, Georyan Reynoso Jiménez, especialista en energía cuántica aplicada a la agricultura, impartió una conferencia en la que explicó de qué forma las plantas, al igual que el cuerpo humano, vibran en frecuencias específicas. Cuando estas frecuencias se alteran por factores como el estrés, la contaminación o enfermedades, las plantas entran en un estado de desequilibrio.
Explicó que al mejorar el campo electromagnético de las plantas, estas son más resistentes a plagas y enfermedades; y aumenta la calidad nutricional y el sabor de los frutos: “Al crecer mejor, las plantas también transmiten una energía más equilibrada y saludable a los consumidores”.
Finalmente, el ingeniero agrónomo Tomás Vicente Urcelay, gerente regional para Latinoamérica en WiseConn y director de la Asociación Gremial de Riego y Drenaje de Chile, abordó la gestión y sostenibilidad del agua como un paso necesario en la agricultura regenerativa.
Abordó su experiencia utilizando el enfoque “Crop per drop”, que implementa tres diferentes etapas para demostrar el uso sostenible del agua: medición, para identificar y dimensionar la producción por metro cúbico de agua utilizada; baseline, que permite identificar y segmentar el baseline productivo sustentable, con base en el cultivo, edad, región geográfica y tipo de suelo; y mejorar, para gestionar las diferentes unidades productivas nivelando las poco sustentables e implementando tecnología y estrategias para aumentar la eficiencia.