Pleito de comadres: Trump amenaza, Claudia contesta

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Jesús M. Moreno Mejía.

“Es más gloria huir de los
agravios callándonos, que
vencerlos respondiendo.”
Mateo Alemán.

            El bocón de Donald Trump, presidente electo del vecino país del norte, ha estado lanzando amenazas a diestra y siniestra, especialmente en contra de sus vecinos del sur y del norte con fines aviesos, antes de comenzar su mandato.

Primero fueron sus advertencias de imponer elevados aranceles a los productos de México y Canadá, en caso de no ceder a sus exigencias una vez que ascendiera a la presidencia de Estados Unidos de América (EUA).

Inicialmente, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se mostró ecuánime a las palabrerías de Trump, e incluso hizo saber a la ciudadanía que había tenido comunicación telefónica con el presidente electo en tono cordial, aceptando emprender eventuales programas de colaboración, pero sin doblegarse, advirtiendo que primero estaba la soberanía de nuestro país.

Entre las exigencias del eventual mandatario gringo, figura la lucha tenaz y efectiva al contrabando de drogas, especialmente del fentanilo, pues aseguró se procesa en gran cantidad en nuestro territorio y se envía a EUA, donde mueren muchos adictos diariamente.

Por otra parte, manifestó públicamente que le agradaría que Canadá y México se convirtieran en estados anexados a la Unión Americana, lo que la presidenta Sheinbaum tomó eso como una ocurrencia de Trump y por lo tanto no fue tema de las conversaciones telefónicas que tuvo con él.

En cambio, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, tuvo la mala iniciativa de ocurrir personalmente con Trump, para intentar ganárselo con halagos y promesas, pero como dice el refrán popular, “le salió el tiro por la culata”, pues el sarcástico presidente electo de EUA se buró públicamente del estadista canadiense, quien optó por presentar su renuncia, pues aceptó su fracaso diplomático.

Los desplantes de Donald Trump a nivel internacional han sido de lo más absurdo, tales como que recuperará el control del Canal de Panamá y la compra del territorio de Groenlandia, sin considerar la soberanía que tienen esos dos países, pues da a entender que lo hará a como dé lugar.

La Unión Europea ha manifestado que la supremacía de Groenlandia es un valor y principio que debe respetarse, ante la insinuación de pretender controlar la isla ártica por la fuerza o imponiendo aranceles a Dinamarca, si no accede a negociar su venta, tras de advertir Trump no descartar recurrir a presiones militares o económicas para controlar sus caprichos: el control del canal de Panamá y la apropiación del territorio de Groenlandia.

Pero volviendo a lo que concierne a nuestra nación, el impulsivo Trump ha considerado también la idea de cambiar el nombre geográfico al Golfo de México, por el de “Golfo de América”, y es aquí donde nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum, ha dado una respuesta irónica al presidente electo de EUA.

Ella anunció en una de sus conferencias de prensa matutina, que así como el mandatario vecino propone cambiar el nombre al Golfo de México, también propondría cambiar el nombre del territorio suroeste de Estados Unidos por el de “América Mexicana”, pues así se le identificaba a esa región desde el año 1607 en la Constitución de Apatzingán, o sea desde antes de que arribaran peregrinos a lo que hoy es el estado de Virginia, EUA.

No deja de ser un buen desplante el de la presidenta Sheinbaum, pero también hay quienes consideran que significa ponerse al “tú por tú” con el presidente electo del vecino país, que equivale a entrar en una serie de  “dimes y diretes”, propio de comadres en un inicio de pleito.

Lo cierto es que las intimidaciones de Trump aún no llegan al grado de las injurias, pero como dice el escritor y novelista español, Mateo Alemán, “Es más la gloria huir de los agravios callando, que vencerlos respondiendo” o bien, como señala el filósofo griego, Arístipo, “Tú tienes poder para decir las injurias y yo para olvidarlas  sin perturbarme”.

Pero también, el célebre Miguel de Cervantes Saavedra, advierte que “Los agravios despiertan la cólera en los más humildes pechos” (sic).

Por lo anterior, ¿se deberían hacer caso a las habladurías de Trump o será mejor callar y esperar reaccionar en su momento lo más conveniente en cada caso?

Creo que la mejor opinión será la que tengan nuestros lectores y, por lo pronto

¡Hasta la próxima!