A propósito de aranceles

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

Hace décadas, cuando comencé a ir a Laredo, Texas, al desayunar en un restaurante vi un letrero que le pedía a los clientes que no tomaran café colombiano, pues había aumentado el valor de dicho grano, y para obligar a los proveedores a rebajar su precio solicitaban no consumir el producto hasta que volviera a su costo original. Tiempo después, el precio se había regularizado, gracias al boicot de la clientela. En México, nunca he visto algo semejante ¿Podré verlo si Trump hace realidad los aranceles a los productos mexicanos?

Con la imposición de los aranceles aumentaría el precio de las mercancías, y si el gobierno mexicano se involucra en la guerra comercial y también decreta aranceles a los productos norteamericanos, en ambos países serían los consumidores los que pagarían los aranceles que le impondrían a los productos los gobiernos de ambos lados de la frontera.

La guerra comercial impactaría en los bolsillos de los consumidores de ambos países, pero a decir verdad, los más afectados con los aumentos de precio serían las clases menos favorecidas, pues quienes tienen dinero no dejan de comprar los productos de su preferencia, y en EUA ya está comprobado que los boicots hacen bajar los precios, de tal manera que los productores decidan absorber parte de esos aumentos, de tal manera que puedan seguir compitiendo en el gran mercado estadounidense.

Otra de las opciones de las empresas norteamericanas, es que se muden a los Estados Unidos y abandonen su producción en México, para que los aranceles que Trump amenaza con imponerle a México no los saque del mercado.

Actualmente, México le compra a Estados Unidos refinados de petróleo: gasolinas, gas natural y productos para asfalto de carreteras; además maquinaria, equipo de transporte, motores, componentes mecánicos, equipos ferroviarios y aeronáuticos. También EUA exporta a México maíz (para alimento de ganado), soya, trigo y papa, así como carne de res, cerdo, pollo, queso, leche y huevo; también medicamentos y vacunas.

Por otro lado, México exporta a Estados Unidos: vehículos (automóviles, camiones, tractores y velocípedos), electrónicos (televisores, computadoras y equipos de telecomunicaciones), frutas (aguacates, tomates, fresas), verduras, bebidas alcohólicas, muebles y plásticos. Lo cierto es que México es el principal socio comercial de Estados Unidos, y esta sociedad es vital para la economía de ambos países.

En pláticas entre los gobiernos de Estados Unidos y México se acordó dar margen de un mes antes de imponer los amenazantes aranceles que Trump pretende hacerle a los productos mexicanos del 25 por ciento; en tanto nuestro país deberá atender la migración invasiva que se ha generado principalmente con latinos de América central y del sur; el tráfico y producción de fentanilo y el combate a los cárteles de la droga; asimismo el gobierno norteamericano pondrá atención al contrabando de armas que se hace para empoderar al crimen organizado.

De todo esto depende que ni Estados Unidos ni México decreten aranceles a sus productos, y así se evite la guerra comercial que encarezca las mercancías que ambos países importan y exportan, porque para ninguna de las dos naciones son benéficos los aumentos de precio, pues sería como una guerra pírrica, en donde ambas partes pierden.

Hasta hoy, nadie puede afirmar lo que sucederá en el futuro comercial de México y Estados Unidos, las opiniones están divididas, tal y como está el pueblo mexicano. Los analistas tampoco se ponen de acuerdo sobre cuál de los dos países saldría más afectado con la imposición de aranceles, pero lo cierto es que México se vería afectado económicamente, debido a que de las inversiones extranjeras en nuestro país dependen los empleos.

Lo peor de esta situación se encuentra en la ideología que tanto el gobierno de Trump como el de Claudia Sheinbaum esgrimen como fondo de sus desavenencias, ambo s gobiernos están abanderando un nacionalismo que nada tiene que ver con las cuestiones que se discuten, que son eminentemente comerciales y económicas. Bien harían ambos gobiernos de abandonar el neoimperialismo de Trump y la visión “socialista” y patriotera del obradorismo.

Por el bien de nuestro país, los mexicanos esperan que ambos gobiernos lleguen a un acuerdo justo, que tenga como fin seguir siendo parte del T-MEC. Esperemos pues, en que termina esta situación.

Política aldeana

El alcalde saltillense Javier Díaz González se ha comprometido en dos temas importantes para la población del sureste de Coahuila: la seguridad y la movilidad; la primera sigue siendo muy cuidada por el gobierno municipal y estatal; la segunda está en su fase inicial, buscando hacer más fluido el tránsito en el sistema de puentes de la ciudad, pero hay otros renglones que deben ser atendidos como el del transporte urbano, el que desde siempre ha sido el obstáculo a vencer, debido a que no se ha podido meter al orden a los concesionarios de ese servicio.

Hay quienes insisten en que una solución es desactivar la preferencia por el automóvil, pero esto no podrá conseguirse si no se logra hacer un servicio eficaz y eficiente del transporte público, pero también existen otras medidas que mucho ayudaría a la fluidez del tránsito vehicular, como lo son los semáforos inteligentes en las arterias principales, a través de los cuales se puede sincronizar el tránsito. Otra medida, es evitar que las avenidas y calles principales sirvan de estacionamiento, quitándoles uno o dos carriles al tránsito vehicular. La otra es impedir que en la zona centro de la ciudad los negocios se apropien de banquetas y carriles que les sirven de estacionamiento y talleres.

Lo cierto es que el problema de la movilidad es complicado, pues además de todo faltan vialidades que den fluidez al tránsito citadino, que hoy por hoy constituye una penuria para los automovilistas y los peatones que se dirigen a su trabajo o centros de estudios.

Le damos la bienvenida al nuevo alcalde, Javier Díaz González, y le deseamos éxito en sus propósitos de mejorar la movilidad, la que es una necesidad en Saltillo.

Preguntas huérfanas

¿Dónde se encuentra escondido AMLO: en Cuba, en el Palacio Nacional o en Palenque?

¿Sabía usted que López Obrador consiguió su anhelo de ser recordado en la historia,… pero como narcopresidente?

¿Habrá un acuerdo permanente entre los gobiernos de Sheinbaum y Trump para evitar los aranceles de ambos lados?