Países desarrollados y subdesarrollados

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Iván Nájera Agüero.

Para entender un poco más las desigualdades sociales y económicas entre los países que se les llaman desarrollados y sub desarrollados, se tiene que comprender que el Centro-Periferia es un modelo de la organización territorial de ciertos sistemas económicos y políticos que ocupa un lugar central en la escuela económica desarrollista o estructuralista, que moderniza la teoría de la dependencia, creada poco después de la Segunda Revolución Industrial.

Según el constructivismo, la dualidad centro-periferia está directamente relacionada con la dualidad industria-agricultura y su distribución mundial de acuerdo a determinados sistemas de división internacional del trabajo. El término centro-periferia ha sido usado para referirse a las desigualdades sociales y económicas y su desigual distribución espacial, especialmente en el ámbito mundial, hablándose en este sentido de países centrales y países periféricos, con significado similar a otras dualidades de uso habitual, como Norte-Sur, mundo desarrollado-subdesarrollado y primer mundo-tercer mundo.

Las desigualdades económicas y sociales que existen entre los países y sus relaciones permiten diferenciar tres grandes dominios en el mundo:
Centro. Países que exportan productos industriales y tecnología de alto valor, realizan inversiones más allá de sus fronteras mediante la instalación de filiales de sus multinacionales, generan o adoptan las innovaciones y se imponen mediante el control de precios de sus productos. Estados Unidos, Europa occidental y Japón son sus mejores representantes; Semiperiferia. En estos países coexisten rasgos de atraso y otros de modernidad, lo que genera fuertes desequilibrios internos. Entre ellos están los nuevos países industriales asiáticos, los del Cono Sur de Iberoamérica, los de Europa del este, la región costera de China, ciertas regiones de India y parte de las antiguas repúblicas soviéticas; Periferia. Se identifica con aquellos países especializados en la producción y exportación de materias primas o productos industriales de escaso valor. Son países que se basan fundamentalmente en la explotación de una mano de obra barata, pero que necesitan importar capital y tecnología, lo que suele provocar un elevado endeudamiento y un escaso control sobre sus propios recursos. Los países menos desarrollados y los más pobres en desarrollo padecen todavía esta dependencia.

La metáfora geométrica del centro y la periferia se usa frecuentemente para describir la oposición entre los dos tipos fundamentales de lugares en un sistema: el que lo domina y saca provecho de esto, el centro, y los que lo sufren, en posición periférica. El concepto puede ser empleado en todos los niveles de la escala geográfica centro y periferia dentro de los límites de un pueblo, de una ciudad, de una región, etc.

Hablar de centro/Periferia permite una descripción de la oposición de los lugares, pero sobre todo posibilita proponer un modelo explicativo de esta diferenciación: la periferia está subordinada porque el centro es dominante -y recíprocamente-. Este concepto ha sido utilizado en consecuencia sobre todo en las reflexiones tercermundistas, más o menos como instrumento de mala conciencia para los habitantes de los países occidentales. Pensar en términos de centro(s) y de periferia(s) permite una reflexión sobre la interacción espacial entre los lugares del mundo: los lazos de dependencia recíproca donde las desigualdades son la regla, pero que no funcionan en un sentido único.

Para tomar en cuenta
En el informe “Tiempo para cuidado: El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad” la desigualdad económica está fuera de control. En 2019, los 2153 mil millonarios que hay en el mundo poseían más riqueza que 4600 millones de personas. Los 22 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África. Estos ejemplos de riqueza extrema conviven con un enorme nivel de pobreza. Según las estimaciones más recientes del Banco Mundial, prácticamente la mitad de la población mundial vive con menos de 5,50 dólares al día, mientras que el ritmo de reducción de la pobreza ha caído a la mitad desde 2013.