Y llegó la época en que el mundo se detuvo y el terror nos invadió

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Jesús M. Moreno Mejía.

Estamos en una época que nadie esperaba, en medio de una serie de recomendaciones sanitarias para no contraer el Covid-19, la posibi- bilidad de enfermar de gravedad y posiblemente llegar a morir por no existir cura segura una vez declarada en el paciente en etapa crítica, y no haber una vacuna que impida el mal y su propagación, que alcanza ya los miles de decesos a nivel mundial.

Claro, lo anterior no es ninguna novedad para nadie, pero sí es una obligada introducción al análisis de los efectos socio-económicos que ha ocasionado la pandemia que invade casi todo el planeta.

Los números estadísticos sobre el problema varían día a día, pero en este artículo sólo damos a conocer el primer millar de fallecidos en México y en Estados Unidos de América: en territorio nacional hubo 1000 decesos en 36 días, mientras en el vecino país del norte fue aproximadamente el mismo número de muertos en tan sólo 12 días, si bien podemos afirmar que las cifras van creciendo de manera exponencial en poco tiempo.

Las consecuencias de la pandemia también aumentan considerable, pues no sólo están los casos fatídicos registrados en nuestro país y en las naciones afectadas, sino también la debacle en la economía local y continental, al grado tal que la humanidad entera padece de un pánico irrefrenable, pues no se encuentra una solución que sea viable.

No debemos olvidad que el miedo es una condición innata del ser humano y que la más de las veces nos doblega, pero también tenemos la voluntad de ser valientes ante la adversidad, y por ello “mientras menos miedo tengamos, menos peligro”, según lo señalado por Joseph Joubert.

De vez en cuando, los medios informativos han afirmado que alguien tienen la solución, pero lamentablemente han sido “fake news” (noticias falsas) o bien simples indicios de estar avanzando sobre tal o cual vacuna, aún no probada en seres humanos.

Dentro de las noticias falsas están supuestas curas naturales para quienes han contraído el “coronavirus” (como se bautizó popularmente al Covid-19 por la semejanza a tener una diadema dicha molécula), mismas que aparecen en la Internet en forma de recetas caseras pero sin tener ningún respaldo científico.

Incluso, las grandes potencias económicas y de poder bélico a nivel mundial, han tenido que aceptar la derrota frente a la pandemia, pues no han podido detener el avance incontenible del terrible virus.

Estados Unidos de América (EUA), siendo el país con más avance científico, se ha visto impotente para contener la propagación del poderoso Covid-19, donde a la fecha ha cobrado mayor número de fallecidos, tal como lo anotamos anteriormente, incluso estar muy por encima de los registrados en naciones que también han tenido considerables bajas.

No obstante, es de sobra conocido que para mitigar los efectos de la pandemia, la recomenda- ción principal es recluirse todo mundo en casa y salir sólo en casos estrictamente necesarios, ocasionado la paralización de la producción de bienes, de servicios y, en consecuencia, la afectación del circulante de toda moneda nacional e internacional.

La actividad política también se ha visto afectada por la pandemia, quiérase que no, lo mismo posponiendo las elecciones de legisladores y/o de servidores públicos, según sea el caso en provincias locales o de otros países del mundo.

A lo anterior podríamos agregar el fallecimiento de personas públicas a causa del Covid-19, dejando a un lado la noticia de muertes violentas por el crimen organizado.

Hasta la campaña de Donald Trump se ha visto afectada por la crisis de la pandemia, pues el número de votantes a favor de su reelección se ha visto disminuido, no sólo por la muerte de muchas personas, sino también por haberse opuesto apoyar en reiteradas ocasiones el servicio de salud pública, así como el alto número de muertos en New York y en California, quienes en su mayoría eran personas de origen latino y afroamericanos.

A nivel internacional, el mercado del petróleo también ha sufrido un serio descalabro, pues a falta de demanda de combustibles los precios del llamado Oro Negro se han desplomado, originando que la producción del mismo se haya restringido, pues al no haber ventas se aplica la fórmula de la oferta y la demanda: no hay ventas, baja el precio del producto, lo mismo del petróleo crudo que del refinado.

Asombra ver en un mapa-mundi el número de barcos petroleros que se encuentran transitando en los océanos y en los puertos de destino, sin poder descargar pues los almacenamientos en tierra están al tope y por tanto no son susceptibles de rellenarse, dado el escaso movimiento en la demanda.

Todo lo anterior ha originado que las bolsas de valores registren una caída espectacular, afectando seriamente el mercados internacional y en consecuencia todos los productos que regulan la economía mundial.
Pero volviendo al caso del petróleo a nivel mundial, leyendo una nota informativa de Associated Press (AP), nos enteramos que los bajos precios del Oro Negro han tenido un impacto positivo para China, la nación que más consume ese producto, quienes adquieren grandes cantidades a bajo precio para llenar sus enormes e innumerables contenedores, asegurando así el abastecimiento del país en caso de una interrupción prolongada de suministro de combustible.

En fin, estamos apenas en la fase tres de la pandemia a nivel nacional y lo único que podemos insistir en recomendar es cuidarnos, para no caer en el terror de ver la pandemia como un problema sin solución, pues peores situaciones ha vivido la humanidad y salir adelante, arrojando cambios importantes en beneficiado de la mayoría de quienes lograron sobrevivir. ¡Seamos optimistas!

¡Hasta la próxima!