Donald Trump a la zaga en la lucha contra el Covid-19

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Jesús M. Moreno Mejía.

“¡Ay de los que fracasan, porque se quedarán en lo mediocre”.
José Vasconcelos.

“La política de Trump es de un ególatra y por ello lo que otros opinan diferente a él los considera sus enemigos”

            En la lucha mundial contra el Covid-19, Estados Unidos de América (EUA), que lidera Donald Trump, se encuentra a la zaga en cuanto a salir avante del problema sanitario, sobre todo si se establece una comparación con la República Popular de China, donde se asegura se originó el contagio y no tuvieron tanto muerto por esa enfermedad.         

Aun cuando son muchos los analistas que siguen con detenimiento el combate contra el flagelo que tiene desconcertado a todos en el planeta, por no encontrar un freno al terrible virus que asola a prácticamente todos los países, ha sido el Dr. Heinz Dieterich, sociólogo y analista político alemán, residente en México, y profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien ha puesto las banderíllas sobre el lomo de Trump y su gabinete.

El catastrófico fracaso del presidente del vecino país, se basa en los más de 97,000 personas fallecidas en EUA en los primeros cinco meses del presente 2020, que comparado con las casi 5,000 muertes ocurridas en la República Popular China, constituyen una enorme diferencia en materia de mortandad durante la actual pandemia. (Cifras oficiales al 25 de mayo 2020)

Lo anterior indica que en números redondos, el número de personas fallecidas en EUA con relación a su población total, son 80 veces mayor al de China, donde se inició el brote de contagios de Covid-19.

Ha sido el expresidente de la Unión Americana, Barack Obama, quien ha sido certero en su diagnóstico sobre el problema de la lucha contra el Covid-19, afirmó recientemente Dietererich Steffan a la afamada periodista, Carmen Aristegui.

“Obama ha entendido que la esencia del desastre de la Casa Blanca radica en su cultura, y para ser más precisos: en la falta de cultura de Trump”, y retomando las palabras de Obama, basadas en su caudal de experiencia internacional y su inteligencia, dijo categórico el analista:

“La política de Trump es de un ególatra y por ello lo que otros opinan diferente a él los considera sus enemigos”, pues lo que hace, o deja de hacer, siempre es producto de su incultura, y por ello ha convertido el manejo estadounidense de la pandemia en un desastre caótico total.

Dieterich opina que el diagnóstico de Obama es acertado, ya que considera que la cultura es a profundidad, no es sólo el quehacer de las bellas artes, sino que en ella se consideran disciplinas y sistemas como la sociología, la economía, la política, entre otras, pues en todo ese conjunto constituyen las bases de la sociedad humana.

Considera el profesor de la UAM que existen líderes de naciones que poseen cultura racional, con la capacidad de entender, jerarquizar y optimizar los movimientos dialécticos que son objetivos de la realidad, entre ellos se incluye a Xi Jinping, presidente de la República Popular de China; a Vadímir Putin, de Rusia, y Angela Merkel, de Alemania.

Xi Jinping es ingeniero químico; Merkel, por su parte, tiene doctorado en el área de la química-física cuántica, a quienes les es permitido analizar problemas de diversa índole, no sólo desde un punto de vista científico sino también de orden social, como ya lo han demostrado.

La característica funcional de los presidentes culturales, para poder cumplir con su mandato, consiste tener en su gabinete a los personajes más destacados que garanticen una mejor realización de la función pública, para la cual fueron elegidos.

Contrariamente ocurre con Trump, o con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, militar retirado, que también se ha visto imposibilitado para dar una lucha efectiva contra el Covid-19, así como enfrentar los problemas sociales de su país.

Terminamos esta entrega con las siguientes palabras de Obama: “Sin la cultura, el macro sistema Sociedad-Estado se vuelve desorganizado, caótico, y la eficacia de la función pública se torna marginal”.

¡Hasta la próxima!