La ociosidad de la partidocracia: el águila juarista

0
641

José Guadalupe Robledo Guerrero.

A principios de los 90, platicando con Óscar Flores Tapia sobre la falta de liderazgos sociales en el país durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, quien no era santo de la devoción del exgobernador, éste me decía que la culpa de esa situación era de Benito Juárez García y su gabinete.

A sabiendas que Flores Tapia era un convencido juarista, le pregunté: ¿Por qué dice que Juárez y su gabinete son los responsables de la falta de liderazgos en el país? Inmediatamente contestó: “Porque gentes de la estatura de Juárez y su gabinete sólo se da uno cada cien años, y éstos aparecieron juntos en una sola época, la juarista, si no, revisa quiénes fueron estos grandes hombres”.

Obviamente hurgué en la época juarista, porque en la enseñanza escolar de la historia, la figura de Benito Juárez eclipsa a los personajes que lo acompañaron en esa etapa gloriosa de la nación. Y en el gabinete juarista encontré personajes de la talla de: Melchor Ocampo, Juan Antonio de la Fuente, Santos Degollado, Francisco Zarco, Manuel Doblado, Sebastián Lerdo de Tejada, Ignacio Ramírez, Miguel Negrete, Ignacio Zaragoza y Guillermo Prieto, entre otras destacas figuras de la historia nacional.

Todo esto viene a colación, porque hace días la partidocracia nos entretuvo con sus dimes y diretes que repentinamente aparecieron en el escenario político, a raíz de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió adornar el Palacio Nacional con el águila juarista para la conmemoración del 210 aniversario del Grito de la Independencia.

De inmediato, panistas, intelectuales, políticos, funcionarios y otros iguales entraron al “debate”, argumentando que el águila juarista es la misma del logotipo de Morena, lo cual es totalmente cierto, pero a lo más que llegaba la decisión presidencial es a preguntar ¿Qué tiene que ver el águila juarista en los festejos del Grito de Independencia? Esto lo contestó Claudia Sheinbaum con tono de profesor rural: “Benito Juárez es un héroe nacional, y la figura del águila juarista está representada en el billete de 20 pesos”. Nunca admitió que el águila juarista es la misma del logotipo de Morena, pero eso qué.

Seguramente nadie ignora que el presidente López Obrador se identifica con Benito Juárez, así como López Portillo creía ser la reencarnación de Quetzalcóatl, y nadie se lo recriminó. Que llegue a emularlo o no, esa es otra cuestión.

También es cierto, que el gabinete de Amlo en nada se parece al juarista, y aunque López Obrador quiera emular a Juárez, la verdad es que está a distancia de serlo, y si no, revisen la historia, pero no hay por qué criticárselo. Al fin y al cabo, él es el Presidente de México porque así lo decidieron 30 millones de votantes, de los 90 millones con derecho a votar.

La discusión sobre el águila juarista, es parte de la ociosidad en que cómodamente se mantiene la partidocracia, por eso están simulando ser nacionalistas y defensores de los héroes y de la historia de la patria, la misma que destruyeron con su enorme corrupción.

Lo importante es el mensaje presidencial: AMLO volvió a mostrar a quién quiere emular. Eso explica también, el por qué López Obrador optó por vivir en Palacio Nacional, lo mismo que hizo Benito Juárez, quien vivió, murió y fue velado en Palacio Nacional, y si Juárez no hubiera muerto, todavía sería Presidente.

La partidocracia debe terminar con su ociosidad, abordando los asuntos más importantes del país, como la pandemia, la educación, la salud, la inseguridad y la crisis económica, en lugar de estarse peleando por nimiedades partidistas, las cuales dan pena ajena.

A propósito, hay una anécdota conocida: Allá por 1492, cuando echaron de España a los musulmanes, en la popa del barco que lo llevaba al destierro, Boabdil, el último Sultán de Granada, iba llorando por haber perdido su reino, su madre se le acercó, y lapidariamente le reclamó: No llores como mujer, lo que no pudiste defender como hombre.

Esta anécdota es una buena lección para la “oposición”, y aunque les falta madre para decirles lo que le dijo la suya a Boabdil, sería bueno que la aprendieran…