Fernando Fuentes García.
El fracaso del neoliberalismo como sistema económico y político en el mundo es contundente, simple y sencillamente porque no se puede pretender responsabilidad y democracia, si no se regula a los actores del mercado (instituciones financieras, bancos, corporaciones y multinacionales) que fueron refinando el sistema neoliberal para tomar el control del Estado, privatizar su aparato productivo y de servicios y reducir su función como garante de la democracia; todo con el fin de garantizar la máxima vil expuesta por Adam Smith en su libro La Riqueza de las Naciones, «todo para nosotros y nada para los demás». Ese “nosotros” que, de acuerdo con el reporte 2019 del instituto de investigación Credite Suisse (https://www.credit-suisse.com/about-us/en/reports-research/global-wealth-report.html), representa el 1 % de la población mundial que acumula casi la mitad de la riqueza global, que agregado al siguiente segmento resulta en el 10.7 % de la población mundial acumulando el 82.8% de la riqueza global.
La expulsión del humanismo como forma de control; el culto al individuo que anula la idea misma de sociedad o comunidad. El resurgimiento de los oligopolios y monopolios (la llamada corporatocracia resultado de la globalización) que en el afán de la maximización de las ganancias y al amparo del Estado, han eliminan a su competencia, sobreexplotado los recursos (propios o ajenos) y causado graves daños ecológicos y medioambientales. La propagación de las corporaciones vividoras del Estado que permitió socializar sus pérdidas y la vergonzosa desigualdad e injusticia creada que deja a la mayoría expuesta a la explotación y represión. Son en gran parte el resultado de un sistema económico y político cuyo motor es la codicia y su combustible la corrupción; de un sistema que invariablemente deja de lado el bienestar de las personas; de un sistema insostenible, tanto como llegó a ser el feudalismo o las monarquías absolutas.
El fenómeno global de la pandemia, utilizado como escusa para detonar la famosa y recurrente burbuja financiera que muchos ya esperaban, no solo ha potenciado la crisis económica, también ha revelado el colapso del sistema, vaticinado ya por el Premio Pulitzer, Chris Hedges (https://www.youtube.com/watch?v=tPk9HSLagVg) e ilustrado recientemente por The Economist (https://econ.st/2WFBNDT) y la tesis del fin de la era americana, expuesta por el antropólogo Wade Davis en su artículo para la revista Rolling Stone (https://www.rollingstone.com/politics/political-commentary/covid-19-end-of-american-era-wade-davis-1038206/).
Davis constata el profundo fracaso del modelo económico y político que llevó a esta nación de ser el arsenal de la democracia, al que el Presidente Franklin D. Roosevelt aspiraba, al arsenal de la Anti-Democracia, del saqueo y la injusticia. Un ensayo de lectura obligada para aquellos devotos del modelo norteamericano, que justifica y respalda las acciones que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha emprendido en nuestro país. Quien ha procurado, al igual que Roosevelt durante la Gran Depresión de 1929, crear puestos de trabajo a través de la inversión pública con los grandes proyectos de infraestructura y los programas sociales como el de jóvenes construyendo el futuro y sembrando vida. Ha abierto también la puerta a la organización sindical democrática y ha puesto en marcha las grandes reformas que aportan inmensamente a la seguridad social y a la justicia.
Ya lo advertía el Presidente Roosevelt en el apéndice “A” de la revista American Economic Review de junio de 1942: “La libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en manos privadas hasta el punto de que se convierta en algo más fuerte que el propio Estado democrático”. Concentración del poder en manos privadas (nacionales y extranjeras), que aprovecho el profundo anti patriotismo y la insaciable sed de enriquecimiento y poder de la mayoría de los miembros de la clase gobernante mexicana (supuestos representantes del pueblo), para sobornar y transformar a estos saqueadores y vividores de la nación, en meros cabilderos de sus intereses.
El modelo mexicano forjó, en el lapso de treinta y ocho años, una verdadera mafia en el poder que alude a los vínculos que existen entre la empresa, la política, el crimen organizado y una mayoría de los medios, columnistas e intelectuales orgánicos que fueron cómplices. Lo anterior se denota recientemente (hay muchos más elementos, desde luego) con las revelaciones surgidas de los procesos que se llevan en contra de Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública durante el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, quien usó a la secretaría como una instancia al servicio del crimen organizado y de Emilio Ricardo Lozoya Austin, ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Lozoya Austin, ha roto la omertá (código de silencio de la mafia) y revela, lo que el periodista Carlos Fazzio bien califica como una red de corrupción y complicidades transexenal (https://www.jornada.com.mx/2020/08/24/opinion/019a2pol) que involucra a los citados ex presidentes e incluye a Carlos Salinas de Gortari y a los ex candidatos a la presidencia del 2018, al llamado presidente de facto Luis Videgaray y a legisladores de partidos, en particular del Partido Acción Nacional, quienes presuntamente recibieron sobornos por parte de la constructora Odebrecht para influir en la campaña electoral del 2012 y en la negociación de acuerdos “en lo obscurito” para aprobar las reformas energéticas.
A la anterior evidencia, se suma una larga historia de escándalos de corrupción de carácter mafioso que no hay que dejar de visualizar como “la estafa maestra”, la concesión por 100 años a privados (privatización) del puerto de Veracruz; la “operación zafiro” y la “operación rápido y furioso”, entre otros casos. Es decir que la clave de todo este entramado está en entender que lo que debemos de juzgar es al sistema, para así realmente cortarle el camino a una posible retrogradación en el futuro. Motivo, entre otros, por el cual “presumo” que el Presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene su postura de no juzgar a los ex presidentes, por lo menos hasta el segundo período. De tal suerte que los juicios, no alcancen a nublar la posibilidad de un claro entendimiento y una amplia conciencia del sistema que nos llevó al borde del abismo.
Conviene también, como apunta Bernardo Bátiz, precisar el sistema político imperante en México, que se funda en las disposiciones constitucionales y en nuestra propia historia y el cual a todas luces sigue el actual gobierno de la república (https://www.jornada.com.mx/2020/08/17/opinion/018a1pol). Prueba de ello es su lucha por instituir una verdadera división de poderes y por restaurar el sistema de economía mixta que pretendían eliminar los neoliberales. De manera que la propiedad privada se sigue respetando, las áreas estratégicas se rescatan y se trata de dar mayor y más fácil acceso a la empresa privada en la obra pública. Lo que deja sin argumentos a la pobre y torpe oposición que insiste en la retórica del comunismo.
Si bien hemos de ser implacables y juzgar a los mandatarios del pasado, para establecer un precedente y evitar que en el futuro nos vuelvan a gobernar criminales como estos; no debemos de equivocar y dejar de lado al verdadero enemigo a erradicar que es el sistema neoliberal y su inherente valor, “la corrupción”. El modelo que desde el exterior se impuso y que una rapaz elite de la oligarquía económica y política desea restituir, es en sí (o al menos en gran parte) la causa de la profunda desigualdad, inseguridad e injusticia. El Presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha reconocido y lo plasma en su propuesta moral y democrática que invierte los valores del sistema, colocando en primera instancia al bienestar y en segundo a las ganancias y combate a la corrupción como a la base misma del sistema. (https://elperiodicodesaltillo.com/wp/2020/05/31/no-es-el-crecimiento-es-el-bienestar%EF%BB%BF/). Para erradicar al enemigo, el jefe del Ejecutivo federal cumple con su principal tarea; definir la realidad y exponer las preguntas indicadas y valores en competencia en cada mañanera, en cada acto público; motivo por el cual la pobre oposición pretende silenciarlo. Pero sobre todo se esfuerza en dar paso a la democracia participativa, porque sabe que esta es la clave para consolidar la cuarta transformación (4T).
En nosotros yace la responsabilidad de deshacer el nudo de la 4T que expone José Blanco (https://www.jornada.com.mx/2020/08/11/opinion/015a2pol). Quien plantea un panorama más que desolador, esperanzador y debatible en referencia a los hombres de bussines (Alfonso Romo de la Presidencia y Víctor Villalobos de Agricultura) y al planteamiento de objetivos para lograr el Estado de Bienestar. Sin embargo lo que me deja en claro, es que la responsabilidad máxima para hacer realidad la cuarta transformación, se concentra en la ciudadanía misma. Quién debe de colocar en la mesa de discusión los problemas de fondo y evitar engancharse en la discusión frívola e inútil que propone la oposición y que cae en la insidia, la simulación y la hipocresía. La ciudadanía debe exaltar las lealtades que cuentan, que son las que tienen que ver con las convicciones, los principios, las ideas y la defensa de los intereses superiores, del pueblo y de la nación e identificar y señalar una y otra vez, al igual que se hiciera con el régimen que consumó el holocausto, a esa mafia que instauró la dictadura perfecta y el saqueo y entrega de nuestro país.
La oportunidad de la consulta pública que nos abre el Presidente López Obrador no debemos despreciarla, invariablemente del objetivo. Si se nos ha negado, es porque es un poderoso instrumento de poder, que no desean que ejerzamos. Quince días para formular la pregunta, recabar las firmas y entregar la solicitud de una consulta pública para juzgar a los ex presidentes, es el mejor ejemplo de una legislación hecha para poner trabas a toda participación pública. Las declaraciones desafortunadas del dirigente del Instituto Nacional Electoral (INE) sobre la falta de presupuesto para cumplir con el mandato de una posible consulta y un sinfín de posturas y acciones antidemocráticas (que incluyen el chantaje de no pagar impuestos en el 2019 en respuesta a las medidas de austeridad), denotan que es un instituto cargado de vicios y ciego a las demandas del pueblo. En especial cuando están buscando que se les acepte un presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2021 de alrededor de 20 mmdp, el cual puede ser calificado como un atraco a la nación. Lo que amerita establecer auditorías por parte de la misma ciudadanía.
La carga de la opinión y demanda pública es contundente y hace la diferencia. Lo constatamos con la reciente resolución negativa del INE respecto al registro como partido de “México Libre”. Entre la espada y la pared, el instituto encontró la salida pasando la carga de la decisión al Tribulan Electoral del Poder Judicial de la Federación, con una resolución débil desde el punto de vista jurídico; un dulce en charola de plata que deja la puerta abierta a este tribunal en ambos sentidos. Jhon Ackerman apunta: “los integrantes del tribunal serán recordados durante décadas por su decisión” (https://www.jornada.com.mx/2020/09/07/opinion/026a1pol). Un punto de quiebre en la democracia mexicana que depende de que este tribunal (al que de manera artera los prianistas aseguraron, extendiendo el período de 4 magistrados en el 2016) tome en cuenta también en su resolución las demás acusaciones graves que el INE extrañamente desechó, respecto la entrega de dádivas, la intervención de ministros de culto, el uso de instalaciones religiosas y la utilización de recursos públicos para captar afiliaciones. El solo hecho de pretender verle la cara a los consejeros y a los mexicanos, lo dice todo del pretendido partido.
Sobre el Autor
Fernando Fuentes García (Monterrey, México. Febrero 3, 1971) es un escultor autodidacta especializado en el bronce, comprometido a transmitir la aportación única y vital del arte y la escultura a la sociedad y a contribuir a un mejor México. Convicción que ha ejercido publicando artículos y ensayos en el blog de ciencia y tecnología Reporte Ciencia UANL, en la Revista Levadura y El Periódico de Saltillo.Su trabajo escultórico ha sido adquirido por importantes organizaciones, representado por galerías de arte.