Jesús M. Moreno Mejía.
“La mentira gana partidas,
pero la verdad gana el juego”
Sócrates.
En esta era digital, el uso de las redes ha ganado millones de adeptos en el mundo entero, pero para quienes todavía razonan todo lo que ven y lo que viven (creo ser uno de ellos), se preguntan: ¿Es para bien o para mal?
Si lo vemos a la ligera, diremos que es para bien, pero si analizamos la situación, nos encontramos que muchos mensajes contienen mentiras al por mayor, y más si se trata de asuntos políticos, sin que temas del mundo científico escapen a una que otra falsedad, y en casi todos los casos con una finalidad oculta, o inconfesable como se decía antes.
Un colega periodista de Gómez Palacio, Durango, Miguel Ayax González Hubbard, refiriéndose a las campañas políticas (incluyendo las llamadas pre-campañas), afirma categórico que cada político, o al menos en la gran mayoría, pronunciaban palabras de marcado cinismo, incongruencias, desatinos y ofertas que nadie creé que cumplirá.
Y agrega con una expresión: “Ah, pero todos se exhibirán como seres buenos, honrados, decentes y personas siempre triunfadoras (líderes de toda causa justa), pero sabemos que no lo son, pues en realidad se trata de entes incapaces, torvos, deshonestos, que los mueve sólo un interés de grupo o personal, para buscar la forma de enriquecerse desde un puesto público”. No se refiere a nadie en particular, sino que generaliza.
Pero en el caso que tratamos hoy no sólo están los candidatos de los partidos políticos, están las mentiras que se suben a las redes sociales con un sinnúmero de finalidades, desde acaparar la atención de los navegantes del ciberespacio en favor de determinados sujetos o grupos, hasta crear una telaraña maligna de maldad como la de los pederastas o los tratantes de personas.
Ahora bien, volviendo al uso de las redes sociales por parte de los políticos en general, ya que para estos es la herramienta predilecta en la actualidad, según se afirma en “plataformas” de internet (Twitter, Google, Yahoo, etc.), pues si bien las redes sociales ofrecen posibilidades de conectarse con los amigos y gente de otras latitudes del mundo, con otras culturas, o sea relaciones a larga distancia, también trae variados riesgos, mediante abusos de la internet o mal uso de la misma.
Por ejemplo, en los últimos años, se han venido usando elementos maliciosos, como los “bots” para tareas maliciosas, que van desde ataques cibernéticos entre partidos políticos y autoridades gubernamentales, y hasta cometer fraudes, robos, o bien envíos no deseados y propagación de virus. De allí que algunos sitios tengan reglas muy estrictas para el uso de bots. Esto lo podemos constatar, verbi gratia, en muchas de las compañías que ofrecen servicio de correo electrónico, como Hotmail, Yahoo o Gmail.
El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un informe sobre los ataques registrados en redes sociales en contra de la prensa que acude a sus conferencias, autoridades señalaron que 74.27% de dichas cuentas pertenecían a personas reales y el resto a “granjas de bots”, lo que desató un serio intercambio de acusaciones entre el mandatario y sus opositores. Pero ¿qué son los bots y cómo atacan en redes sociales?
Para saber qué son los bots, es importante entender que existen diferentes tipos, pero en redes sociales operan como una aplicación de software que ejecuta tareas automatizadas a través de internet. Las tareas ejecutadas por bots suelen ser simples y repetitivas; por ejemplo, en Twitter pueden ser generadas decenas de mensajes automáticamente. Su intención puede ir desde apoyar ciertas ideas, desprestigiar a una persona o hasta operar una cuenta falsa.
En Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, los bots han jugado un papel negativo dentro de procesos electorales o políticos, señala el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y en un documento explica qué es un bot y cómo ataca en redes sociales. Se estima que el 9-15% de las cuentas de Twitter pueden ser bots sociales.
Pero el problema no se constriñe a lo anterior, pues en nuestro país y en el mundo entero existe ahora lo que se conoce como la Infodemia, que es la abundancia de información sobre un tema concreto, cargado de mentiras.
El término se deriva de la unión entre la palabra información y la palabra epidemia. Se relaciona con conceptos similares como “fake news” o “infoxicación”, en la medida que la cantidad y exposición de estos se intensifican.
Porque los datos que se difunden en una infodemia tienden a ser falsos, lo que desvirtúa las fuentes confiables de información que buscan ofrecer insumos relevantes acerca de un tema en específico. La desinformación surge como el resultado de la rápida propagación de datos por los medios de comunicación de libre acceso como las redes sociales.
Lo anterior se ha hecho patente, principalmente, en temas políticos y a la epidemia que nos asola, y para ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte a todo mundo de la sobreabundancia informativa falsa y a su rápida propagación entre las personas y medios.
Por lo general, la gente no razona lo que recibe en su computadora, su celular o tableta, como tampoco lo hace en lo que ve y escucha en la TV y en la radio, e incluso en algunos medios impresos, sin darse cuenta de si se trata de algo cierto o no lo que capta, pero que en gran porcentaje son simples y llanas mentiras.
De lo anterior resulta cierto el dicho popular que afirma que “la mentira es una raya hecha con ceniza”, según nos lo recuerda el colega Primitivo Javier González Muruato. ¿O usted, amable lector, qué opina?
¡Hasta la próxima!