*La Tragedia de la Línea 12 deja fuera a Ebrard y Sheinbaum.
Carlos Padilla Muñoz.
MAS claro no puede ser, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, está perdiendo autoridad, claridad, sensibilidad en su gobierno y lo peor, el piso, en el proceso electoral, y su gobierno cotidiano, donde la neutralidad que requiere su investidura quedó de lado, todo, por la pérdida de posiciones de los candidatos a diputados federales, gobernadores y alcaldes en la elección más importante de los últimos años por sus connotaciones.
Aparte está perdiendo la sensibilidad y respeto por el pueblo de México, la misma gente que lo llevó al poder en 2018, porque ahora no se merece que los manden al Carajo.
No existe duda que Andrés Manuel López Obrador, desesperado por las derrotas de que el INE y el TRIFE le hayan bajado las candidaturas de Félix Salgado Macedonio en Guerrero y Morón en Michoacán, ahora arremete a través de la Fiscalía General de la Federación y la Unidad de Investigación Financiera, UIF, contra los candidatos Samuel García de Movimiento Ciudadano y de Adrián de la Garza, de la Coalición PRI-PRD, para bajarlos de las candidaturas por la gubernatura de Nuevo León , sobre todo porque van arriba en las encuestas 40 y 25 % , en un claro intento para despejarle el terreno a la candidata de Morena, Clara Luz que solo lleva 15 %.
El hecho que el Presidente haya desdeñado y ofendido a las víctimas y familiares de la Tragedia de la Línea 12 del Metro, cuando dijo que no había ido al lugar de los hechos porque no es su estilo, que eso es cosa del pasado- ir a confortar a los familiares para llevar mejor su tragedia y ofrecerle apoyo y la ayuda que se requería en esos momentos- lejos de eso, dijo que esos hechos que ¡se vayan al carajo!
O sea que mandó al carajo a los familiares de las víctimas de las tragedias que enluta al país en vísperas de elecciones, con una insensibilidad inverosímil e increíble, porque cualquier estadista no pensaría dos veces en cumplir con su deber de estar con el pueblo, a ese pueblo que dice defender.
Esto tiene una explicación, las derrotas con su candidato preferido, su compadre Salgado Macedonio y otros como el lagunero Luis Fernando Salazar, por parte del INE y TRIFE, a quienes no pudo controlar y ahora amenaza con desaparecerlos para garantizar supuestamente la democracia, a pesar de que se trata de unos de los órganos independientes políticos del país que garantizan la democracia y elecciones limpias y libres.
López Obrador, a pesar de no estar en las boletas, se ha metido en las elecciones, como el mismo lo aseguró en las mañaneras, al aceptar que si está metiendo las manos en las elecciones, bajo el pretexto de que no puede ser cómplice de los supuestos fraudes que ha denunciado, como en los casos de los candidatos de Nuevo León.
El Presidente con la desobediencia al INE, de no intervenir en las elecciones, podría ser sometido a juicio político, ahora imposible e impensable, porque sabemos que el Congreso y el Senado están secuestrados por el propio ejecutivo con una mayoría a base de una sobre representación, a la que las autoridades electorales quieren atacar para evitar monopolios políticos entre los poderes en el país, como sucede ahora.
A esto hay que agregarle el control absoluto que mantiene López Obrador de los poderes Legislativos y ahora el Judicial de Arturo Saldívar.
Ebrard, Mancera y Sheinbaum responsables
Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum podrían perder sus aspiraciones de suceder a AMLO en el 2024, el pueblo no perdona que el Presidente haya mandado al Carajo a los familiares de las víctimas de la tragedia de la Línea 12 del Metro con saldo de 26 muertos y 79 heridos.
Podría pensarse que el caso de los candidatos de Nuevo León, que ahora están en la cuerda floja y el posible desafuero del Gobernador de Tamaulipas, Cabeza de Vaca, podría ser una cortina de humo, para distraer la atención de la tragedia del metro en su Línea 12, donde hay responsables y todo apunta a Marcelo Ebrard, quien era el Jefe de Gobierno cuando se construyó esta línea que se vino abajo; Miguel Ángel Mancera, el anterior Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y la actual Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. El primero como responsable de la construcción de la obra, a quien le indicaron preventivamente que había vicios y fallas graves, los dos últimos, por falta de mantenimiento y omisión sobre los errores que tenían las instalaciones, y que fueron denunciadas en su oportunidad por trabajadores del Metro y del Sindicato de trabajadores del Metro.
El hecho que tardaran en dar a saber los resultados más de seis meses, después de las elecciones, para aminorar los efectos que puedan asumir en la ciudadanía, la conducta y responsabilidad de esta tragedia que dejó un saldo de 26 muertos y 79 heridos.
Lo rescatable de esto, y hay que admitirlo, quien fue la única que dio la cara en los momentos críticos, la noche del 3 de mayo, fue la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien a final de cuentas podría tener menor culpa, sin conceder que esta fuera del caso.
Lo cierto es que la frase, váyanse al carajo, que emitió el Presidente AMLO, en momentos donde los familiares de las víctimas de la tragedia de la Línea del Metro y todo el pueblo de México esperaban otra cosa de quien en muchos años se ha auto señalado como el amigo del pueblo y de las clases desprotegidas, confirmó que al Presidente le importa un carajo el pueblo, para él es más importante en mantenerse como poder omnipotente de semidiós.
El Gobierno de la Ciudad de México ha declarado que ellos y el Gobierno Federal asumirán todos los gastos de funerales de los muertos y gastos médicos de hospitalización de los heridos, incluidos indemnizaciones de por vida con posible victimas que queden con discapacidades física de por vida. Se habla de indemnizaciones a los deudos de los fallecidos de 650 mil pesos, lo que habla bien en ese aspecto, aunque en estos tiempos electorales, no era aconsejable de otra forma.
Ojalá los mexicanos no manden AL CARAJO a los candidatos y partido del Presidente el próximo 6 de junio, porque hay que recordar que la tragedia de la Línea 12 del Metro y sus responsables no se olvida, porque simplemente fue un hecho que pudo evitarse.
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