Fernando Fuentes García.
La democracia, la libertad y la verdad combaten con sus verdaderos defensores, los ciudadanos amantes de la divina patria y no de los tiranos y pérfidos incondicionales al neoliberalismo que se disfrazan de demócratas humanistas, oprobio de nuestro pueblo entero. Aquellos patriotas que han sido cegados temporalmente por el aplastante poder de las plataformas mediáticas de los clérigos del dogma neoliberal y de sus comunicadores y pensadores orgánicos (que no responden al interés del pueblo ni al de la nación), al final serán iluminados con la verdad. «Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo. Se puede engañar a algunos todo el tiempo. Pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo», citaba Abraham Lincoln.
El corresponsal de guerra ganador del premio Pulitzer, Chris Hedges, apunta que cuando el discurso político y nacional ya no se basa en hechos contundentes y verificables, los hechos son intercambiables con las opiniones y la verdad es lo que cada quien quiera que sea y es entonces que la mentira y la calumnia sobresalen. Es en este contexto antidemocrático, agrega, que resulta trascendental asegurar que el discurso se vuelva a centrar en los hechos contundentes y verificables; yo agregaría también y en la historia que nos han pretendido negar y provocar desprecio como en las dictaduras de estado, con el fin de garantizar el reino idealizado del diez por ciento de la población.
Una misión que en especial recae en las instituciones públicas responsables de la comunicación, como la Presidencia de la República. La lucha por la censura a la conferencia de prensa matutina emprendida por la oposición (en especial a través de la dirigencia del cuestionado Instituto Nacional Electoral), no solo no se concretó, sino que ha fortalecido a este democrático ejercicio, pues ahora se pone en marcha la estrategia para contrarrestar las noticias falsas y la calumnia desde esta conferencia matutina, el bloque Quien es Quien en las Mentiras. Lo que seguramente hará gritar a la reacción, ya que contrarrestará la dudosa acción de agencias tecnológicas (neoliberales) de calificación de la información, que buscan atribuirse el título de “guardianes de la verdad” para así promover la censura de quien cuestione las ideas que ponen en entredicho al sistema; censura y arbitrariedad que, de acuerdo con el periodista y activista francés, Thierry Meyssan, si no contrarrestamos nos podría tomar siglos el restablecimiento de la libertad de expresión (https://bit.ly/2LLiZQk).
Pero la lucha por la verdad y la libertad, no solo recae en la institucionalidad, sino también en cada uno de nosotros como medios de comunicación en potencia. Un gran ejemplo es el del músico ingles Roger Waters, quien en una conferencia para abogar por la liberación de Julián Assange, repudia el insidioso movimiento (sic) de –los titiriteros de los medios y del mundo– por querer apoderarse de absolutamente todo, al rechazar de manera peculiar (ver: https://youtu.be/yLJeyBk9kIY) una gran oferta del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, para comprar los derechos de uso de su canción Another Brick in the Wall (Part II). Es una cuestión de integridad.
Vale recordar la cita del presidente, Andrés Manuel López Obrador, expuesta en una de sus conferencias matutinas: “Las lealtades que cuentan son las que tienen que ver con las convicciones, los principios, las ideas y la defensa de los intereses superiores del pueblo y de la nación”. El ejemplo de Waters es contundente en el ámbito internacional y en el nacional quiero resaltar el esfuerzo de conciencia que realizan valores nacionales, entre muchos otros, como el actor Damián Alcázar, el productor y corresponsal de guerra Epigmenio Ibarra y el escritor y activista Fabrizio Mejía Madrid; quienes evidentemente comparten la convicción de la utopía (el mejor lugar que no existe) de la reconstrucción y el renacimiento de la República Mexicana con una verdadera causa democrática y humana. Nuestro destino manifiesto, que en mi convicción reafirmo al cumplirse tres años del proyecto de transformación.
El ensayo “El porvenir de la utopía” del dramaturgo y director Vidal Medina (http://revistalevadura.mx/2020/10/19/el-porvenir-de-la-utopia/#), me ayuda a describir la utopía concreta de la cuarta transformación (4T); la que los opositores no entienden, quizás por desconocimiento o por su naturaleza tirana y pérfida. En mi humilde percepción, la 4T plantea una visión contraria al rapaz neoliberalismo; donde el ser humano y su dimensión colectiva serán el centro de atención y no el mercado y el individuo; donde los grandes problemas de la nación se debatan y consensen en el legislativo y no se resuelvan mediante una imposición desde el exterior o desde los llamados tanques de pensamiento o desde el cabildeo corporativo; donde nuestros servidores públicos aboguen por el interés del pueblo y de la nación y en donde la economía mixta sea restaurada y se recupere la rectoría de los sectores estratégicos (https://www.jornada.com.mx/2020/01/06/opinion/011a2pol 1/4).
Tan claro como el agua es que la utopía concreta de la 4T de ninguna manera busca la negación del capitalismo, como pretende hacernos creer la oposición con su hipócrita retórica del comunismo, cuyos principios aplica el neoliberalismo. Pero tampoco sugiere la visión Orwelliana de 1984 a la que pretende llevarnos el grupo que se reúne frecuentemente en Davos (https://elperiodicodesaltillo.com/wp/2021/02/16/la-debilidad-del-noventa-por-ciento%ef%bb%bf/). Lo que sí propone la utopía concreta de la 4T es que en un futuro próximo, la recuperación de la soberanía y la erradicación de la corrupción (el combustible del sistema neoliberal) sean una realidad y que en otro futuro más remoto, se consolide el modelo de bienestar, en el que la vergonzosa injusticia y la desigualdad creada por el sistema neoliberal, han de disminuirse dramáticamente y el otrora orden social se ha de transformar para ofrecer bienestar “a todo el pueblo”, término que incluye a la clase media alta y alta.
Mucho se ha avanzado en estos sentidos, los hechos son contundentes, más no palpables para una parte de la población porque evidentemente es susceptible a la manipulación de la mezquina y corrupta élite política y económica neoliberal, en quienes depositan su fe a ciegas y de quienes adoptan la fórmula para el éxito y el ascenso, expuesta por Víctor Flores Olea en el artículo “La necesidad de la utopía”: la obediente aceptación de lo establecido. De tal forma que es fácil sembrar en este grupo poblacional una falsa realidad que genere desesperanza y desprecio y es que se conforman con las apariencias y la superficialidad de la información que se les ofrece y rechazan y marginan a quien cuestione el orden social.
Si queremos ver realizada la utopía “concreta” de la 4T, es decir el renacimiento de este país (término que evoca al período del siglo XV y XVI), tenemos que entender que el fundamento de toda transformación se centra en todos nosotros. Por lo que en principio se requiere salir de nuestra zona de confort y dejar a un lado los prejuicios, las emociones y el interés individual, para dar paso así al conocimiento y el pensamiento objetivo, como explica el doctor en ciencias Víctor Manuel Toledo en su aportación “Dogmatismos, sectarismos y pensamiento crítico”. Segundo, requerimos exigir la democracia participativa que se nos quiere negar con la falacia de que es innecesaria y costosa y tomar acción en esta inédita consulta popular del próximo mes de agosto, para hacer juicio al antiguo régimen y dejar el precedente de lo que no queremos que se repita. Tercero, requerimos fomentar el activismo y la participación individual con la simple invitación a sacrificar tiempo para mejor informarse, con un abanico más diverso de medios de información.
Sobre el Autor
Fernando Fuentes Garcia es un escultor autodidacta especializado en el bronce, comprometido a transmitir la aportación única y vital del arte y la escultura a la sociedad y a contribuir a un mejor México. Convicción que ha ejercido publicando artículos y ensayos en el blog de ciencia y tecnología Reporte Ciencia UANL, en la Revista Levadura y El Periódico de Saltillo.