El retorno a clases ha sido convertido por López Obrador en otro más de sus galimatías. Por un lado, el presidente asegura que por encima de la opinión mayoritaria se volverá a las aulas; y por el otro, insiste en que los padres de familia decidirán si envían o no a sus hijos a la escuela. Mientras tanto, la sedicente secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez sigue ausente del problema y de su responsabilidad. ¿Y los mexicanos? Mirando el toro desde la barrera. Manteniéndose mudos, sordos y paralíticos, aunque los daños que le causarán a sus hijos serán graves e irremediables.