Fernando Rangel de León.
Dice el refrán popular: “el interés tiene pies”; lo cual no se vio en la consulta popular; pues salvo honrosas excepciones de unas cuantas y cuantos no se vio a los millones de ciudadanos que se dijeron sus partidarios, invitar, orientar y movilizar a sus conciudadanos a acudir a las mesas a depositar su voto el pasado domingo 1 de agosto.
Es que no se trató de elecciones a puestos de elección popular, en las que los candidatos y los partidos tienen intereses concretos de poder y económicos; sino fue un ejercicio democrático en el que se tomó en cuenta legal y políticamente la libre voluntad y el derecho de decisión de los ciudadanos de obligar al gobierno a proceder judicialmente en contra principalmente de expresidentes de la república, que probablemente cometieron uno o varios delitos en el desempeño de sus funciones.
En las elecciones hay candidatos y partidos que promueven de todas formas el voto, y algunos hasta dan dinero, en efectivo y en especie, y prometen puestos y otros beneficios más y hasta los “acarrean”, para que los ciudadanos acudan a las urnas a votar en su favor, seguros de que esa inversión si ganan van a recuperarla con creces; las más de las veces ilícitamente.
En cambio ¿Qué ganaban los promotores de la consulta popular?, Nada; pues con ella no se iba a obtener un solo centavo. ¿Qué ganaban quienes acudieran a la consulta popular? Aparentemente nada; pero en el fondo ganaban todo; pues la democracia no tiene precio pues no es un artículo de comercio que esté en el mercado; sino que es mucho más: es el poder público, la soberanía popular, el gobierno, en manos de los ciudadanos, que lo ejercen directamente con un simple SI o un NO en la boleta.
Por eso no se acudió masivamente a la consulta popular; para la que las expectativas de que votara el 40% o más de los alrededor de 93 millones de ciudadanos, fueron sumamente altas.
Por eso los 6 millones 663 mil 208 que votaron, se cree que fueron pocos; pero no; pues si se toma en cuenta que el PRI en las elecciones de 2018, que promovió con meses de anticipación gastando todos los recursos del mundo, obtuvo 7 millones 600 mil votos, se entenderá que la consulta popular resultó un éxito.
A diferencia de las elecciones, en la consulta popular no hubo vencedores ni vencidos; sino lo que hubo es el principio del despertar democrático del pueblo de México, que por vez primera en su historia ejerció la democracia directa; a lo que debemos acostumbrando; haciéndola parte de nuestra vida.
Pues la consulta popular, llegó para quedarse.