Jesús Máximo Moreno Mejía.
“Es un deber de la historia
contar los hechos como
fueron y no encubrirlos
por considerarlos
deshonrosos”.
Andrés Bello
Nuestra ciudad cuenta en su Centro Histórico, bellos edificios que fueron construidos hace más de 100 años por personas que le dieron personalidad y hasta elegancia, a una naciente población que ambicionaba ser un emporio en medio del desierto, como lo fue en la primera mitad del siglo pasado.
En la actualidad perviven una buena parte de esas vetustas construcciones, comenzando por la “Casa del Cerro”, el primer chalet erigido como vigía de la población de Torreón, la que comenzó por ser una congregación, pasando casi de inmediato a la categoría de villa y unos años después elevada a la calidad de ciudad (la más joven y más progresista de México en ese entonces).
Prolijo sería enumerar cada uno de los bellos edificios de aquella época, que en algunos casos lucen sus galas y otros han sido cubiertos por el grotesco velo de la publicidad moderna, independientemente de que fueron destinados a otro giro comercial o de servicio que originalmente tenían.
Hoy hemos considerado necesario referirnos a un hermoso edificio que ha tenido una historia que pocos conocen: el Banco Chino, ubicado en avenida Juárez y calle Valdés Carrillo, construido en 1907, justo cuando Torreón fue elevado a nivel de ciudad.
Puesto que mucha gente de La Laguna ignora cuál es justamente el edificio que originalmente fue el Banco Chino, en la actualidad la planta baja es ocupada por una conocida tienda de conveniencia, un Oxxo, que se le localiza precisamente en contra esquina del Edificio Eléctrico, cuyas instalaciones corresponden a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y teniendo en referencia a la Plaza de Armas al norte, y a una institución bancaria identificada como BBVA al poniente.
Comenzaremos a referir que ese edificio fue construido con financiamiento de capital chino ($100,000 de capital social, que en esa época era una cantidad considerable, dado que el peso mexicano era bien valuado), y dicha inversión no le pedía nada a las realizadas entonces por bancos estadounidenses o ingleses.
Formalmente, la empresa se denominó “Compañía Bancaria y de Tranvías Wah Yick”, cuyo principal accionista era el destacado empresario cantonés, Kang You Wei, quién se dice que antes de venir a inaugurar el Banco Chino de Torreón se entrevistó con el presidente Franklin Roosevelt, de Estados Unidos de América, y luego con el presidente mexicano, Porfirio Díaz.
Y es que dicha inversión en la que también intervino, Foon Chuck (comerciante chino que vino a nuestra hoy ciudad desde finales del siglo XIX), significaba una futura oportunidad para conectar Torreón con Mazatlán, y de éste puerto a China, y por ello dicho banco era una liga de inversiones comerciales en Estados Unidos y China. Un promisorio polo de desarrollo económico a principios del siglo XX.
Varias infamias ocurrieron en ese edificio, según se relata en la página Grandes Historias de Torreón, que se publica en Facebook, la primera de ellas la ocurrida el 15 de mayo de 1911, con la terrible masacre de más de 300 súbditos chinos que se habían asentado en esta ciudad y trabajaban en forma pacífica, por cuyo crimen apenas este año se acaba de pedir perdón a la comunidad de esa etnia oriental, por parte del gobierno mexicano.
En virtud de lo anterior, el Banco Chino sólo funcionó cuatro años, quedando sin movimiento alguno durante varios años, para luego convertirse en el llamado “Gran Hotel La Española”, en los años 20, donde se hospedó el abogado, filósofo, político y funcionario público, José Vasconcelos Calderón, durante la campaña presidencial, quien tuvo que soportar la balacera que se armó en las afueras de ese lugar, donde se desarrollaba un mitin a su favor.
En el marco de la campaña anti-china, en los años 20’s, se pretendió saquear la propiedad, asegurándose que contaba con el apoyo de ediles municipales, que se identificaban como promotores del racismo y la intolerancia.
Aprovechando lo anterior, el abogado regiomontano, Eugenio F. Castillón, solicitó que el edificio fuera expropiado por el municipio para luego comprarlo, pero después de un prolongado litigio y contando con las pruebas documentales de que el inmueble tenía dueño (cuyo caso fue hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación), la propiedad fue ratificada a sus legítimos propietarios.
Incluso en 1926 se produjo otro agravio en contra de la comunidad china, pues el jefe de operaciones militares, general José Gonzalo Escobar, se apoderó impunemente de los terrenos agrícolas conocidos como “El Pajonal”, consistentes en 445 mil metros cuadrados donde los chinos cultivaban hortalizas, con el pretexto de convertir ese lugar en un campo militar, rebelándose inclusive con el gobierno federal.
Como consecuencia de lo anterior, el presidente interino, Emilio Portes Gil, y el jefe del maximato presidencial, Plutarco Elías Calles, ordenaron un ataque aéreo a la ciudad Torreón (el primero ocurrido en territorio nacional, el 16 de marzo de 1929), para obligar a Escobar a rendirse, con el siguiente resultado fatídico: un civil muerto e incendiado el Mercado Juárez. Escobar se autoexilió en Canadá.
Afortunadamente, el edificio del Banco Chino se ha preservado, gracias al proyecto de expansión del Museo Arocena, iniciado a principios de este nuevo siglo, comenzando con la restauración del edificio del Casino de La Laguna (construido en 1910), ahora convertido en museo, e inaugurado el 27 de agosto de 2006, partiendo de un costado del edificio que construyera Rafael Arocena y Arbide, agricultor de origen vasco, por la calle V. Cepeda y avenida Hidalgo.
Como mera referencia histórica, el edificio del Banco Chino ha funcionado también como institución bancaria, en su planta baja, y actualmente como una tienda de conveniencia (Oxxo), utilizándose sólo las plantas altas como extensión del Museo Arocena.
¡Hasta la próxima!