A más de cien años de la histórica batalla de el carrizal

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Histórica porque el 21 de junio de 1916, el Ejército mexicano derrotó a la expedición punitiva estadunidense que buscaba a Francisco Villa.

Higinio Esparza Ramírez.

(A Iván Berrón y Simón Álvarez Franco, con gran afecto)

El 21 de junio del 2016 el crucial combate de El Carrizal cumplió cien años, pero en Chihuahua, donde se asienta aquella comunidad que fue escenario de la aplastante derrota infligida a la fuerza punitiva estadunidense a manos del Ejército mexicano, no existía en la oficina de Turismo del Palacio de Gobierno, al menos hasta fines del año pasado, literatura referida al histórico acontecimiento, el cual, lamentablemente, sigue ignorando la mayoría de los mexicanos.

  En vísperas del nonagésimo noveno aniversario de la batalla que puso a salvo la soberanía de la nación, el Congreso de Chihuahua aprobó una iniciativa para que la bandera de México fuera izada el 21 de junio de cada año en todos los edificios públicos del país a fin de destacar el triunfo de las fuerzas mexicanas sobre las tropas gringas comandadas por el general John S. Pershing.

Soldados Búfalo del 10.º de Caballería estadounidense tomados prisioneros tras la batalla.

   La propuesta fue turnada al Congreso de la Unión, con énfasis en una reforma al artículo 18 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Ejército Mexicano para el izamiento anual del  lábaro patrio en todo el país como un merecido homenaje a los patriotas de 1916.

    Sin embargo, hasta la fecha no ha habido respuesta ni del Congreso de la Unión ni de la Presidencia de la República, instancias a las que a nivel particular se dirigió el licenciado en administración de empresas, Leobardo Velarde, hijo del general del mismo nombre, uno de los soldados mexicanos que repelieron la agresión estadunidense y sobrevivió con heroicidad al incidente guerrero.

   Por su parte, el gobierno de Chihuahua, el Congreso del Estado y el ayuntamiento de Villa Ahumada no han informado aún sobre los preparativos que supuestamente realizan para celebrar el centenario del combate. Tampoco en el poblado de El Carrizal hay datos oficiales al respecto.

   “La omisión es verdaderamente vergonzosa para los chihuahuenses que olvidan este hecho memorable y no sólo ellos, sino también el resto de los mexicanos que ignoran aún la histórica victoria mexicana y a los héroes que la conquistaron. Por eso hago un llamado al gobierno de Chihuahua para que inicie tareas que permitan una difusión amplia de lo sucedido y que no tema represalias de los gringos.  En junio de 2016 se cumplirán 100 años del combate; a ver si hacen algo en grande”, declaró molesto Leobardo Velarde Nevárez, el hijo del mayor Leobardo Velarde Porte, jefe del primer regimiento de la brigada Canales, la tropa orgullosamente mexicana que contuvo y rechazó a los intrusos extranjeros.

   En entrevista, Velarde Nevárez, un licenciado en administración de empresas radicado en Gómez Palacio, Durango, proporcionó amplia información sobre el decisivo encuentro, incluyendo copias de los partes de guerra y testimonios periodísticos de la singular batalla.

    En el sangriento choque EU perdió a 50 de sus hombres; otros 33 resultaron heridos y 27 más cayeron prisioneros. 22 caballos, armas y municiones, fueron asegurados. Por el lado mexicano murieron 27 militares -el general  Félix Uresti Gómez, comandante de la brigada Canales, fue el primero en caer durante los iniciales  tiroteos-  y 39 sufrieron lesiones de bala y bayoneta, consigna  el parte de guerra elaborado por el teniente coronel Genovevo Rivas Guillén,  integrante del primer regimiento y quien asumió el mando de las tropas  con la muerte prematura del general Gómez, este último un joven militar nacido en el estado de Coahuila y a quien se le reconoce regionalmente como “El Héroe de El Carrizal”.

    Los relatos de aquella época destacan lo siguiente:

   “En heroica respuesta a la provocación del enemigo,  mal comidos y mal armados, trabada  la única ametralladora disponible, una Colt 7 milímetros, los soldados mexicanos de la brigada Canales, se impusieron en una fiera lucha a los altaneros dragones del Ejército de EU que habían invadido nuestro territorio en persecución del general Francisco Villa, y los obligaron a rendirse, abandonando en el campo de batalla a sus muertos y heridos, caballos, armas y municiones, la mañana del 21 de junio de 1916 en “El Carrizal”, Chihuahua”.

   Una extensa y bien documentada investigación realizada por el periodista e historiador Gerardo Peláez Ramos, quien reunió 16 documentos testimoniales, confirma el arraigado patriotismo del presidente Venustiano Carranza y a la vez su preocupación por evitar un rompimiento con Estados Unidos y consecuentemente una guerra que México no estaba en condiciones materiales de enfrentar, aunque no desechaba del todo esa posibilidad.

   El 11 de marzo de 1916 desde Celaya, Guanajuato –rememora el historiador- el Varón de Cuatro Ciénegas giró un mensaje urgente al general Manuel M. Diéguez, al mando del centro de operaciones militares asentado en  Empalme, Sonora, instruyéndolo para que movilizara sus tropas a los puntos convenientes a fin de  impedir la invasión de soldados americanos a territorio mexicano.

   Asimismo, le advirtió que tuviera “todo listo” para destruir la vía férrea desde Nogales al sur “y haga lo mismo en Naco y Agua Prieta si se declara la guerra”.

   La precariedad armamentista del gobierno federal para defender la soberanía nacional, la puso de manifiesto el propio Venustiano Carranza con una orden terminante:

   “Mande usted fabricar bombas de dinamita (de mano) que mucho nos servirán”, destaca el mensaje referido, uno de los 16 documentos recopilados por Peláez Ramos. 

   Ante la inflexible postura asumida por el presidente Carranza para contener con las armas a los invasores y como resultado de la contundente derrota de EU en El Carrizal, finalmente el presidente Wilson firmó un pacto para el retiro de sus tropas, acción que no se produjo de inmediato sino hasta un año después.

   Hay otra versión en el sentido de que en esa época EU guerreaba con Alemania y no le convenía abrir otro frente contra México. Por eso firmó un pacto que puso fin a la insultante incursión.

   La periodista Carmen García Bermejo, en un artículo sobre la invasión del general Francisco Villa a Columbus,  EU,  el 9 de marzo de 1916, publicado en la edición número 29 del periódico cultural “La Digna Metáfora”,  se refiere al  enfrentamiento del 21 de junio de aquel año transcribiendo  las observaciones que externó en una entrevista el historiador Felipe Ávila Espinoza, investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones en México:

   “Punto culminante de este rechazo –refiriéndose a las órdenes terminantes del presidente Carranza para expulsar del territorio mexicano a los soldados americanos- fue la Batalla de El Carrizal el 21 de junio de 1916, donde un escuadrón de la expedición punitiva cruzó los límites del territorio, siendo enfrentado por las tropas mexicanas, y derrotado, en una acción heroica que sirvió como advertencia para los invasores. A partir de esta victoria, se generalizó en Chihuahua el rechazo y repudio a la invasión”.