- La encuesta piloto fue aplicada en marzo y abril de este año en 8 estados a 391 ejidatarios y comuneros.
- Conacyt y PA no se apoyaron en el INEGI, que tiene la experiencia y rigor metodológico para realizar encuestas.
- La encuesta tiene errores e imprecisiones, por ejemplo: incluir como glifosato un producto que no lo es.
- La Industria de Protección de Cultivos hace un llamado para que la encuesta sea revisada, analizada y aplicada por el INEGI con el apoyo de SADER.
Jorge Martínez Cedillo.
La industria de Protección de Cultivos expresó su preocupación por la manipulación de la encuesta piloto que realizaron el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Procuraduría Agraria (PA) para la determinación de uso de glifosato en núcleos agrarios de México.
Antes de empezar con el cuestionario, el encuestador debe leer el siguiente texto:
Por encomienda del Presidente de la República, el Lic. Andrés Manuel López Obrador, diferentes instituciones del Gobierno Federal estamos iniciando el reto de acompañar a los diferentes agricultores del país para que puedan producir alimentos sanos.
En esta encomienda se nos ha planteado iniciar conociendo de qué manera se utiliza el glifosato en la agricultura…
Con esta introducción, se manifiesta la pretensión de la autoridad de sesgar la respuesta de los participantes valiéndose del nombre del Presidente de la República para que adopten una posición de rechazo al glifosato. Tampoco es una práctica común que una encuesta oficial que pretende conocer los usos de un producto incluya un supuesto mensaje del Presidente.
La prueba piloto fue realizada en los meses de marzo y abril de este año en ocho entidades federativas a 391 ejidatarios y comuneros.
El presidente de la UMFFAAC, Luis Eduardo González Cepeda, dijo; “llama la atención que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, cabeza de sector, no haya sido convocada a participar en esta encuesta ni tampoco el INEGI, institución autónoma y especializada en realizar encuestas”.
Las autoridades gubernamentales dieron a conocer en noviembre de este año, en el comunicado 260 del Conacyt, que la prueba piloto fue aplicada con éxito, pero no han dado a conocer los resultados obtenidos. En dicho boletín se menciona que “Su diseño, revisión y aprobación fueron llevados a cabo por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cobiogem), la Procuraduría Agraria y el Conacyt”. (SIC).
Por su parte, Cristian García de Paz, Director Ejecutivo de PROCCYT, señaló que el texto introductorio pretende inferir que el uso del glifosato NO es compatible con la producción de alimentos sanos, cuando la realidad es que NO existe ninguna evidencia científica que lo sustente, como lo demuestran cientos de estudios que el Conacyt se ha negado a incorporar en el Compilado de información científica sobre el glifosato.
Una falla en el diseño de la encuesta está en la formulación de algunas preguntas. Por ejemplo: No existe ninguna que especifique en qué ciclo de cultivo se usa el glifosato. Esto es relevante porque el herbicida se utiliza más en el ciclo primavera-verano que en el de invierno. ¿Qué pasa si una gran cantidad de trabajadores responde que NO usan glifosato en invierno? ¿Justificará el CONACYT y la PA que una gran cantidad de campesinos NO usa glifosato y por lo tanto su prohibición está más que legitimada?
En la pregunta 23 dice: ¿Alguna vez usted, alguien de su familia, o las personas que trabajan en su parcela se han intoxicado por el uso de glifosato? En esta interrogante debió haberse agregado el texto: por el uso inadecuado de glifosato, por ejemplo: ingesta accidental del herbicida, que es la forma común de intoxicación.
Cabe recordar que, si se usa adecuadamente, no hay manera que el glifosato cause una afectación toxicológica como está ampliamente demostrado por la literatura.
La encuesta tiene también errores e imprecisiones. Por ejemplo, se incluyen cultivos que NO tienen autorización para el uso del glifosato de acuerdo a los registros existentes, como el caso del nogal y el cártamo (Preguntas 3 y 4); nombres de productos que NO son glifosato, como el “FLEX”, un herbicida (fomesafen) utilizado para el cultivo de frijol (Pregunta 13).
Además, incluye en su listado marcas genéricas como Total y Tridente que comercializan el glifosato con diversos nombres, también hay productos con imprecisiones en los nombres como: Lifostar 747, en lugar de Glifostar 747 o Dasurato en lugar de Dasursato. (Pregunta 13).
Estos errores evidencian la falta de seriedad y rigor con el que CONACYT y la PA levantaron su encuesta piloto, en la que además NO participaron ni la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), ni tampoco el INEGI.
Finalmente, el presidente de la UMFFAAC y el Director de PROCCYT hicieron un llamado al CONACYT y a la PA, para que su encuesta sea revisada, analizada y aplicada por el INEGI, y que su cuestionario sea validado por la SADER, de modo que se garantice que sus resultados aporten información objetiva sobre el uso de herbicidas en el campo mexicano y que no sirva para justificar políticas basadas en prejuicios ideológicos.