Con una imagen por los suelos, terminaron los ex panistas y ex priístas coahuilenses que se unieron por conveniencia al Movimiento de Regeneración Nacional, solo para tener la oportunidad de aspirar a la candidatura de la gubernatura de esta entidad.
Armando Guadiana Tijerina, Hugo del Bosque, Luis Fernando Salazar, Javier Guerrero García y Reyes Flores Hurtado son solo algunos de los que afirman de tener mucha gente y no es así, porque no alcanzaron a juntar en Coahuila las firmas que les pidieron, para la revocación de mandato del caudillo de la Cuarta Transformación.
Aunque a nivel nacional, Morena consiguió juntar las firmas requeridas que corresponden al 3 por ciento de la lista nominal de electores, en Coahuila los morenistas privilegiados como las diputadas locales Lizbeth Ogazón Nava, Laura Aguilar Tabares, Tania Flores Guerra, (ex legisladora y actual alcaldesa de Múzquiz, Coahuila) y Francisco Cortés Gómez, muy apenas juntaron 9 mil 282 firmas de ciudadanos, que representan el 13.95 por ciento de las 66 mil 534 firmas que debieron aportar y cumplir con 3 por ciento de la lista nominal de Coahuila, conformada por 2 millones mil 099 electores.
Hay otros que quedaron en evidencia con su organización política, al fracasar con esta encomienda y que ahora prefieren quedarse mudos en este tema, como el consejero nacional y actual regidor por Ramos Arizpe, Ariel Maldonado Leza, los diputados federales, Francisco Borrego Adame, Brígido Moreno Hernández, así como la senadora, Eva Galaz Caletti, entre otros.
El haber conseguido poco más de 9 mil firmas en todo el estado, deja mal parado a quienes manejan a Morena en Coahuila, porque demuestran la falta de planeación interna y de un proyecto político de unidad verdadero, que reúna a todos los comités municipales del estado y realicen acciones conjuntas.
Los morenistas coahuilenses que ocupan importantes puestos en el Gobierno Federal o un cargo de elección electoral, no solo mostraron alejamiento entre ellos, sino que cada quien busca escalar políticamente lo que le dicta su desmedida ambición.
Javier Guerrero y su discípulo Roberto Piña Anaya, alcalde de Frontera, Coahuila, poco o nada realizaron para conseguir las 66 mil 543 firmas que les había pedido la dirigencia nacional de su partido.
Lo mismo sucedió con los presidentes municipales electos como Ramiro Reyes Rodríguez en Abasolo, Juan Garza en Castaños, Jesús Huitron en Escobedo y Alberto López en San Juan de Sabinas.
El ex alcalde de Piedras Negras, Claudio Bres Garza, es otro ex priísta que se refugió en el partido oficial, para repetir en la alcaldía fronteriza. Sin embargo, su derrota en la reelección como alcalde de este municipio, lo alejó de su sueño de convertirse en el candidato de Morena a la gubernatura.
Hace días, Claudio Bres Garza se olvidó de la Cuarta Transformación y aceptó el cargo de secretario de Economía que le ofreció el gobernador Miguel Riquelme. El locutor no quiso dejar la nómina, tampoco renunció a Morena, pues según los morenistas: “Ese no es militante del partido de López Obrador”.
