En el umbral del progreso

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Fernando Fuentes García.

La lucha por alcanzar los principios de libertad, justicia y fraternidad, transcurrió por el siglo XIX, hasta llegar a un período de luz con el estado de bienestar, desde finales de la Segunda Guerra Mundial, hasta la década de 1970. A partir de entonces, los conservadores comienzan a dar retroceso al avance progresista mediante el sistema neoliberal, lo que el historiador Ilán Semo, designa como la “gran restauración” del capitalismo salvaje (https://www.jornada.com.mx/2022/04/28/opinion/014a2pol). Llegó así un período de decadencia que trajo consigo el capitalismo rapaz y financiero que desplazó al humanismo y dio fruto a la concentración del 80 por ciento de la riqueza global (in crescita) y el poder en tan solo un 10 por ciento de la población terráquea.

Medio siglo después de iniciado el proceso de decadencia, el sistema neoliberal se encuentra a punto de colapsar y sus beneficiarios (la élite oligárquica global económica y política occidental), intentan salvarlo para conservar el poder, la riqueza y la hegemonía unipolar. Para ello, luego de que la administración de Donald Trump tratara de frenar el comercio internacional (en especial con China) y forzar el regreso a Estados Unidos (EU) de los empleos y de la producción, se pretendió extender lo que ya se había iniciado desde el 11 de septiembre de 2001: La imposición de una sociedad orwelliana con el llamado The Great Reset (www.voltairenet.org/article214394.html) y la destrucción de los Estados de América Latina y el Caribe, mediante los bloqueos y la provocación de la violencia y el enfrentamiento, en ellos y entre ellos, para luego intervenir y controlar los recursos sin obstáculos políticos (https://www.voltairenet.org/article204642.html).

El rescate del sistema y la hegemonía unipolar, continúa en Siria con la “Tercera Guerra Mundial”, la que pierden 116 países aliados occidentales contra Siria, Irán y Rusia en junio ‎del 2021 (https://www.voltairenet.org/article213439.html). La prudencia del vencedor (Rusia) para no arrinconar a los perdedores (EU), a quienes les impuso la prohibición de incorporar a Ucrania (considerada el corazón geoestratégico de Rusia) a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de desplegar armas nucleares en ‎suelo ucraniano; le da la oportunidad a Occidente de reiniciar las hostilidades con la Primera Guerra Híbrida Global  (https://bit.ly/3KVXzZS), liderada por Estados Unidos y su instrumento militar de la OTAN para enfrentar y desgastar a Rusia en tierras ucranianas, con el apoyo de sus lacayos dirigentes del G7 y la Unión Europea (UE).

Ante la posibilidad real de una guerra nuclear entre EU y Rusia, incitada por el bloque occidental a través del comediante (literal) Zelensky, el ex secretario de Estado de presidentes republicanos, Henry Kissinger y el destacado intelectual de izquierda, Noam Chomsky, abogan por un inmediato acuerdo de paz y a olvidar el ingreso de Ucrania a la OTAN, antes de que sea muy tarde (https://bit.ly/3OK1POk). La nueva derrota ante Rusia del verdadero eje del mal, los enemigos de la civilización, el bloque de élites oligárquicas occidentales, se comienza a vislumbrar y no por leves indicios.

Entre otros indicios, dos actos ocurridos en el recién celebrado Foro Económico Mundial de Davos, el desesperado e iracundo llamado a acabar con Rusia de George Soros y el golpe en la mesa del alemán Klaus Schwab que declara que el futuro lo construyen ellos (https://bit.ly/3x2cZ9S). Es evidente que el afán de rescatar al sistema con la guerra en Ucrania, le ha puesto más clavos al féretro del neoliberalismo. Lo que ha provocado por un lado, la alianza de Rusia y China que configura una geoeconomía bipolar entre Occidente y Eurasia, es decir, entre el 10 por ciento de la humanidad y el resto del mundo (https://www.jornada.com.mx/2022/05/02/opinion/019a2pol).

La guerra en Ucrania y la unificación de Rusia y China, que se consolida con el acuerdo de desarrollo económico “duradero” firmado el 4 de febrero pasado, aceleran el proceso de des-globalización y des-dolarización (José Natanson. “Rusia y Ucrania en un mundo nuevo”, Le Monde Diplomatique) y dan paso a un proceso de desestabilización de la Unión Europa, a la que le crean un competidor en Europa central: la Iniciativa de los Tres Mares (https://www.voltairenet.org/article217460.html). Esto último me da la sensación de que se aplica aquella estrategia utilizada por Rusia en la Segunda Guerra Mundial, de destrucción tras la retirada, y esto, en mi humilde opinión, podría redirigir el dedo flamígero del imperio, sobre Latinoamérica y el Caribe.

Por fortuna, el intento de EU de desestabilizar a la región, enfrentando a Colombia y Brasil contra Venezuela, dirigiendo un arsenal de agresiones y ataques, que incluyen un inhumano bloqueo a Cuba y Venezuela, se ha visto frustrado y detenido por tres causas: La construcción de las relaciones de Rusia y China en Latinoamérica, las que fortalecen el bloque de Brasil, Rusia, India y China (BRICS); el avance en inversiones de China en el continente (https://bit.ly/3OeOFZI) y el inesperado avance de los proyectos progresistas en la región. Es claro que los proyectos progresistas “no” buscan enfrentar al mandamás, sino liberar de la opresión a sus pueblos con un giro copernicano del sistema económico y político, en el que se ponga al centro al ser humano y a la soberanía y no al mercado y a la globalización desproporcionada, que más que competitividad, han generado oligopolios y colonización económica.

Al triunfo liberal en México, se le unen los de Bolivia y Honduras. Aunque las condiciones internas de Chile y Argentina, les mantienen maniatados al sistema, no cabe duda que el discurso del presidente de Argentina en la pasada IX Cumbre de las Américas y la próxima Carta Magna a votar en septiembre próximo por la ciudadanía en Chile, son de gran valía para apuntalar el avance progresista. Por su lado, la resistencia liberal en Ecuador se fortalece, en tanto que en el Perú se mantiene en un proceso de tomar el poder.

Mientras, Gustavo Petro, tendrá que enfrentar a la oligarquía política y económica que dominó por 74 años Colombia, formando un capitalismo neoliberal mafioso, completamente subordinado al Comando Sur del Pentágono, con 9 bases militares en su territorio, el cáncer de su violencia. El próximo proceso electoral en Brasil con Lula, será determinante para lograr la re-construcción de las soberanías de la Patria Grande y así poder conformar, incluyendo a Cuba, Venezuela y Nicaragua, un poderoso bloque que impulse el giro copernicano del sistema en América y pare en seco a la activa Doctrina Monroe.

La esperanza vive en las numerosas señales que presagian el fin de la hegemonía neoliberal. Como bien concluye el periodista canadiense estadounidense, colaborador del New York Times, David Brooks, en su columna del 23 de mayo de La Jornada: “Hay muchas señales de que a EU se le está cayendo el sistema”. Su crisis moral, económica y política, no la puede esconder su maquinaria propagandística, el país se consume desde adentro. De tal suerte que Washington tendrá que mirar al sur con respeto y hacer a un lado su política de intervencionismo, pues seguramente ahora tendrá que comenzar a aplicar políticas sociales, de esas que los conservadores llaman y satanizan como populistas, socialistas y comunistas. 

La pauta para la integración de América que el Presidente Andrés Manuel López Obrador propone y promueve a partir de los principios de no intervención y de beneficio mutuo, no solo estará dada por el avance progresista en Latinoamérica, también será definida por la presión para el cambio interno que ejerzan los 140 millones de habitantes del imperio de unos cuantos, que viven en o al borde de la pobreza; casi la mitad de su población. Es decir, poco más de un México entero representado en el movimiento de los pobres y rechazados del neoliberalismo, la “Tercera Reconstrucción” que exige justicia económica, social y ambiental y democracia en 45  de los 50 estados de la unión americana y lo más importante, en solidaridad con las luchas en África, Asia y América Latina (https://www.jornada.com.mx/2022/06/19/mundo/016n1mun).

Entre las fisuras de la crisis mundial, se asoma en México el prometedor futuro que forjamos, poco a poco, alejado de aquel que deseaban imponernos entre un neofascismo y un neo-neoliberalismo con tono neofeudalista. Ante el imperio debilitado, la oportunidad para lograr la autonomía (soberanía) de los países  latinoamericanos y del Caribe, es única. El sociólogo portugués, Boaventura de Souza Santos, considera que para crear el bloque de no alineados con influencia en la economía mundial, es fundamental el liderazgo nacionalista-regionalista del Presidente Andrés Manuel López Obrador e indispensable mantener el proceso de transformación de México (https://www.jornada.com.mx/2022/06/19/politica/007e1pol).

Entonces, replanteando la pregunta con la que concluye José Natanson su aportación para el semanario de Le Monde Diplomatique: ¿Es Putin o López Obrador, un cavernícola trasnochado o alguien que entendió hacia donde sopla el viento?

Sobre el Autor

Fernando Fuentes García es un escultor autodidacta especializado en el bronce, comprometido a transmitir la aportación única y vital del arte y la escultura a la sociedad y a contribuir a un mejor México.