José Guadalupe Robledo Guerrero.
Ni duda cabe, que el mentiroso de Palacio Nacional lanzó a los mexicanos una nueva cortina de humo con la liberación de la ex secretaria de la Sedatu, Rosario Robles Berlanga, y la aprehensión del ex Procurador Jesús Murillo Karam, por supuestos delitos derivados de la “investigación” realizada -por otro de los inútiles funcionarios de la 4T-, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas-, sobre los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
Lo que parece una acción concertada entre las supuestas víctimas y sus poderosos victimarios, tiene como fin distraer la atención pública de los últimos acontecimientos: el terrorismo ejercido por los cárteles del crimen organizado en Jalisco, Guanajuato, Ciudad Juárez y Tijuana; el sobre costo del Tren Maya (más del doble) y de la refinería de Dos Bocas a la que se le sigue inyectando dinero público; la corrupción en Segalmex; y la advertencia de otro inútil, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, que dijo que la inseguridad espanta a las inversiones, entre otros muchos casos más.
Mientras todo esto sucede, en Coahuila el indiscutible candidato de Morena al gobierno del estado, Ricardo Mejía Berdeja, insiste en su oferta de cambio, que hasta la fecha no se sabe lo que representa, pues la única propuesta atractiva que hace es la promesa de quitarle la reserva y hacer público los gastos que se hicieron con la megadeuda que contrató otro mentiroso: Humberto Moreira Valdés.
Pero esta propuesta se antoja un engaño, igual al que hizo López Obrador de terminar con la corrupción, cosa que no se ha hecho a cuatro años de su gobierno, al contrario, ese mal endémico de la partidocracia mexicana, sigue viento en popa, aderezado por la opacidad y la politiquería electorera de la 4T.
Y cómo no considerarla una mentira, si personajes cercanos al humbertismo se encuentran dentro de Morena y los siguen reclutando, incluso el virtual candidato se toma la selfie con ellos, para presumirlos en las redes sociales, aún cuando sean impresentables, ex presidiarios y cómplices de la corrupción que según dice combatirá, pero lo que ha sucedido en los cuatro años del Peje, lo desmienten.
Incluso, para todos es sabido, que el ex gobernador Humberto Moreira Valdés, quien se enriqueció siendo priista, ahora es uno de los mecenas de la 4T, así lo dijo él mismo cuando apoyó al candidato de Morena en Hidalgo Julio Menchaca, según esto, para que perdiera su cuñada, Carolina Viggiano.
En una entrevista que le hice a Ricardo Mejía Berdeja, me habló de tres cuestiones principales: conocer en qué se gastó la megadeuda, plantear el desarrollo de la región centro-norte del estado y lo referente a la crisis del agua en varias zonas de la entidad. De la seguridad pública poco dijo, ya que hasta AMLO reconoció en su mañanera que el gobierno de Coahuila ha hecho bien su trabajo respecto al combate de la inseguridad.
Por tal motivo, el proyecto para ganar la gubernatura coahuilense en 2023, al parecer tiene como única estrategia cachar los votos de los inconformes y abrir las puertas de Morena a los oportunistas y mercenarios, como lo han hecho en todas las entidades del país.
Quizás por ello, el gobernador Riquelme en días pasados les hizo ver a sus correligionarios, que dejará en la cancha todo su esfuerzo para entregarle el gobierno de Coahuila a un miembro de su partido, el PRI; y tal vez por eso el virtual candidato del PRI a la gubernatura, Manolo Jiménez Salinas, insiste en que él seguirá manteniendo la seguridad de que ahora gozan los coahuilenses.
¿De qué cambio hablan? Del mismo que en Coahuila hablaban los panistas cuando Rosendo Villarreal Dávila fue candidato a la alcaldía de Saltillo, quien en cuestión de corrupción salió igual o peor que sus antecesores. Pero este no fue el único caso, se repitió con Manuel López Villarreal e Isidro López Villarreal. Todos de una misma familia: Los notables del Grupo Industrial Saltillo (GIS), y para no variar hay que señalar que el ex presidiario Jorge Torres López, también pertenece a esa familia. Por eso el cambio que propone el morenista se antoja semejante: cambiar a unos ladrones por otros. ¿Pobre Coahuila!
Política aldeana
A propósito de impresentables. En uno de sus artículos, Carlos Loret de Mola dice lo que se sabía: que Jorge Luis Morán Delgado, a quien Miguel Ángel Riquelme Solís convirtió en alcalde interino de Torreón y luego lo hizo titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), para que después se cambiara a Morena y se convirtiera en el Coordinador de la campaña de Ricardo Mejía Berdeja y de esa manera obtener patente de impunidad, es el sujeto que extorsiona a los carboneros a cambio de contratos de la CFE para la compra de carbón, y a quienes desde el 2020 les pide dinero, viajes y vehículos de lujo, de lo contrario los amagaba con hacerles una investigación de la UIF, y hasta les daba su número de cuenta para que le depositaran. Jorge Luis Morán ocupa el lugar de extorsionador porque es cercano a Norma Leticia Morales Campos, persona de todas las confianzas de Julia Abdala, la no esposa y no concubina de Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad que es la empresa que compra el carbón. Según Manuel Olid-Uranga: Jorge Luis Morán es un conocido hombre de negocios oscuros en el norte de Coahuila. Morán encabezaba -desde su posición estatal- la intermediación de los contratos de la zona carbonífera, cobrando sobornos millonarios a los productores, para que las minas estuvieran exentas de las revisiones de la CFE. Es entonces una posibilidad que esa red de corrupción esté pagando parte de la campaña de Mejía Berdeja. Olid-Uranga asegura que la dirección de la CFE, a cargo de Manuel Bartlett está consciente de la situación, al grado que ordenó una investigación, mandando para ello a Pierre Antuán Gilly a la zona carbonífera, pero no hubo denuncia, pues Mejía Berdeja intercedió a favor de Morán y lo protegió al incorporarlo a su equipo cercano; también recuerda que Jorge Luis Morán fue director de los penales de Coahuila cuando sucedió la matanza de Allende, operada desde el centro penitenciario de Piedras Negras. Toda una fichita, pero ahora tiene patente de impunidad por haberse cambiado a Morena.
Preguntas huérfanas
¿Qué estará pasando en el gabinete del gobierno de estado, primero se fue a Morena Jorge Luis Morán y a últimas fechas lo siguió Shamir Fernández Hernández, ambos del equipo cercano al gobernador?
¿Qué persigue Shamir Fernández, según él no está de acuerdo con el líder priista Alejandro Moreno, pero otros señalan que le prometieron la alcaldía de Torreón, y unos más dicen que así son los laguneros?
¿Quién será el siguiente funcionario priista que se mudará a Morena, todos aseguran que puede ser cualquiera, al fin y al cabo las puertas están abiertas y no importa que sean impresentables y corruptos, en Morena les absuelven todos sus latrocinios y pecados?
¿Por qué ni tirios ni troyanos denuncian a los corruptos? ¿Por qué son de los mismos o porque no se vale escupir para arriba?
¿Qué nivel de gobierno pagará los daños colaterales que dejará la desgracia del pocito de Sabinas?