Decreto anti-inflación del gobierno, sin beneficio para clase media hacia abajo

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  • El pueblo no acude a tiendas de autoservicio.
  • La libre importación de alimentos, rompe con sistemas fito y zoosanitarios que han costado mucho tiempo, trabajo y dinero a los mexicanos.
  • En este tipo de acuerdos, muchos nos preguntamos, ¿dónde están los secretarios de Economía y de Agricultura”, que no se escuchan sus propuestas y gestión de acuerdos?

Pascacio Taboada Cortina.

El decreto del Poder Ejecutivo publicado en el Diario Oficial de la Federación hace unos días, a fin de contrarrestar el proceso inflacionario de la “canasta básica”, que ya llegó a un promedio anualizado de la economía nacional, de 8.53 por ciento reconocido (contra 2-3 por ciento del gobierno anterior) no beneficiará de manera fundamental al grueso de la población mexicana, ocupante de grupos sociales de clase media para abajo, de acuerdo con presentaciones de analistas especializados en el comportamiento de la economía mexicana.

Si bien el proceso inflacionario en México, tiene que ver en cierta medida con las condiciones de escasez de alimentos en el mundo, agravado sin exagerar por la guerra de Ucrania y Rusia, lo que ha reducido la producción agrícola de países de América Latina (México un ejemplo) es la dependencia que se ha tenido en los fertilizantes nitrogenados de Rusia, y también en cuanto a la disponibilidad de trigo de Ucrania. Estas dos condiciones han impulsado aumentos desmedidos de precios en el proceso de producción-consumo.

Aunado a lo anterior, hay que señalar que el gobierno de López Obrador, no se ha distinguido por impulsar precisamente la producción agropecuaria y alimentaria. Como es característica en la fijación del Presupuesto de Egresos de la Federación para cada una de las dependencias gubernamentales, por obligación aprobado por diputados del Congreso, conforme transcurre el año de ejercicio, se dan reducciones e incumplimiento de los programas oficiales. Estos recursos fiscales son transferidos para obras prioritarias del presidente de la República y, en gran medida, para el Ejército, Marina y Guardia Nacional.

Con relación al decreto presidencial, anunciado por el presidente López Obrador y formalizado por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, facilitará que los alimentos de importación entren al país libres de aranceles y sin las medidas fito y zoosanitarias, lo cual representa un alto riesgo de que se introduzcan a territorio mexicano plagas y enfermedades de la agricultura y la ganadería mexicanas, erradicadas hace muchos años.

El combate, control y erradicación de plagas y enfermedades de la agricultura y ganadería, ha costado muchos años de trabajo, esfuerzos internacionales y dinero para liberar al país, por ejemplo, de “Mosca del Mediterráneo”, que afecta a más de 200 productos vegetales; se ha impedido la introducción de la “Fiebre Porcina Africana” y otras enfermedades de las aves, que podrían convertirse en azote de la agricultura y ganadería mexicanas.

Por otra parte, en estos tiempos de “cuarta transformación”, se dan atropellos en las funciones y responsabilidades de secretarios de Estado. Cuando normalmente eran los titulares de Economía y de Agricultura los responsables de gestionar y celebrar convenios de cooperación y de intercambio comercial en materia alimentaria, ahora es el secretario de Hacienda, apoyado por el de Relaciones Exteriores, los que “meten su cuchara” en materia de importaciones y exportaciones de alimentos.

Un botón: Marcelo Ebrard, titular de SRE, ofreció, en Morelia, a empresarios de Michoacán: “trabajar para que no se ponga en riesgo la integridad fitosanitaria de México por el decreto presidencial”, perooo el tema se lo llevaría para la ciudad de México a plantearlo a las autoridades correspondientes. En estos casos y en otros muchos, cabe la pregunta: ¿En dónde están los secretarios de Economía y de Agricultura, para que cumplan con sus responsabilidades?

El decreto de referencia, “no define las reglas de operación ni la parte fundamental, que es contener la inflación”. En el DOF solamente se publica una lista de insumos a granel, no de productos finales. Esto complicaría la intervención de la Profeco, en el concepto de vigilar que los precios de la “canasta básica” se respeten.

Consultores de Mercados, opinan que, “si bien el padrón de importadores permitirá que cualquier empresa realice la libre importación si cumple con ciertas condiciones, esta medida beneficiará a un reducido número de compañías, y dejará fuera a mercados tradicionales donde se surten de mercancías y toda clase de alimentos de los mexicanos, como son más de 400 mercados establecidos, más de 500 tianguis y tortillerías tradicionales. Esto, porque el pueblo no acude a comprar sus alimentos básicos a las tiendas de autoservicio.

Será necesario que las instancias de gobierno comprometidas en el proceso de cumplimiento del decreto señalado, publiquen las Reglas de Operación, para que se defina un padrón definitivo para importaciones y exportaciones.