Renacimiento

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Oliverio Ascascius.

El corazón florece como los duraznos
en los estíos del invierno,
y cada vez que hay motivos esenciales
para echar raíces y aferrarse a la tierra,
florece.

Hoy el motivo y la fuente
del renacimiento de mi corazón,
eres tú.

Tú constituyes el fertilizante de mi alma
que hace crecer desde fondo de mi pecho
las fuerzas vitales que se quieren convertir
en lazos de amor y frutos siderales.

Aquí estoy para que encuentres en mí
la semilla que hará germinar
todas las emociones juntas.

Emociones que se vuelcan
como pétalos de flor
y se van amontonando en la hierba
después de ser besadas por el viento.