- La reciente política migratoria de Estados Unidos afecta a miles de venezolanos que no tienen cómo volver a su país.
- En un año, la migración de venezolanos aumentó casi 300 por ciento.
Abigail A. Correa Cisneros.
La crisis migratoria redobla en nuestro país. En los últimos días quedaron varados en México cientos de venezolanos en su intento de llegar a Estados Unidos.
La nueva política estadunidense, que permite la entrada a su territorio si se cuenta con apoyo económico, deja en el limbo mexicano a miles de venezolanos que buscan una mejor vida. Muchos deciden quedarse en México, pero la situación en el país se está complicando porque los viajeros desbordan los servicios principales en su paso por las ciudades.
Varias organizaciones no gubernamentales documentan las vejaciones y abusos que sufren de parte de autoridades municipales, estatales y federales. Los derechos humanos simplemente son ignorados desde que se les detiene arbitrariamente por el Instituto Nacional de Migración, que les retiene sus documentos.
La semana pasada, los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador anunciaron que las personas de nacionalidad venezolana que ingresen sin autorización a Estados Unidos serán devueltas a México sin posibilidad de solicitar asilo, bajo el argumento del Título 42.
Tras la crisis sanitaria derivada de la Covid-19 el Departamento de Salud y Servicios Humanos en Estados Unidos, reguló con este argumento el flujo migratorio y de este derivan las nuevas medidas migratorias que, con un presupuesto de 817 millones de dólares, pretende atender nuevos puestos para el control de inmigración, el aumento en recursos y personal y el combate al tráfico de personas.
El flujo de migrantes venezolanos aumentó, solamente de 2021 a 2022 en 293 por ciento. El 25 por ciento de la población venezolana huyó hacia Estados Unidos. Y en su éxodo por México se suman a miles más atrapados en ciudades como Tapachula, Chiapas, o Tapanatepec, Oaxaca, donde las autoridades reportan el desbordamiento de los servicios.
Los extranjeros están hacinados en albergues, calles, plazas, parques. Desde que se anunciaron los nuevos requisitos para poder entrar a Estados Unidos, mismos que prácticamente son inalcanzables, porque entre otras cosas deben contar con patrocinador dentro del territorio estadunidense, vacunas completas, no ingresar a México de forma irregular, lo que los tiene atrapados sin ayuda de las autoridades mexicanas.
Se estima que entre el 12 y 23 de octubre de 2022 se han expulsado 5 mil 193 venezolanos de Estados Unidos, terminando en Ciudad Juárez, Matamoros, Tijuana, Piedras Negras y otras ciudades fronterizas.
Muchos denuncian que cuentan con una visa de 30 días para transitar por territorio mexicano. Sin embargo, no se les respeta y son perseguidos por agentes del Instituto Nacional de Migración. Declaran que pasan días sin comer, huyen de la Guardia Nacional y varios sobreviven enfermedades. Preguntan, ¿qué hará México con nosotros?
Aunque miles deciden seguir intentando llegar a Estados Unidos, otros tantos optaron por volver a Venezuela en vuelos humanitarios. Desde 2018, el gobierno de Nicolás Maduro puso en marcha un plan de repatriación voluntaria llamado “vuelta a la patria” para facilitar el regreso de migrantes que carecen de medios propios. Hasta mediados del año, unos 30,000 venezolanos regresaron a casa provenientes de 19 países de Latinoamérica.
Cifras de la ONU reportan que más de 7.1 millones de venezolanos huyeron de su país en los últimos años debido al colapso económico y social.
Desde el Centro
Otro éxodo que resuena mucho es el de los trabajadores remotos o nómadas digitales, provenientes de países con mayor desarrollo y que se instalan en nuestro país, con un sueldo en dólares, pero pagando en pesos. La gentrificación está comenzando a notarse en Ciudad de México. Recientemente, el gobierno de Claudia Sheinbaum hizo una alianza con la plataforma Airbnb para facilitar vivienda a estos nómadas digitales, lo cual, de acuerdo con varias organizaciones, significan un impacto en los costos de rentas, al mismo tiempo que encarecen otros productos. Denuncian que en al menos ocho edificios habitacionales del Centro Histórico se vivieron procesos de expulsión de habitantes para cederlos a Airbnb, los cuales se ubican en las calles Justo Sierra, San Ildefonso, López, Revillagigedo, Bolívar, Isabel la Católica y Luis Moya. También se ven afectados pobladores de la colonia Roma y Condesa, que demandan suspender la colaboración con dicha plataforma hasta contar un diagnóstico público y medidas de prevención y mitigación de su impacto en el acceso a la vivienda.