Carlos Padilla Muñoz.
El incendio en el albergue de Ciudad Juárez, con saldo de 39 muertos y otros tantos heridos, es un retrato trágico de la política migratoria llena de irresponsabilidad y corrupción del gobierno federal en complicidad con Estados Unidos.
Durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador, el país vecino impuso políticas migratorias para instalar su frontera hasta el Río Suchiate, enviando el gobierno mexicano 27 mil militares para tratar de frenar el torrente humano de miles de centroamericanos que quieren llegar al país del Norte en busca del ansiado Sueño Americano.
En el trayecto de nuestro territorio fluyen diariamente miles de migrantes procedentes de Guatemala, El Salvador, Colombia, Venezuela, Perú y otras naciones, que huyen de su país por la violencia, inseguridad, malas condiciones de gobierno y otros aspectos, sin que nuestro gobierno tenga las condiciones y presupuesto para atender los migrantes varados en la frontera norte.
En Ciudad Juárez se dio el caso de esta semana cuando personal del Instituto Nacional de Migración, que ha sido permeado ya por la corrupción, compitiendo con el crimen organizado en la explotación y maltrato de los migrantes, detuvieron a un grupo de 70 migrantes de varios países, internándolos en un galerón que no es otra cosa que un remedo de cárcel y que ellos denominan como Albergue preventivo. Este Albergue no tiene las condiciones de salubridad, seguridad y otros servicios.
El lunes pasado los migrantes realizaron actos de protesta por su detención y violación de los derechos humanos, encendieron algunas colchonetas y ropa, y ante la presencia y mirada de agentes del INM y guardias de seguridad privada, quienes no abrieron las puertas para evitar la masacre, ante el estúpido argumento de que los detenidos escaparían.
La tragedia arrojó 39 muertos y 28 heridos, algunos de gravedad, por lo que la cifra de muertos podría aumentar en los próximos días.
De inmediato, el Gobierno y el propio presidente López Obrador minimizaron los hechos, diciendo el ejecutivo en la mañanera del martes que los culpables de la tragedia eran los propios migrantes, solo faltó que dijera que había sido una forma de suicidarse y no faltaron las culpas para los conservadores y neoliberales, personajes ficticios a los que se ha estado culpando sistemáticamente de todos los errores del gobierno morenista.
Fue cuando empezó una guerra de desmarque entre el Instituto Nacional de Migración, el Secretario de Gobernación Augusto Adán López y el canciller Marcelo Ebrard, cuidando que su investidura de funcionarios no fuera manchada por tratarse de dos de las corcholatas presidenciales.
No fue como en otras ocasiones, donde se toman medidas inmediatas, se encargaron las investigaciones a la Fiscalía General de la República, en el clásico proceso de enfriar la papa caliente en la que se ha convertido esta tragedia, que se hizo viral a nivel internacional.
La Tragedia de Ciudad Juárez, sacó al descubierto la corrupción que impera en el Instituto Nacional de Migración, donde sus guardias o elementos, cobran descaradamente entre mil y cinco mil dólares a los migrantes por dejarlos seguir deambulando por territorio mexicano en busca de cruzar la frontera con Estados Unidos.
Ahora los empleados del INM compiten con los delincuentes quienes han explotado a los migrantes desde hace años, incluso los reclutan para cometer actos como narcomenudeo, secuestros y otros delitos.
En el reparto de culpas se logró detener ocho personas entre guardias de seguridad privadas, elementos del INM y otros policías, pero no se ha tocado ningún mando medio, mucho menos la destitución del titular del INM, quien es protegido del Presidente.
No se ha querido tocar al canciller de Relaciones Exteriores, quien de alguna forma está involucrado en el problema de los migrantes en México, así como la política migratoria de los Estados Unidos que ha presionado a nuestro país para mantener en cautiverio vergonzoso a los grupos de migrantes, a quienes no solo se les maltrata y explota, también se les mata.
Tampoco alcanzó responsabilidad Adán Augusto López, Secretario de Gobernación, a quien le interesa más cuidar la imagen de su patrón López Obrador y mantener la línea de presidenciable.
AMLO se adueña del INE
Con su facilidad para engañar y envolver a los mexicanos, AMLO consigue adueñarse del Instituto Nacional Electoral, al colocar sus fichas con marcado origen morenistas y con relaciones con gente de la 4T, y todavía recomendó que se rifara la presidencia si no se ponían de acuerdo, total el INE ahora pertenece al presidente López Obrador, como es el poder legislativo, no así el Poder Judicial, que resistió al manoseo del mandatario.
Con esto, Morena y López Obrador lleva una gran ventaja porque el balón será de ellos y el árbitro también, así que el marcador podría ser favorable, a menos que los mexicanos se den cuenta del engaño y voten en contra de este gobierno que está acabando con el país.
Son rumores
Transcendió que después de la concentración-acarreo en el zócalo que fabricó el gobierno morenista, y que no dejó contento al presidente, éste vociferó con algunos funcionarios en los pasillos de Palacio Nacional, que más les vale que no se pierdan las elecciones, porque irían muchos a la cárcel, incluyendo al propio presidente. ¿Será?